Guía práctica de funguicidas para cannabicultores

El cultivo de cannabis puede verse amenazado por hongos. Entre los más temidos están el oídio y la botrytis. Pero no te preocupes, aquí te damos una guía clara y efectiva para entender y aplicar los fungicidas más eficaces, tanto naturales como químicos, y proteger tu cultivo.
Cómo combatir hongos del cannabis
Los hongos liberan esporas microscópicas que viajan por el aire y colonizan fácilmente las plantas. Están en todas partes, y solo necesitan las condiciones adecuadas para desarrollarse: humedad, poca ventilación y tejido vegetal débil para colonizar con su botritis oídio y otros.
Tipos de fungicidas para marihuana y cómo usarlos
Los fungicidas de contacto actúan sobre la superficie de la planta de marihuana. Son preventivos más que curativos y deben aplicarse con regularidad. Como no son absorbidos, no generan resistencia fácilmente. Por ejemplo, el azufre en polvo.
También hay fungicidas sistémicos para cannabis. Son absorbidos por la planta y viajan a través de sus tejidos. Son eficaces incluso si la infección está presente, pero pueden generar resistencia si se abusa de ellos.
Los fungicidas translaminares para cannabis penetran la hoja de un lado al otro. Permiten fumigar solo la parte superior de las hojas y aún así proteger toda su superficie.
Los fungicidas biológicos en el cannabis son nuestros preferidos son microorganismos benéficos como bacterias del género Bacillus que compiten directamente con los hongos.
Buenas prácticas para prevenir hongos en el cannabis
- Ventilación y luz: Evita que las plantas se toquen y asegúrate de que haya circulación de aire.
- Evita el exceso de nitrógeno: Un crecimiento muy rápido produce tejidos blandos, más vulnerables a hongos.
- Poda inteligente: Elimina ramas débiles y partes bajas que toquen el suelo.
Fungicidas orgánicos recomendados para cannabis
- Azufre: Eficaz contra el oídio, también tiene efecto acaricida.
- Propóleo: Natural, no tóxico y sin periodo de seguridad.
- Jabón potásico y bicarbonato: Alteran el pH superficial de las hojas, evitando que las esporas germinen.
- Aceite de neem: Funciona como repelente y preventivo, incluso desde dentro de la planta.
- Cola de caballo: Rico en sílice, fortalece la planta y combate el oídio.
- Agua oxigenada: Ideal para aplicar antes de la cosecha, ya que no deja residuos.
La gestión integral de plagas es clave: no basta con aplicar fungicidas. Hay que combinar buenas prácticas de cultivo, genéticas resistentes y productos adecuados. Prevenir siempre será más eficaz que curar.
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