ICEERS: carta al Ayto. de BCN respaldada por 179 expertos
En los últimos días, aproximadamente treinta asociaciones cannábicas en Barcelona han recibido notificaciones del Ayuntamiento con propuestas de sanciones que van desde multas económicas hasta el cierre temporal de sus actividades por períodos de seis meses a dos años. Esta situación refleja una estrategia del consistorio barcelonés dirigida al cierre total de estos espacios.
¿Qué son los clubes sociales de cannabis?
Hace más de 20 años, en Barcelona surgieron los clubes sociales de cannabis (CSC), un enfoque innovador para regular y consumir cannabis de manera responsable. Estos CSC operan como organizaciones sin fines de lucro, ofreciendo espacios seguros para que los adultos consuman cannabis y creando una alternativa más segura al mercado no regulado.
Este modelo innovador se ha convertido en un ejemplo inspirador para la reforma de la política internacional de drogas, atrayendo el interés de países como Uruguay, Malta y Alemania. A pesar de operar en una zona jurídica gris, los CSC de Barcelona y Cataluña han contribuido decisivamente a dar forma a un enfoque más integrador e informado de la legislación sobre cannabis.
¿Cuál es la situación actual de los clubes cannábicos de Barcelona?
Actualmente, los clubes cannábicos en Barcelona, que se enfrentan a una combinación de factores estructurales y circunstanciales que complican aún más su situación. A pesar de que existen más de doscientas asociaciones de este tipo en la ciudad, el tejido activista se ha visto desmembrado debido a años de represión policial y judicial, la falta de apoyo por parte de la Agencia de Salud Pública de Barcelona y la irrupción de actores con intereses comerciales. Esto se ha agravado con la llegada de líderes políticos como Albert Batlle, cuya carrera se ha caracterizado por una visión conservadora y prohibicionista.
Con la llegada del nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni del PSC, ha habido un cambio significativo en la política de la ciudad respecto a los clubes sociales de cannabis (CSC). Esto se debe a que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña suspendió una ordenanza municipal promulgada por el gobierno anterior dirigido por Ada Colau, dejando a los clubes funcionando como entidades privadas sin regulación específica.
La nueva administración municipal se ha acogido a esta sentencia judicial y ha comenzado a inspeccionar los CSC, centrándose específicamente en las actividades relacionadas con el cannabis.
¿En qué contexto ocurre esto?
Barcelona está amenazando con eliminar el modelo pionero de los clubes sociales de cannabis. Estos clubes sociales han sido un modelo innovador en España para el consumo responsable de cannabis entre adultos. Sin embargo, parece que las autoridades de Barcelona podrían tomar medidas para cerrar estos clubes, poniendo en peligro este sistema que ha funcionado hasta ahora.
El Ayuntamiento está buscando cerrar los clubes sociales de cannabis en un momento clave para la regulación internacional de esta planta. Esta acción se produce en un contexto delicado, donde se están debatiendo a nivel global los términos y condiciones para un posible marco regulatorio del consumo de cannabis, como el reciente caso de Alemania.
Mientras en Alemania se abre el primer club social de cannabis con garantías legales, en Barcelona se emiten órdenes de clausura, evidenciando un retroceso en las políticas de drogas locales, las cuales parecen alinearse más con enfoques prohibicionistas, a pesar de que el partido gobernante los hubiera rechazado anteriormente.
¿Qué opinan los expertos sobre el cierre de los clubes cannábicos de Barcelona?
ICEERS, el Centro Internacional de Educación, Investigación y Servicio Etnobotánico, presentó una carta al Ayuntamiento de Barcelona respaldada por 179 expertos y representantes de instituciones de más de 53 países. Esta carta defiende el modelo de los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) de Barcelona, que fueron pioneros en la creación de este tipo de espacios de consumo compartido.
Òscar Parés, director adjunto de ICEERS, declara que la estrategia actual del Ayuntamiento de Barcelona no sólo amenaza la existencia de los clubes sociales de cannabis (CSC), sino que también socava más de dos décadas de progreso en la creación de un modelo autorreguado y seguro que ha servido como ejemplo para el mundo. ICEERS hace un llamamiento al Ayuntamiento de Barcelona para que reconsidere su postura y opte por un enfoque más dialogante y basado en la evidencia, con el objetivo de desarrollar políticas de drogas más justas y efectivas.
Por otra parte, la Federación de Asociaciones Cannábicas de Cataluña (CatFAC) ha emitido un comunicado de prensa denunciando que estas medidas reflejan un total desconocimiento y menosprecio del papel que juegan las Asociaciones y Clubes Sociales de personas Usuarias de Cannabis en la minimización de los posibles riesgos y la protección de la salud pública. Además, denuncia que el Ayuntamiento ha utilizado la justicia como un instrumento para alcanzar sus metas políticas.
En conclusión, el modelo de los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) de Barcelona ha demostrado ser una alternativa viable y responsable al consumo de cannabis. Con el respaldo de 179 expertos y representantes de instituciones de más de 53 países, ICEERS ha presentado una carta al Ayuntamiento de Barcelona defendiendo este modelo. Es hora de que las autoridades reconozcan los beneficios de este enfoque y continúen apoyando su desarrollo, en beneficio de la salud y la seguridad de la comunidad.