Estrés térmico en el cannabis: diagnóstico y soluciones agronómicas
Factores y respuesta al estrés por alta temperatura en la marihuana.
El estrés térmico es una de las mayores amenazas para el rendimiento del cannabis en América Latina. El uso de bioinsumos como el silicio y extractos de algas son fundamentales para reforzar la estructura celular y garantizar la supervivencia del cultivo. Repasamos los protocolos esenciales para mitigar el calor y proteger la calidad final de la cosecha.
Estrés por calor del cannabis: qué es y cómo afecta al cultivo
El cannabis, como la mayoría de las especies vegetales, tolera un rango limitado temperatura. Cuando la exposición al calor supera el umbral crítico, la planta manifiesta estrés térmico, un proceso fisiológico que altera su metabolismo.
Los signos visibles del calor exacerbado incluyen hojas con bordes quemados, manchas marrones o amarillas y la curvatura de los folíolos hacia arriba (en forma de "canoa"). El estrés térmico en el cannabis reduce drásticamente la eficiencia fotosintética y el rendimiento final de la cosecha.
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El estrés por calor en la marihuana suele estar vinculado a la falta de agua y la baja humedad ambiental. Si la planta no compensa la transpiración inducida por las altas temperaturas, pierde su capacidad de regulación térmica.
En cultivos de interior, superar los 30 °C (85 °F) obliga a la planta a re dirigir su energía al estiramiento del tallo en lugar de la formación de flores y aceites esenciales. En exterior, el impacto se agrava al combinarse con una alta radiación lumínica.
Soluciones y manejo preventivo del calor en la marihuana
El manejo del calor debe abordarse desde la prevención estructural y el apoyo metabólico.
En cultivo de interior (Indoor) de cannabis es crítico optimizar los sistemas de extracción y ventilación para renovar el aire antes de la saturación térmica. El mantenimiento de equipos es esencial para evitar fallas mecánicas durante olas de calor.
En cultivo de exterior la implementación de sombras parciales con mallas de sombreo durante las horas de máxima radiación (mediodía) permite descender la temperatura foliar. Asimismo, proteger el sistema radicular con acolchados (mulch) evita que el calor destruya las raíces.
Bioinsumos para la resiliencia térmica del cannabis
Un buen nivel de molbideno ayuda a combatir el estrés del cannabis. También buenas absorción de sílice, es fundamental para reforzar las paredes celulares y reducir la transpiración excesiva bajo calor extremo. El grupo de vitaminas B y B12, y una buena síntesis de áminoácidos, son imprescindibles para prevenir y frenar los daños.
El uso de insumos biológicos es una de las estrategias más efectivas para fortalecer la planta ante el estrés térmico desde su estructura celular. Las rizobacterias son imprescindibles.
También los extractos de Algas (Kelp) que aportan fitohormonas que regulan la apertura de estomas, permitiendo que la planta gestione mejor el agua sin detener su crecimiento.
Micorrizas y trichodermas mejoran la captación de agua en el sustrato, actuando como un seguro de vida frente a la deshidratación térmica.
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Demian Jara
