Control de plaga y frenar la lluvia en el cultivo de cannabis
Esta época es fundamental para tener en poco tiempo nuestros ansiados cogollos. Es una etapa de obsesión, pero hay que dedicar unos minutos extra para el control de plagas o hacer un techo para que las lluvias no arruinen tu cosecha. Matías Faray, el Chirri y GKN nos cuentan algunos de sus secretos para esta época del año.
Plaga, lluvia, el verano es una amenaza para el cultivo de cannabis. Chirri es un gran cultivador orgánico, ganador de la Copa del Plata, Copa CABA y Cata Copa Cultivadores de Cannabis. Un auténtico hattrick cannábico. Para él, “lo primero es elegir una variedad adecuada a nuestro medio de cultivo. Una sativa en un lugar que tiene pocas horas luz no llegará a sacar todo su potencial en la floración porque son plantas oriundas de lugares con mucha radiación solar. En el Ecuador, el sol tiene una elevación máxima de 90 grados. En Buenos Aires es de 78 grados el 21 de diciembre en su punto máximo”.
Chirri es un obsesivo en el combate a las plagas, trabaja cotidianamente en la prevención para eliminar todas las alimañas, pero también busca las diminutas esporas de los hongos. “Un buen tratamiento preventivo que reduce significativamente la aparición de botritis, mildieu y oidio, es la aplicación de trichodermas y humus acuoso, aplicado de manera foliar en el momento del brote de los cúmulos florales”, señala.
Estos dos elementos se potencian: las trichodermas son un hongo de control que coloniza más rápido que los patógenos. El humus líquido ejerce una acción antibiótica a los frutos y potencia la acción de las trichodermas. El oidio es un hongo que se presenta frecuentemente. Se manifiesta como polvo blanco o en hojas, brotes y también aparece en las flores, aunque con menor frecuencia.
Las hojas y tallos atacados se vuelven de color amarillento y acaban por secarse. La botritis se produce en cogollos densos y apretados, con poca ventilación y una humedad alta. Otros hongos atacan las raíces y es allí donde funcionan las trichodermas en su labor preventiva: ocupa el sustrato de manera beneficiosa para las raíces, permite una mejor absorción de nutrientes e impide el ataque de otros hongos peligrosos, como el fusarium que opera en la raíces, y es letal.
Contra las plagas, Chirri aplica aceite de Neem repetidamente, “porque otorga una acción sistémica. También se pueden aplicar conjuntamente diatomeas, que quedarán pegadas a la planta (en estados de floración dejará un residual), haciendo de campo minado para las plagas. Si se aplica sobre los tallos, fertiliza con sus 38 minerales, conjuntamente con el jabón potásico que servirá de coadyuvante a los demás y mejorará la adherencia sumándole el aporte de potasio”, dice.
El aceite de Neem se extrae de las semillas del árbol del mismo nombre. Oriundo de la India, este aceite vegetal rico en azadiractina funciona como repelente de plagas dañinas como la mosca blanca, mosquitos, pulgones y ácaros. Su sabor amargo aleja a los insectos dañinos y, por contacto, impide que las larvas crezcan y completen su metamorfosis.
Sumado a ello, la tierra de diatomeas (algas fosilizadas), es otro insecticida natural de origen vegetal que ataca ácaros, araña roja y varias plagas más, además de aportar minerales tales como aluminio, antimonio, bario, berilio, calcio, cobalto, cobre, cromo, estaño, fósforo, hierro, manganeso, magnesio y otros. Matías Faray es otro gran cultivador y activista, es una de las caras visibles de la Asociación de Cannabicultores del Oeste de Argentina.
Le consultamos sobre las características del cultivo en exterior, indudablemente el que más abunda en el sur. “Si hacés exterior en estas latitudes es importante un techo, un invernadero, sino se te pudre toda la cosecha”, alerta Faray. El experimentado cultivador recomienda “podar las ramas inferiores (las de poca producción), para evitar moho, plagas y hongos. Colocar núcleos de lombrices alrededor del tallo y preparar acequias o canales de riego alrededor del tronco principal y hacia afuera para alimentar todas las raíces. Si previamente se preparó el suelo con humus, turba, perlita y vermiculita, mejor aún. Lo más importante es reparar en el techo para evitar la lluvia, que en los cogollos produce moho y hongos diversos. Cuando ponés un techo sobre las plantas debes prestar mucho más atención al riego. En febrero y marzo debería ser cada dos días muy abundante y en el horario en que ya se puso el sol”, explicó Faray.