Prejuicios sobre los consumidores de marihuana ¿Qué modelos nos caracterizan?

10 Oct 2020

En el  mundo de las drogas hay muchos prejuicios. Es difícil sacar una conclusión que se corresponda con la realidad en un mundo tan desinformado y confundido como este. En la búsqueda de una descripción que nos caracterice fielmente, nos hemos encontrado con el libro The Marihuana Smokers escrito por Erich Goode en 1970.


Una de las cosas interesantes que nos enseña Erich Goode en su libro son distintos modelos que caracterizan a las personas que consumen marihuana. Quizá en estos modelos encontremos ideas que nos ayuden a interpretar mejor a quienes consumimos marihuana y a mejorar la calidad del debate contra los prejuicios que se dicen por ahí.

En el mundo de las drogas hay muchos prejuicios

A continuación les contamos los seis modelos que caracterizan al consumidor de marihuana que se describen en este libro.

fumar

¿Qué modelos describen al usuario de marihuana?

Hay para todos los gustos:

El usuario de marihuana del extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Desde esta perspectiva cada persona lleva dentro de sí un mal que alguna poción o agente químico externo puede liberar y hacer que se exprese en actos agresivos y destructivos en cualquier circunstancia.

Igualmente, no es muy serio hoy en día considerar que una persona normal bajo la ingesta de marihuana se convierta instantáneamente en peligrosa, violenta y maniática. Por lo tanto, este modelo se describe más bien para conocer cómo se pensaba antes que otra cosa.

Modelo patológico o médico

Este modelo le presta especial atención a los usuarios más frecuentes y que lo hacen en mayor cantidad. Sostiene que el uso de marihuana tiene características parecidas a una enfermedad. Lo interesante de esto, es que aquí entran en acción los terapeutas, que vendrían a ser los competentes en este tema.

Esta perspectiva sostiene que la intoxicación por marihuana es tal que distorsiona la realidad. Así, el sujeto se siente eufórico, se elonga la percepción del tiempo, cree que escucha mejor la música, cree que la comida sabe mejor, etc. En definitiva, lo que se siente y percibe bajo la influencia de una droga es considerado anormal y patológico.

Al ver al uso de la marihuana como una especie de patología anormal, se caracteriza al usuario principalmente como una persona neurótica y atormentada. Lo que se olvida esta perspectiva a la hora de etiquetar al uso de la marihuana como adicción patológica son las razones que hacen que una persona tenga la necesidad de fumar marihuana.

Usuario de marihuana que “escapa de la realidad”

Este concepto considera al usuario de marihuana como una persona perturbada, incapaz de soportar el día a día e intentando aliviar sus dificultades dando un salto a un lugar desconocido de euforia. Parece ser que fumar marihuana es como saltar de la órbita del mundo real y normal para ir en busca del mundo anormal e ilusorio de las fantasías. De esta forma, todo el que fuma marihuana busca escaparse de la realidad y ausentarse de la vida. 

El usuario de marihuana “drogado”

Desde este punto de vista, el fumador de marihuana es quién está colocado la mayor parte del día. Esta idea viene de la creencia de que si alguien encuentra agradable el uso de marihuana, querrá estar drogado todo el día.

El problema de este razonamiento es que está basado en el miedo a lo desconocido, temiendo que cualquier cosa amenazante se vuelva dominante, abrumadora y destructiva.

El problema de estos prejuicios es que están basados en el miedo a lo desconocido

La visión tradicional sostiene que fumar marihuana automáticamente significa el deterioro de una vida socialmente aceptada. Lo peligroso de esto, es que las campañas antidrogas muchas veces basan su publicidad en esta idea irracional que crece en las mentes de las personas y es la causa de los prejuicios hacia los consumidores de marihuana.

Erich Goode nos abre los ojos en este libro, y nos hace ver que el mayor problema de los prejuicios contra los usuarios cannábicos es creer que el uso de la marihuana es incompatible con la vida cotidiana. En cambio, es más fiel a la realidad darnos cuenta que no hay un límite, sino más bien una continuidad entre los usuarios de marihuana y la sociedad porque somos parte de ella.

Afortunadamente, Erich Goode en su libro también nos describe otros modelos que se aproximan más a los hechos tangibles, éstos son:

El usuario recreativo

La visión recreativa del uso de la marihuana tiene los siguientes elementos en consideración:

  • Su uso es libre y no compulsivo 
  • Da una experiencia placentera a los usuarios
  • Acompaña a otras actividades agradables y no las reemplaza
  • Su uso es relativamente poco dañino para el usuario
  • Su uso también es social

El consumo de marihuana como estilo de vida

Finalmente esta concepción conecta aún más con hechos tangibles. Esta manera de ver tiene en cuenta la realidad en la que se encuentra el sujeto. Así todo cobra un sentido radicalmente distinto y más en coherencia con las verdaderas experiencias de los consumidores de marihuana.

Esta concepción considera que el uso de la marihuana es producto de los mismos valores y creencias que guían otro tipo de actividades diarias y decisiones en los grupos de personas. Hacer una compra, leer una revista, escuchar música, hacer deporte, todas estas actividades son influenciadas por los grupos sociales a los que pertenecemos. Esto no debería sorprendernos, ya que todos estos aspectos de la cultura son bien conocidos y forman parte de nuestro sentido común.

Además, el uso de la marihuana tiene una función diferente en cada grupo social. Las personas tenemos motivos para consumir marihuana, no lo hacemos ni sin razón ni ocurre por un oscuro e incontrolable motivo, sino que estos motivos están atravesados por los valores y circunstancias de la sociedad de la que formamos parte. 

cogollos-marihuana

¿Cómo podemos reducir los prejuicios de los consumidores de marihuana?

Podemos ser deductivos o inductivos en nuestra manera de pensar. Un reclamo común hoy en día es que necesitamos menos prejuicios y más conciencia. Los mismos hechos evaluados según dos observadores diferentes, cada uno con ideologías opuestas, producirán resultados diferentes.

Por lo tanto podemos decir, que no es apropiado percibir los hechos en lo abstracto debido a la baja calidad de esas percepciones. Es más útil para describir la realidad relacionar al sujeto con su contexto y comprender los hechos desde la perspectiva general de que son la manifestación de un proceso más complejo. En definitiva, por sí solos los hechos son un acertijo caótico. 

Por lo tanto podemos concluir, que adherirse a un modelo sin sentido e ignorar los hechos es igualmente estéril que engañoso. Analizar al sujeto teniendo en cuenta su realidad es por donde se debe comenzar a interpretar para obtener un análisis más fiable.

Muchas gracias Erich Goode por ampliarnos la perspectiva en este dilema que entorpece nuestro organismo social, sólo me queda por añadir que el poder de decisión es la única libertad que nos queda como prisioneros de este mundo.

 

Fuente: Erich Goode. The Marijuana Smoker. 1970.