Guía oficial de cultivo de marihuana en exterior: preparar el sustrato

Además de elegir y germinar las semillas, elegir el lugar y preparar el sustrato son otras partes claves para conseguir un cultivo de exterior exitoso.
Parte 2 -- (Primer capítulo de nuestra guía oficial de cultivo en exterior).
¿Cómo preparar el suelo para el cultivo de Marihuana?
Preparar bien el suelo es la base sobre la que se sustentará el éxito de toda la cosecha, un suelo adecuado sujeta, nutre y protege a la planta. En todo caso, siempre que no se llega a tiempo otra solución es cavar un agujero y meter tierra profesional, de tipo completo, hay excelentes mezclas para exterior, una de las más clásicas es el Biobizz All Mix. Lo mismo aplica para los que cultivan en maceta, en este artículo te enseñamos como hacer tu sustrato, pero resulta mucho más rápido usar un sustrato de cannabicultura completo. Si optas por comprar tu mezcla de tierra, apuesta siempre por la calidad, pues las mezclas baratas al final dan muchos problemas. Por supuesto evita los sustratos completos no diseñados para la marihuana, llevan fertilizantes químicos que arruinarán el sabor de tu cosecha.
Elegir emplazamiento
A la hora de elegir lugar para un cultivo hay veces que solo existe una opción, en ese caso toca conformarse. Cuando podemos elegir varias localizaciones, conviene un lugar con un mínimo de cinco horas de luz directa, por lo que se elegirán zonas orientadas al Sur, por ejemplo las laderas Norte de la montaña suelen ser más húmedas y menos aptas para el cultivo.
Observa el lugar a distintas horas, si hay árboles u otros elementos que hagan sombra, si puedes acudir el verano anterior es lo ideal, pero como no suele darse el caso, hazte la idea de que el sol en verano tiene un recorrido más largo que en invierno. Hay que fijarse también en si está bien resguardado, pues tanto los vientos excesivos, como las miradas indiscretas, son malos compañeros de la marihuana. Otro factor es la facilidad para abastecerse de agua.

Tipos de tierra para una plantación de Marihuana
Es importante observar la tipología de suelo para el cultivo de marihuana. Resulta útil llevar una pequeña pala y un cuchillo para hacer cortes limpios que permitan observar el perfil y la estratificación por capas, además de una lupa de mano. Un test muy sencillo es cavar un agujero, llenarlo de agua y ver cuanto tiempo tarda en drenarse, lo que nos hablará de la humedad del terreno y su capacidad retentiva.
A continuación algunas generalidades básicas, si deseas profundizar en el tema consulta en la biblioteca libros de edafología. Lo ideal es un suelo vivo, aireado y con mucha materia orgánica, si el suelo es oscuro y vemos gusanos de tierra al cavar es una señal excelente. El limo cercano a los márgenes de los ríos también suele ser fantástico para el cultivo por la gran cantidad de comida que contienen, siempre que una inundación otoñal no arrase luego con todo. Los suelos rojizos y compactos son arcillosos, retienen mucho la humedad, pero tienen drenaje difícil. Los suelos muy sueltos y poco consistentes son arenosos y drenan mejor, pero retienen mal el agua. Todos los suelos agradecen que se les añada materia orgánica, suministrarles estiércoles y compost con regularidad es la mejor forma de mejorarlos y crear en ellos una buena estructura. En todo caso siempre se puede recurrir a un analisis del suelo.
Acidez y encalados ¿cuál es el PH adecuado para plantar Marihuana?
El pH de la tierra o el agua de riego es muy importante, mide la acidez o basicidad del medio. Un pH adecuado a cada variedad de plantas es muy importante para que puedan absorber los nutrientes que necesitan. Se mide desde el 1 más ácido, hasta el 14 más básico. El pH neutro estaría en el 7. La marihuana demanda un suelo ligeramente ácido, sobre el 6.5, de esta forma tiene más disponibles los nutrientes, además de favorecerse en el suelo la vida bacteriana ideal para el cultivo en tierra.
En la zona Oesta de España (Galicia, Asturias, Extremadura, Cadiz, etc…) suelen predominar los suelos ácidos, por lo que tradicionalmente los agricultores han aportado enmiendas calizas para rebajar esta acidez, es el llamado encalado. Además de la cal, también se usa la llamada cal de algas, Lithothamnium calcareum, rica en calcio, magnesio y microelementos. Aunque da excelentes resultados, su empleo agricola está en receso, ya que para su elaboración hacen grandes destrozos en ecosistemas marinos. El encalado no es necesario hacerlo todos los años, pues sería un exceso.

Laboreo
Intentar conseguir un suelo natural es el objetivo. El sistema de bancales profundos recomendado por John Seymour es muy útil. Este método se basa en crear bancales profundos y bien sueltos, una vez hechos no se vuelven a pisar, de forma que las plantas lo tienen fácil para echar raíces profundas que son la base de una planta sana y bien alimentada. Para poder moverse con facilidad en los alrededores del bancal, hay que optar por dimensiones manejables, de forma que se pueda rodear con facilidad, sobre 1,5 metros de ancho para llegar al centro sin pisarlo. La longitud es variable, pero sin pasarse, para que no cueste rodearlo de un lado a otro del bancal. Para hacerlo a mano se delimita el bancal con cuerdas y se cava la primera capa de terreno en profundidad, se reserva la tierra fértil a un lado y se extienden el estiércol, compost y acondicionadores, se vuelve a cavar en profundidad para mullir el terreno a fondo e incorporar bien la comida. Añadimos el terreno que habíamos reservado, mezclado también con los acondicionadores correspondientes. Si el suelo es muy arenoso o arcilloso, cuanto más aporte de materia orgánica mejor. Añadiremos también al bancal la tierra del espacio entre bancales dedicado a pasillo, con lo que el bancal sobresaldrá del terreno, lo que lo hace muy apropiado para climas de pluviosidad alta que requieran buen drenaje. Parecido a este sistema es el conocido como lechos elevados.
Gaspar Caballero ha propuesto el sistema de paredes en crestall para climas de pluviosidad inferior, básicamente consiste en bancales a los que no se da altura, de forma que no drenen tanto, además de hacerse hincapié en el riego por exudación y un buen acolchado. Es importante recordar no pisar los bancales, si en alguna operación hay que ponerse encima se usara una tabla para distribuir el peso en el suelo. Conviene retirar las piedras que hayamos encontrado, pueden ponerse a los lados de los bancales, pero funcionarán como refugio de babosas y caracoles, por lo que habrá que hacer una retirada manual regular.
El agricultor que quiera aplicar el sistema de cava en profundidad con motoazada u otras maquinarias, para superficies mayores, puede optar por trabajar el terreno por largas tiras, en las que se levanta la primera capa de tierra de una tira, se añaden los acondicionadores y se da una nueva pasada para deshacer y mullir bien la capa inferior del terreno. Se tapa la primera tira con la primera capa de tierra de la siguiente. La primera capa de terreno es la más fértil, por la que hay reservarla aparte para no mezclarla con las inferiores de menor calidad.
Para todos los amigos de la agricultura y la suficiencia adquirir “La felicidad de vivir en el campo “ y la “Guía practica del horticultor autosuficiente” de John Seymour es una buena inversión. Allí hay esquemas detallados de cómo elaborar estos bancales, además de muchísima más información de primera calidad.
Otro sistema es cavar un buen agujero y añadir los acondicionadores, también se puede emplear el sistema más sencillo: cavar un agujero y llenarlo de sustrato para la marihuana, con un par de puñados de guano de murciélago en barras, además de algún otro complemento de los citados.

Tierra de macetas ¿cómo preparar tu propio sustrato?
En todo caso los sustratos preparados son muy eficaces, pues además de ser de uso inmediato, suelen contener una calidad adecuada de nutrientes, un pH correcto y buena aireación, cuestiones que habrá que tener en cuenta a la hora de preparar la tierra de macetas.
Algunas cultivadores de Cannabis prefieren preparar su propio sustrato. La receta básica más conocida es mezclar partes iguales turba, perlita y humus de lombriz, a la que se añaden distintos tipos de fertilizantes naturales para marihuana. La turba es la “tierra base” de la receta, mientras que la perlita aumenta el drenaje y el humus de lombriz aporta la comida. Dado que la perlita suele flotar con los riegos y salirse del sustrato, puede disminuirse su cantidad y aumentar la de turba y humus de lombriz, de esta forma la perlita queda más “atrapada”. En esta receta base se pueden combinar distintos elementos, según los gustos del cannabicultor y los materiales disponibles. Para manejar cantidades importantes de sustrato hay que delimitar un espacio donde elaborar el montón y apilar los ingredientes. Aunque puede usarse una hormigonera o una pala, siempre es un placer calzarse los guantes y mezclar a mano todos los ingredientes, al poco tiempo se producirá un agradable olor a bosque. Es importante añadir vida al sustrato.

Acondicionadores y Supersoil
Enmiendas minerales: normalmente a base de rocas potásicas o fosfáticas machacadas. Muy conocida la diatomea. No excederse.
Guano de murciélago: proporciona a las plantas el aporte de fósforo y potasio que necesitan en floración, además de otros micronutrientes. La yerba cultivada con guano de murciélago adquiere un sabor dulce, natural y exquisito. Nunca recolectes guano por tu cuenta, pues puedes coger una intoxicación grave, solo el guano de Madagascar o de Cuba tienen la venta permitida en la Unión Europea, para garantizar su seguridad. La marca Guanokalong es pionera en la venta de guano de murciélago para marihuana y ofrece un producto seguro y de alta calidad. A veces no está disponible, porque cuando no hay material de la más alta calidad, prefieren parar las ventas antes de ofrecer material de segunda calidad. Guanokalong se presenta en varios formatos, los pellets es el más adecuado para incorporar al sustrato, aunque el polvo también da excelentes resultados añadiéndolo al sustrato o por la parte superior. Si se quieren preparar disoluciones el apropiado es el formato en polvo, aunque también se pueden adquirir el extracto líquido.
Humus de lombriz. Denominación popular del vermicompost o lombricompost, el estiércol de los gusanos es un nutriente fenomenal para la marihuana, pues además de contener los macronutrientes básicos (sobre todo nitrógeno, aunque también fósforo y potasio), proporciona otros micronutrientes, además de ácidos húmicos y fúlvicos y diversas hormonas vegetales (auxinas, gibelerinas y citoquininas). Cada puñado de humus de lombriz contiene billones de bacterias que trabajan gratis para el cultivador de marihuana, creando vida, oxigenando el sustrato, esponjándolo y ayudándole a incorporar nutrientes. Además de para mezclarlo en el sustrato, va muy bien para hacer un mantillo sobre la superficie, de esta manera estabiliza la temperatura y protege las raíces, al tiempo que los nutrientes se absorben con los riegos.
Turba de coco: también es muy utilizada en el cultivo de marihuana, sobre todo como sustituto de la perlita, consiste en la corteza que recubre los cocos, machada para formar un sustrato. Antes es necesario lavarla y mojarla para ablandarla, el proceso se realiza en inmensas balsas. El coco apropiado para la marihuana requiere de un lavado profundo y con agua dulce, mientras que muchos de los sustratos baratos que se ofrecen son de calidad inferior y alto contenidos en sales, por lavados incorrectos o con agua de mar. Otro aspecto importante es que se haya hecho un picado y homogeneización correctos, además de tamponarse al pH adecuado para la yerba. El coco de Canna se ofrece en copos, ideales para el cultivo, está bien ajustado de pH y tiene un bajo contenido de sales. Además de sustrato de coco en bolsas, es también posible adquirir ladrillos de coco prensado, mucho más fácil de transportar. Para usar el coco prensado hay que rehidratarlo en un cubo con agua abundante.
Combinados para la preparación de tierras: como por ejemplo el Pre Mix de Biobizz, llevan muchas cosas como harinas de algas o huesos. También excelente el Super Soil F1 de Mycoterra. Ideal para una preparación sencilla de sustratos.
Supersoil: En la preparación de sustratos de marihuana siempre se ha usado una amplia gama de productos. En los últimos tiempos el concepto ha evolucionado y hablamos ya de Supersoil, en el que se añaden elementos de todo tipo para hacer un suelo muy completo. Algunos ejemplos son roca volcánica, harina de alfalfa, epsonita, harina de huesos, harina de sangre, harina de pescado, carbón activado, estiércol de escarabajo, algas y mas productos. Si quieres hacer tu propia mezcla, la marca Mycoterra te facilita mucho la vida, ya que ofrece un montón de materiales diferentes para elaborar un Supersoil acorde a tus necesidades. Además hay que añadir al suelo microvida, en forma de Bacillus y Rizomas, de lo que hablaremos en el proximo capitulo, que tratará el crecimiento de la marihuana en exterior y el trasplante, momento ideal para añadir la vida cerca de las raíces. De momento adelantar que el cultivo de marihuana moderno en exterior, son fundamentales los biofertilizantes, así como micorrizas y trichodermas.

Estiércol y compost
La tierra madre requiere mayor aporte de nutrientes, por lo que además de los señalados anteriormente, se usan mucho el estiércol y el compost. Los estiércoles tienen distintas propiedades según el animal del que procedan. El vacuno es suave y muy apropiado para acondicionar la tierra, el de caballo más caliente resulta apropiado para el cultivo de invierno. Con la gallinaza hay que ser precavido, pues su uso reiterado puede alterar el pH del suelo. El estiércol más apreciado es el de las granjas donde ponen paja para el descanso del ganado, de esta forma se mezclan las deyecciones animales ricas en nitrógeno, con la paja que aporta el carbono, formándose un compost natural al dejarlo madurar en grandes montones.
El mejor estiércol es el que viene de ganado que pasta libre y se estabula de noche, además de sin exceso de medicamentos. El ganado pasivo y atiborrado a remedios químicos y piensos preparados, da un estiércol de mucha peor calidad. El truco con el estiércol es dejarlo extendido en noviembre, nada más cortar la cosecha, de esta forma tiene tiempo a quedar asimilado al suelo. En caso contrario conviene que sea estiércol maduro, de forma que tome aspecto de compost, oscuro y con olor a bosque.

¿Cómo elaborar compost para cultivar Cannabis?
El compost es una forma barata y ecológica de reciclar comida, restos vegetales y maleza. El secreto del compost es una adecuada relación Carbono/Nitrógeno en torno a 25-30 partes de carbono, por cada una de nitrógeno. Por ejemplo al segar una finca obtenemos unos restos con mucho contenido de nitrógeno, que se pueden combinar con hojas secas o paja seca para aportar carbono. El método es empezar el compostaje directamente sobre el suelo y alternar capas de unos materiales con otros. Se necesita hacer un montón de al menos un metro cúbico, para conseguir un compostaje rápido y eficiente, al alcanzarse la temperatura adecuada en la pila del compost, lo que además redunda en un compost con muchas menos posibilidades de plaga.
También se puede añadir estiércol u otras enmiendas orgánicas. Si quieres añadir a un montón de compost un cubo de reciclados orgánicos, abre un agujero, mételos allí y tápalo, no conviene dejarlos al aire, podrían atraer mosca del suelo. Es importante el grado de humedad, si queda muy seco no acabará de hacerse bien, mientras que si queda húmedo se produce un proceso más de pudrición que de compostado. Por tanto en climas húmedos puede ser necesario taparlo, mientras que en los muy secos demandará algún riego. Riega con infusiones de algas o pescado, obtendrás un supercompost.
Pueden adquirirse composteros de plástico para pequeños experimentos en terrazas, pero en cualquier finca de una mínima extensión resulta mejor fabricarse unas composteras, el modelo más conocido es el de tres cajones, la compostera más simple es un tubo hecho con malla metálica. Un sistema muy sencillo es el compostaje en superficie, extendiendo una delgada capa y dejando actuar al ciclo natural.
En el proceso de compostado, las materias leñosas y con mucho carbono, toman temporalmente parte del nitrógeno que luego será devuelto, por lo que el compostado se debe hacer con tiempo, nunca en el terreno a la vez que el cultivo. Un buen compost es oscuro y huele a bosque, constituye un aporte de humus fantástico para mejorar la estructura del suelo, no solo se trata de comida, sino de materia viva que trabajará para nosotros.
Aunque todas estas indicaciones puedan hacer parecer que el compostaje es complicado, en realidad resulta muy sencillo, la cuestión es empezar, casi siempre sale bien hasta a los más novatos, en el peor de los casos se puede rehacer la pila, alternando compost mal hecho y materiales nuevos. En sitios alejados, en los que sea difícil acarrear materiales, el compostado de malezas y otros restos es la mejor solución, además de muy discreta.
Desinfectar el suelo de mosca del suelo
Aunque aconsejamos usar estiércol y compost bien maduros y emplearlos antes del principio de la temporada, sabemos que muchos de nuestros lectores acabarán usando estiércoles y compost jóvenes en mayo o incluso junio. El resultado más habitual es una invasión de mosca del suelo que tienen el entorno ideal para poner sus larvas. Las larvas se desarrollan, comen las raíces de las plantas recién trasplantada y las debilitan. Igual que en el sustrato la raíz atacada se bifurca en exceso, en la superficie no forma una buena estructura, sino que se ramifica y hace racimos florales de inferior tamaño. Después de comer las raíces las larvas salen en forma de moscas, si se las deja seguirán repitiendo su ciclo, de forma que al llegar las plantas a la cosecha pueden llegar a estar bastante infectadas de mosca, lo que produce un perjuicio estético seguro.
Para evitarlo hay que dejar el alimento enterrado y recurrir a desinfectar el suelo. Desinfectar el suelo es una medida de prevención muy eficaz. Desaconsejamos la desinfección química, pues es intoxicar el suelo y aunque se cambie el sustrato todas las temporadas no resulta sostenible, ni para la tierra, ni para el bolsillo, además de muy trabajoso. La solarización está admitida en agricultura ecológica, consiste en tapar el suelo con plásticos negros y usar el calor producido para desinfectarlo. En todo caso es una práctica que afecta a la vida del suelo.
La desinfección del suelo con nematodos es la mejor alternativa. Los Steinernema feltiae buscan activamente la larva de la mosca en el suelo y la destruyen, además de atacar al trip y orugas en ciertos estadios. Su uso es muy sencillo, se aplican en riego justo antes de plantar, puede hacerse por riego director, gota a gota o pulverizado. Los nematodos se conservan en el frigorífico durante semanas y en el suelo durante meses. Solo los matan los nematicidas, por lo que se pueden utilizar en combinación con tratamientos y fertilizaciones químicas.

Rotación y abono verde
En vez de dejar un suelo desnudo y expuesto a los elementos, es mejor cubrirlo con otro cultivo, hasta que llega la hora de plantar las marihuanas, un suelo ocupado se enriquece y esponja, mientras que el ocioso pierde cualidades y deteriora. Si da tiempo a que ese cultivo se recoja estupendo, en caso contrario se corta antes, además de mantener el suelo activo, generamos masa vegetal con la que hacer compostaje en montón o superficie. Las leguminosas tienen la propiedad de ayudar a dejar disponible el nitrógeno del suelo.
En el cultivo en invernadero es práctica habitual renovar la tierra cada año y sacarla afuera, introduciendo de nuevo sustrato comercial. Esta técnica requiere un desembolso importante de dinero cada temporada, resulta mucho más sencillo organizar la tierra por bancales profundo, practicar la rotación dejando todos los años alguno con otro cultivo y plantar abonos verdes cuando estén desocupados, los bancales quedarán esponjosos y sueltos, listos para ser replantados la siguiente temporada
Alimentar el suelo
Uno de los grandes trucos de los cannabicultores expertos es alimentar al suelo, no a las plantas. Con una tierra madre bien preparada y viva, las plantas podrán absorber de ella todo lo que necesiten.
Lo más importante es que tenga una buena cantidad de comida, una tierra bien nutrida es la base de marihuanas sanas y sin carencias. También hay conseguir un suelo bien aireado, pues las plantas necesitan tanto el oxigeno, como la comida y respiran por las raíces. Por otra parte hay que buscar una buena retención de la humedad, pero que también drene bien el exceso de agua, pues de lo contrario se puede pudrir la planta. Lo ideal es preparar el sustrato lo antes posible, si es tierra para macetas puede guardarse en bolsas o en las mismas macetas tapadas con plásticos, mientras que si es tierra madre conviene cubrirla con acolchado orgánico como maleza cortada, césped, piedras, compost, estiércoles o mejor aún un cultivo de abono verde. El acolchado es una práctica muy beneficiosa para el suelo, tanto a nivel de nutrición, como de oxigenación y adquisición de cuerpo. Continuar con el acolchado una vez trasplantada la marihuana. Los acolchados húmedos se deben extender por capas más finas que los leñosos. Tapar con plásticos un sustrato recién preparado, es dejar el entrada franca a una invasión de hormigas.
Manual de cultivo de exterior:
Guía de cultivo de marihuana en exterior: elegir y germinar la semilla
Guía de cultivo de marihuana en exterior: preparar la tierra y elegir sustrato
Próximos capítulos
Guía de cultivo de marihuana en exterior: crecimiento, trasplante, podas, fertilización
Guía de cultivo de marihuana en exterior: floración, fertilización, plagas, lluvia, calor y riego
Guía de cultivo de marihuana en exterior: cosecha, secado, curado y conservación
Más información en la web de Soft Secrets sobre cultivo de marihuana de exterior
