El futuro del cannabis (parte 1)

Elizabeth Erhardt
05 Oct 2022

El futuro del cannabis depende de varias cuestiones como romper con la estigmatización y la inseguridad jurídica, garantizar los Derechos fundamentales e igualar la brecha de género. Analizamos los distintos aspectos en este artículo y evaluamos los caminos posibles.


Recaudación de impuestos

Esquerra Republicana y Unidas Podemos son dos grandes defensores del provecho que podría significar para la ciudadanía considerar la gran recaudación de impuestos que tendría la regulación del cannabis en nuestro país. Fomentar la industria cannábica y el desarrollo de este sector que está fuertemente arraigado podría generar recursos para sostener y mejorar los servicios públicos y mejorar la vida de las personas. Además, el desarrollo del sector generaría muchos puestos de trabajo que podrían promover la activación de la economía. 

 

Caminos posibles

En función de este aspecto existen dos caminos posibles: Regular un sector que nutra la sociedad, o continuar permitiendo que el mercado ilegal regule esta economía de formas amorales y fomentando la violencia.

 

 

Estigmatización

En este artículo te hemos contado modelos que describen los prejuicios establecidos en nuestra sociedad sobre las personas usuarias de cannabis. Hemos mencionado el modelo del extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, en el cual cada persona lleva dentro de sí un mal que alguna poción o agente químico externo puede liberar y hacer que se exprese en actos agresivos y destructivos en cualquier circunstancia. Otros modelos que hemos mencionado son el patológico o médico, el que “escapa de la realidad”, y el “drogado”. El primero de estos modelos considera que la persona tiene características parecidas a una enfermedad, el segundo considera a la persona usuaria como una persona perturbada, incapaz de soportar el día a día e intentando aliviar sus dificultades dando un salto a un lugar desconocido de euforia, y el último entiende que la persona está colocada la mayor parte del día.

 

Consecuencias

Otro artículo que hemos publicado, explica los microestigmas que sufren las personas usuarias de cannabis y cómo les afectan. “Las estrategias de ocultación para evadir el estigma se hacen para evitar sospechas de que uno es un consumidor de cannabis. Si bien no son irrazonables, estas medidas de precaución pueden ser estresantes para uno mismo y para las relaciones íntimas. Las personas usuarias de cannabis experimentan estrés al considerar cómo divulgar su uso de cannabis”, hemos expresado. “Después de darse cuenta de estas evaluaciones negativas, un individuo puede comenzar a respaldar tales creencias a través del acuerdo de estereotipos. Si esto ocurre y el individuo se aplica estereotipos culturales devaluados, puede disminuir la autoestima y la autoeficacia (Corrigan et al. 2006)”, añadimos. Hemos profundizado en este asunto: “Las personas estigmatizadas pueden responder con ira, aislamiento autoimpuesto o intentos de ocultar su identidad, todo lo cual está asociado con resultados negativos para la salud mental (Ahern et al. 2006)”. 

 

Solución

Como solución a esta problemática hemos mencionado que los cambios en las políticas de drogas pueden ayudar a cambiar los marcos culturales que rodean al cannabis al detener los mensajes institucionales destinados a presentar a los usuarios como moralmente deficientes, criminales o psicológicamente enfermos (Hathaway et al. 2011). Dichos cambios estructurales se pueden lograr a través de reformas legales, pero también a través de la educación de los líderes institucionales y abordando públicamente las consecuencias de la criminalización del cannabis (Bottorf et al. 2013)”.  En este sentido, la propuesta de Esquerra Republicana y del Partido Cannábico Luz Verde hacen especial hincapié en combatir la estigmatización que existe en torno al cannabis en nuestro territorio.

Una guía que podemos usar como herramienta para delinear el futuro del cannabis tanto en nuestro país como en el mundo entero, es el trabajo del investigador independiente Kenzi Riboulet Zemouli. En su trabajo, Kenzi explica que el Cannabis ofrece, entre otras cosas, la oportunidad de construir un sistema industrial restaurador. A su vez plantea que relacionar las políticas públicas del Cannabis con la agenda 2030 de la ONU permite abordar individualmente las distintas políticas del Cannabis. En un primer punto, Kenzi visibiliza la problemática consecuente de criminalizar las actividades relacionadas al Cannabis. Esta criminalización genera un aumento de la pobreza, especialmente en los sectores más vulnerables. Como solución a este problema, Kenzi propone crear alternativas al encarcelamiento en casos de infracciones menores relacionadas con el Cannabis para evitar el empobrecimiento de estas personas, sus familias, y sus entornos. En otro punto de su trabajo, Kenzi propone terminar con la estigmatización, no sólo para los usuarios sino también para los trabajadores en este rubro. No debemos olvidar que todos los pronósticos de la regulación, sugieren un crecimiento en la generación de empleos.

 

Caminos posibles

Si se llevan a cabo cambios en las políticas de drogas, alternativas al encarcelamiento en casos de infracciones menores relacionadas con el cannabis y un crecimiento en la generación de empleos en este rubro, nos encontraremos en una sociedad menos estigmatizada que sufrirá menos sus consecuencias, como la disminución del autoestima y la autoeficacia, y los problemas de salud mental. Si no se llevan a cabo estos cambios, todas estas consecuencias aumentarán demandando más recursos del sistema sanitario y penitenciario.

 

 

Inseguridad jurídica

Tanto la propuesta de Esquerra Republicana como la de Unidas Podemos y la del Partido Cannábico Luz Verde abogan por una regulación que ponga fin a la inseguridad jurídica que azota al sector cannábico en España. 

 

Caminos posibles

Uno de los caminos posibles si se logra terminar con la inseguridad jurídica a través de una regulación, será el fin de una injusticia que azota a inversores y emprendedores, que les arruina económica y moralmente. De lo contrario, personas inocentes continuarán siendo castigadas, represaliadas, estigmatizadas y encarceladas, generando una mayor desconfianza hacia el sistema estatal y vulnerando Derechos Humanos fundamentales.

 

El futuro es incierto y no lo podemos adivinar. En el análisis de este artículo hemos puesto sobre la mesa las cartas con las que jugamos. Veremos qué sucede. Continúa leyendo la segunda parte de este artículo.

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Elizabeth Erhardt