Una tradición criminalizada
La Sexta Columna ha publicado un informe sobre el caso de Lola, cuya familia se ha dedicado durante décadas al cultivo de cáñamo industrial en la cuenca del Segura. Te contamos en este artículo el dilema que relata el informe.
La tradición cañamera en la cuenca del Segura
En el informe Lola enseña la escritura de la tierra que adquirió su padre, donde explicita: “En las tierras existe una balsa para cocer cáñamo con sus ensanches o tendederos”. La madre de Lola también aparece en el informe defendiendo que Lola mantiene viva la tradición cañamera de su abuelo, de su padre y de su marido. Algo nada sorprendente, ya que el cultivo y procesamiento de cáñamo es una arraigada tradición de esa zona. El museo del cáñamo ubicado en la Ctra. Rafal nº8 en Callosa de Segura, Alicante, testifica el gran valor cultural de esta tradición, que también se puede vislumbrar en este interesantísimo vídeo que documenta la actividad cañamera de la zona.
Una plantación de cerca de 4.500 plantas se ha arruinado gracias al procedimiento judicial que incrimina y criminaliza a Lola y sus tradiciones. Lola describe en el informe que el uso que ellos hacen del cáñamo es exclusivamente industrial y asegura que antes de comenzar con el cultivo se elabora un informe que se remite a la guardia civil para que tengan conocimiento de la plantación y sus características. Aún así, los agentes de la guardia civil irrumpieron en la plantación para precintarla acusando a Lola de cometer un delito contra la salud pública porque sus análisis revelaron que el contenido de THC superó el 0,2% permitido.
El abogado del estudio jurídico Brotsanbert, Hector Brotons, explica que mantener el THC por debajo del 0,2% es todo un desafío, ya que las semillas que producen ese porcentaje pueden aumentarlo al cambiar las condiciones ambientales del cultivo. La cantidad de luz solar que reciben las plantas es uno de estos factores. A mayor incidencia del sol, mayor será la cantidad de THC que produce la planta, por lo que las zonas más soleadas de España son propensas a aumentar este porcentaje.
Que la cantidad de THC supere el 0,2% no significa que el cáñamo tenga propiedades psicotrópicas. Para ello el porcentaje debe ser muchísimo mayor. Lola asegura en el vídeo que sus plantas no producen efecto psicoactivo y que no son comercializables en el mercado ilícito. Lola ejemplifica la amplia versatilidad de los productos que se fabrican a partir del cáñamo en otros países de Europa donde está permitido: Biocombustibles, cosméticos, alimentación, etc.
Lola consciente de su inocencia encomendó un contraanálisis a la Universidad Miguel Hernández. Los análisis revelaron que las muestras de cáñamo contenían un valor de THC menor a 0,1%.