Tierra y análisis de suelos
Muchas de las tierras y mezclas de sustrato que usan los cultivadores de cannabis tienen una base de turba, la cual se combina con otros elementos.
Las tierras pueden ser muy diferentes entre sí. La tierra normal de origen orgánico y mineral está compuesta por un 45% de partículas minerales, un 5% de organismos vivos e inertes –bacterias, protozoos, microbios, hongos, lombrices, etc.- y un 50% de agua y aire. Hay tres factores básicos que contribuyen a la capacidad de las raíces para desarrollarse en la tierra: textura, pH y contenido de nutrientes minerales.
La mayoría de jardineros tienen dos formas básicas de ver la tierra. La primera consiste en verla como una sustancia orgánica viva que ha de ser nutrida para que las raíces del cannabis puedan extraer los nutrientes necesarios en la cantidad máxima y de manera rápida y eficiente. Cuando se trata de tierra al aire libre o en contenedores grandes en invernaderos o interior, el gran volumen de tierra hace que podamos aplicar principios totalmente orgánicos. La otra forma de ver la tierra es como un medio de cultivo que retiene elementos químicos, fertilizantes a base de sales (nutrientes), aire y agua. En interior, y a menudo en invernaderos, ésta es la manera de afrontar el cultivo que tienen muchos jardineros.
Suelo, tierra y mezclas inertes
El suelo puede ser algo bastante sucio e inapropiado para cultivar. La tierra tiene una base mineral y la mejor forma de usarla es en el cultivo de cannabis en campos, bancales y contenedores de gran tamaño. Las mezclas inertes son más adecuadas para cultivar cannabis en contenedores pequeños, ya sea en interior, al aire libre o en invernadero. La dinámica de los contenedores pequeños es distinta a la de los contenedores voluminosos, los bancales o la tierra madre.
El terreno rocoso y arcilloso está lleno de nutrientes, pero la textura restringe el contenido de aire y humedad.
La textura del sustrato está marcada por el tamaño y la composición física de las partículas minerales. Es preciso que el sustrato tenga una textura apropiada para permitir una penetración adecuada de las raíces, así como la retención necesaria de agua y oxígeno, el drenaje y muchos otros procesos químicos complejos.
La tierra con mucha arcilla es fácil de detectar. Se apegotona a la primera, resulta dificultoso trabajarla y drena mal.
La textura, un indicador empleado para expresar el tamaño de las partículas minerales y de los granos en sedimento, se dividen en tres grupos principales: arcillosa, limosa y arenosa. La mayoría de suelos son una mezcla de tamaños de partículas de tres tipos básicos: arena, limo y arcilla.
El pH de la tierra es una medida que expresa el balance ácido-alcalino. La vida del sustrato y la disponibilidad y absorción de los minerales (nutrientes) por las raíces se ve afectada por los niveles de pH del sustrato. Cada salto de un punto en la escala de 0 a 14 del pH determina un aumento o disminución multiplicado por 10. La absorción de los nutrientes es óptima en unos valores de pH de 6,0-6,5. Resulta esencial mantener equilibrado y dentro de los valores apropiados el pH de la tierra y el agua para lograr un cultivo de cannabis fuerte y sano.
La tierra cambia según el lugar del planeta, incluso suele variar de un sitio a otro dentro del mismo terreno de tu casa.
Análisis de suelos
Las pruebas de tierra son bastante baratas (entre 20 y 200 €), sirven para que los cultivadores de cannabis médico ahorren mucho tiempo y dinero malgastado en fertilizantes. Dichos análisis también evitan que el entorno se contamine por exceso de fertilizantes, incluyendo nitratos y fosfatos, la acumulación en la tierra y el arrastre en las cuencas fluviales. El exceso de sales fertilizantes acaba en el sistema de abastecimiento de aguas, donde provoca incontables problemas ambientales y sanitarios. Por ejemplo, los cultivadores caseros utilizan, como mínimo, 10 veces más fertilizante por metro cuadrado que las grandes granjas agrícolas convencionales. Por cada 10 € gastados en fertilizantes por jardineros privados, se desperdician 9 €. Hace poco, estuve hablando con un cultivador de cannabis médico en exterior que gasta 3.000 € al año en fertilizantes. Aplicando los datos mencionados, podemos ver que realmente se usa un 10% del fertilizante (300 €), y el 90% restante (2.700 €) acaba en la tierra y en el agua del terreno. Este jardinero podría ahorrase 2.700 € fácilmente si invirtiera 20-200 € en un análisis de la tierra y siguiera las recomendaciones pertinentes.
Hay dos tipos básicos de análisis de tierra: uno mide el porcentaje de saturación de cationes basificantes, el otro mide el nivel de suficiencia de los nutrientes disponibles.
El porcentaje de saturación de cationes basificantes es utilizado de forma común por los cultivadores ecológicos y convencionales en muchos países. Los resultados de este tipo de prueba muestran la cantidad real de nutrientes que hay en la tierra. El objetivo de este análisis es conseguir una proporción equilibrada de nutrientes. La metodología emplea la extracción Mehlich-3. Este método de análisis de tierra está avalado por el Servicio Nacional de Información para la Agricultura Sostenible de Estados Unidos.
Las pruebas estándar de tierra basadas en el porcentaje de saturación de cationes basificantes proporcionan los datos siguientes:
- Calcio
- Magnesio
- Potasio
- Sodio
- Fósforo
- Azufre
- Cloro
- Elementos menores
- Oligoelementos
Para encontrar un laboratorio que haga análisis de tierra en tu país, ve a www.google.com y busca “laboratorio de análisis de suelos Europa”, o “laboratorio de análisis de suelos (el nombre de tu país)”.
El nivel de suficiencia de los nutrientes disponibles, llamado sistema Index en el Reino Unido, es utilizado por la mayoría de universidades, granjeros y grandes negocios agrícolas a nivel mundial. Los resultados de este tipo de pruebas muestran los niveles de nutrientes que están disponibles para las plantas en una escala conocida, asegurando que no se produzcan deficiencias ni excesos. La metodología emplea la extracción con acetato de amonio.
Informe gráfico de suelos
Las pruebas estándar de tierra basadas en el nivel de suficiencia de los nutrientes disponibles aportan todos o algunos de los siguientes datos, suelen incluir recomendaciones para mejorar el contenido de nutrientes de la tierra.
- pH
- ECe (dS/m)
- NO3-N (ppm)
- NH4-N (ppm)
- PO4-P (ppm)
- Potasio (ppm)
- Magnesio (ppm)
- Calcio (ppm)
- Sodio (ppm)
- SO4-S (ppm)
- Zinc (ppm)
- Manganeso (ppm)
- Hierro (ppm)
- Cobre (ppm)
- Boro (ppm)
En muchos de estos análisis de tierra también se incluye la gama óptima para cada lectura y enmienda, así como recomendaciones sobre fertilización. Por un poco más de dinero, muchos laboratorios incluyen una gráfica de lectura sencilla.