Veteranos de guerra de EEUU luchan por el Cannabis Medicinal

Elizabeth Erhardt
19 Aug 2021

Quedan 14 estados por regular el uso del Cannabis en Estados Unidos, y la lucha de los veteranos de guerra puede ser lo que le falta a los estados republicanos para unirse a la legalización.


Chayse Roth, ex sargento de artillería del Cuerpo de Marines que fue a la guerra de Irak, Afganistán y Pakistán, cuenta en este artículo que aboga por que los legisladores aprueben un proyecto de ley que legalice la marihuana a los veteranos para que la usen como tratamiento. “He perdido más hombres por suicidio desde que fuimos a Afganistán en el 2001 que en combate”, dice. Chayse es uno de los integrantes de “Familias de Carolina del Norte para el cannabis medicinal”, una asociación de familias, veteranos, médicos y otros profesionales médicos que creen que el acceso al Cannabis medicinal es fundamental para el bienestar y la calidad de vida de los pacientes que padecen afecciones médicas debilitantes. Julius Hobson Jr. es un ex miembro de la Asociación Médica Estadounidense que ahora enseña en la Universidad George Washington, y afirma en el artículo mencionado que debido a que los veteranos son considerados como un grupo conservador, su lucha por el Cannabis medicinal tiene impacto. 

El costo de la guerra

Estados Unidos es un país que se hace ver por su cultura consumista, capitalista y el enorme interés que muestra por las violentas guerras, lo que puede deducirse de la enorme cantidad de recursos económicos y humanos que invierte en sostener estos conflictos alrededor del mundo. Este artículo publicado en 2019 dice que la Universidad de Brown hizo los cálculos de las guerras del Pentágono de las últimas dos décadas en su proyecto "Coste de la Guerra" y reveló que casi medio millón de afganos, iraquíes y paquistaníes murieron en los conflictos, que EEUU perdió unos 7.000 militares y un número algo superior de contratistas, y que la factura para sus contribuyentes ha rondado los 6 billones de dólares.

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La guerra es en vano

Esas cifras son un ejemplo de los daños de las guerras, todas ellas incluida la de la droga, que son oportunidades para expresar mucha cantidad de violencia y destruir vidas, familias, comunidades y la naturaleza. Además, las guerras llaman a un círculo vicioso de más guerras, conflictos, pobreza, hambre, desesperación y tristeza que se retroalimenta más y más y parece no tener fin. Dentro de todos estos males para la humanidad y bienes para la industria explotadora, ni siquiera los mismos soldados que aprietan el gatillo son testigos de que las guerras sirvan para algo, de hecho todo lo contrario, cuando vuelven se convierten en testigos de lo más deplorable de nuestra sociedad: el abandono, la indiferencia, la carencia de solidaridad, en definitiva, todo lo que trae el egoísmo que alimentamos con nuestras acciones día a día. Alimentamos la indiferencia hacia otros y otras cada vez que podemos ayudar a alguien y no lo hacemos, cada vez que somos testigos de que la marihuana no es un demonio pero silenciamos nuestra voz, y es justamente lo que no hicieron los olvidados veteranos de guerra estadounidenses. 

La tragedia de los veteranos: El Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD)

Hill Sautner, un terapeuta encargado del control de los ex combatientes, dijo en este artículo: “La tragedia de los veteranos reside en la imposibilidad de elaborar, compartiendo con el resto de la gente, la experiencia del horror concentrado en una guerra de muy corto tiempo. Perseguidos por estos recuerdos, los veteranos de las sucesivas guerras e intervenciones norteamericanas que en su momento fueron recibidos como héroes, son hoy muertos sociales: 271.000 son “homeless”, una cifra casi equivalente a la de los iraquíes muertos en apenas cien horas de guerra”. 

 

No se puede reprimir a la conciencia

Con dicho testimonio podemos ver por un lado, que matar y ver gente morir no es algo que pueda olvidarse fácilmente. Lindsay Rodman, portavoz de Veteranos de América de Irak y Afganistán (IAVA) asegura que el combate es siempre traumático. En el artículo que mencionamos al principio, Jason Secrest, mayor en la Guardia Nacional, el cuerpo de reservistas del Ejército, reveló:  “En la guerra ves cosas que la gente no debería ver. Ves a tus amigos muertos y heridos, matas a gente, vuelas edificios y al volver a casa tienes que hacer vida normal, pasas enseguida de un extremo al otro. A veces vuelvo a luchar antiguas batallas en mi cabeza. Ciertos olores o cosas que veo en la tele reactivan los flashbacks.

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Esto demuestra que los veteranos de guerra conocen algunos de los peores atributos de nuestra existencia, y parece que eso despierta una sensibilidad que le impide a la persona volver a vestirse y vivir en el circo de actividades intrascendentes en el que vive la mayoría en nuestra sociedad donde lo más importante es lo que compramos con el salario que nos dan a fin de mes. 

 

Los muertos sociales

El testimonio del terapeuta Hill Sautner no sólo es testigo de los daños que produce matar y ver morir, también es testigo del profundo egoísmo que nos domina. Él no es el único que se da cuenta que los veteranos y muchos otros sectores marginados son considerados “muertos sociales” por el Estado y muchas veces por los otros ciudadanos civiles y por los distintos actores y organismos. 

Las cifras hablan por sí mismas, según se indica en dicho artículo, en Estados Unidos existen unos 23 millones de veteranos de guerra, y de las 30.000 personas que se suicidan ahí, unas 6.000 son veteranos de guerra. Además, el estudio que puedes descargar a continuación muestra que el 20% de los militares que sirvieron en Irak y Afganistán, cerca de tres millones, tiene depresión, PTSD o traumatismo cerebral. Entre todos los veteranos, el 25% tiene algún tipo de invalidez.

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Un suceso impactante grafica la situación: En 2017 y 2018, 19 veteranos se suicidaron en los aparcamientos de hospitales en acto de protesta por la carente atención recibida. El artículo que mencionamos antes indica que la causa del PTSD se origina en el terreno de combate cuando los soldados son sometidos a presiones inhumanas. La Corporación Rand emitió un informe donde muestra que al menos el 20% de los veteranos de Afganistán e Irak mostraban síntomas de PTSD o depresión. No es de extrañar entonces que cada día se suiciden 20 veteranos en EEUU.

El Cannabis puede ayudar en el tratamiento de PTSD

El artículo científico que puedes descargar a continuación proporciona evidencia que sostiene que el Cannabis disponible en los dispensarios puede ser un tratamiento alternativo prometedor para el PTSD. Gary Hess, un veterano de la Infantería de Marina de Luisiana  testificó ante la legislatura estatal, que vio amigos decapitados por explosiones, reviviendo el trauma día a día, tomando un cóctel de medicamentos recetados, que hicieron poco para aliviar sus síntomas y que finalmente encontraron alivio con el Cannabis. Según se menciona en el artículo, su historia impactó, ya que resonó entre los legisladores que habían servido en el ejército.

Como evidencia del posible final feliz al que nos puede llevar este camino en el que se reconoce el potencial terapéutico del Cannabis, podemos citar el caso de Alabama, donde el hecho de que un veterano fuera encarcelado por posesión de Cannabis desencadenó la legalización medicinal este año.

El mundo aclama la liberación del Cannabis, reconoce su uso y la insustancialidad de su prohibición. Esperemos que este hecho se sume a todas las otras luchas por la liberación de esta planta y nos ayude a ver que este tema nos concierne a todos, más allá de nuestra ideología.

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Elizabeth Erhardt