Medicamentos cannábicos comestibles
Descarboxilando el cannabis.
Convertir THCA en THC
La descarboxilación es una reacción química que libera dióxido de carbono (CO2). Esto quiere decir que tiene lugar una reacción química en la que los ácidos carboxilos pierden un átomo de carbono de la cadena de carbonos. Este proceso transforma el THCA en THC, el deseado compuesto con grandes efectos medicinales y psicoactivos. Cuando el cannabis se seca, empieza a descarboxilarse lentamente y a convertir el THCA en THC.
Las buenas noticias son que no hace falta esperar años a que el cannabis se descarboxile. Podemos acelerar las cosas gracias a un proceso que es mucho más simple de lo que se podría esperar. Sólo hay que calentar el cannabis seco hasta la temperatura adecuada, durante el tiempo necesario para que se libera todo el dióxido de carbono y se cree el THC. La descarboxilación tiene lugar sin mayor esfuerzo cuando el cannabis se calienta durante el acto de fumar o vaporizar.
Cuando se elaboran tinturas, el cannabis no se calienta ni se hornea. Simplemente se sumerge en alcohol de alta graduación. La descarboxilación no tiene lugar por lo que se obtiene un producto con mucho THCA pero poco THC. Aunque esto puede ser útil, para algunas dolencias no produce los efectos que la mayoría espera.
Lo que hace falta
- Un mínimo de tres gramos de resina tamizada o kiff (cogollo desmenuzado). Usamos hash, aceite y cannabis de estas variedades. Las preferidas son: Bubba Kush, SSH, Amnesia, SOG Kush y algunas más.
Nota: también se puede usar cannabis prevaporizado y evitar el proceso de descarboxilación. Eso sí, los efectos resultan más letárgicos.
- Aceite de coco, 2,5 cucharadas. El mejor es el orgánico y mecánicamente extraido. Si la dosis acaba resultando demasiado fuerte siempre se puede diluir añadiendo más aceite de coco hasta encontrar el efecto deseado. No hay prisa, siempre es mejor llenar una cápsula y probarlo antes de llenar el resto, para ver si hay que hacer algún cambio. Suelen salir fuertes, por lo que algunos consumidores preferirán dosis más bajas.
- Pipeta para rellenar las cápsulas a mano fácilmente o, por supuesto, una maquina para llenar cápsulas o una bandeja.
- Aceites opcionales. Como paciente con dificultades digestivas y de absorción, uso una combinación de aceites pesados y ligeros para aumentar la movilidad y absorción de los cannabinoides, una mezcla óptima para los cannabinoides, el CBD, etc.
- Lecitina de soja. Se usa en la industria alimentaria para lograr que una cantidad de azúcar o chocolate parezca mayor y en la industria farmacéutica para aumentar la efectividad de los medicamentos, homogeneiza y cubre con seguridad, ayuda a romper las sustancias en partículas más pequeñas y finas, mejorando la biodisponibilidad dentro del cuerpo. La lecitina aumenta la disponibilidad de todo, desde el azúcar o la vitamina C, hasta los fármacos con receta, y el aumento en la disponibilidad por contacto es de entre el 15 y el 75%, dependiendo de la sustancia, vitamina o producto químico. Esto quiere decir que si añade la cantidad correcta de lecitina a, por ejemplo, la vitamina C, se reduce en más del 50% la cantidad de ácido ascórbico que se debe consumir para conseguir el mismo efecto.
- Un plato de cerámica que pueda ir al horno
- Papel de aluminio
Método
Para empezar se pesan entre 2 y 3 gramos de hachís o kiff finamente tamizado. Yo suelo usar sobre tres gramos. Se precalienta el horno a unos 100ºC, (el mismo proceso se usa con el cannabis pero ambos se descarboxilan por separado).
Se espolvorea el hachís repartiéndolo por el plato y se sella bien, dos veces, con papel de aluminio. Se pone una alarma para que suene en veinte minutos, y se coloca el plato en una bandeja del horno durante el precalentamiento. No es estrictamente necesario, pero calentar el plato lentamente reduce el riesgo de que se parta y se pierda el material.
Ocurre lo mismo al final del calentamiento. Tras apagar el horno y abrirlo unos minutos se vuelve a cerrar y se deja que se vaya enfriando lentamente durante diez minutos.
El tiempo total de descarboxilación es de 30 minutos (de los que sólo 20 están el horno encendido). Una vez frío, se saca el plato.
Ahora hay que precalentar el horno a 120º C, mientras que se siguen los siguientes pasos. No hay que preocuparse si está demasiado caliente, cuando haya que usarlo se reducirá la temperatura.
En cada paso, para evitar que se pierda potencia al escaparse el vapor, es muy importante esperar con el plato bien sellado, hasta que se enfríe completamente, antes de abrirlo.
Al destapar el papel de aluminio, el hachís ya no será de color amarillo claro, se habrá trasformado en un marrón dorado.
Mezclar bien 1/4 de cucharita de postre de lecitina con el hash, y ya se puede añadir el aceite de coco, aunque antes hay que derretirlo. Conviene tener cuidado al hacerlo, algunos recipientes tipo tetrabrick tienen una capa de papel de aluminio y no se pueden meter en el microondas. Para lograr siempre la misma calidad en cada tanda de aceite hay que calentar el aceite hasta los 100ºC, esto es especialmente importante si se procesa una gran cantidad de aceite.
Mezclar bien el aceite y el hash y sellarlo con cuidado con dos capas de papel de aluminio. Sólo para dejarlo claro una vez más: el sellado con papel de aluminio durante todas las fases de calentamiento previene la vaporización de la preciada potencia del extracto. Se coloca el plato cubierto sobre una bandeja del horno. Inmediatamente se reduce el calor a 100º C y se pone la alarma para 40 minutos después. La subida inicial de temperatura tiene como objetivo calentar el plato con rapidez, para cuando el aceite empiece a calentarse la temperatura debería haber bajado lo suficiente. Tras cuarenta minutos se apaga el horno, se abre momentáneamente, se cierra de nuevo y se deja que el aceite se enfríe lentamente. Lo hago así para aumentar el tiempo de procesado y reducir el riesgo de que el plato se rompa con el cambio de temperatura y se pierda el producto. Una vez está completamente frío, como mucho tibio al tacto (una media hora) se puede quitar el papel de aluminio y añadir 1/8 de cucharadita de postre de lecitina (tras elaborar aceite unas cuantas veces se puede empezar a experimentar con la cantidad de lecitina usada).
Tras añadir la lecitina (y tras sacar el plato del congelador y darle suficiente tiempo como para que se ponga a temperatura ambiente) hay que asegurarse de que está bien sellado con papel de aluminio, precalentar el horno a 100ºC y poner el planto dentro durante el precalentamiento (sobre todo si estaba congelado y se acaba de descongelar). Fijar la alarma para un mínimo de 40 minutos tras el precalentamiento. Si se desea un efecto más narcótico se puede experimentar con un calentamiento continuado, en intervalos de 40 a 60 minutos, para producir la degradación del THC y conseguir el metabolito CBN, de efecto sedante.
Receta del dulce de azúcar
Ingredientes
- aceite, para engrasar
- Cannabis/hachís/restos cannábicos
- Media lata de leche condensada
- 5-10 vainas de cardamomo (genial para ayudar a la digestión)
- 50g de anacardos
- 50g de pistachos
- Aceite de coco
- Lecitina de soja en polvo
- 350g de azúcar superfino
- 100g de mantequilla sin sal
- 1 cucharada de extracto de vainilla
Preparación
- Engrasar un molde cuadrado de 18cm.
- En un sartén poner la leche, el azúcar y la mantequilla. Calentarla despacio, revolviendo sin parar hasta que el azúcar se haya disuelto y la mantequilla esté derretida.
- Llevarla a ebullición y dejar que hierva de 15 a 20 minutos, revolviendo sin parar.
- Cuando la mezcla alcance el estado de bola blanda (115ºC en un termómetro de azúcar), apartar del fuego y mezclar el extracto de vainilla y el de cannabis que se preparó anteriormente. Dejar enfriar durante cinco minutos.
- Remover la mezcla con una cuchara durante unos minutos hasta que empiece a espesar y el brillo desaparezca.
- Verter en el molde y dejar enfriar a temperatura ambiente (no meter en la nevera).
- Una vez reposado, cortarlo en pequeños recuadros y guardarlo en un contenedor cerrado.