Bouso de ICEERS en el Congreso
El pasado 8 de marzo, en el Congreso español fue la celebración de las comparecencias de la subcomisión al objeto de analizar experiencias de regulación del Cannabis para uso medicinal. El Dr. en farmacología, toxicología y terapéutica, director científico de la Fundación International Center for Ethnobotanical Education, Research and Service (ICEERS), Carlos Bouso Saiz, fue el compareciente que defendió los derechos y reclamos de las personas usuarias de Cannabis. En este artículo te contamos por qué.
- El Dr. Bouso comenzó su exposición derrumbando la legitimidad de la legalización del Cannabis. Para ello, explicó las graves fallas que existen a la hora de poner en práctica las convenciones internacionales sobre estupefacientes. Primero, explicita que la Convención Única de estupefacientes de las Naciones Unidas restringen el uso del Cannabis a fines exclusivamente médicos y científicos. Es por esto, que la convención de 1961 no prohíbe el Cannabis, sino que establece exclusivamente los usos médico y científico como lícitos. Como si esto fuera poco, nos resalta que 59 años más tarde, en 2020, la JIFE emitió un informe fundamentado por el comité de expertos de farmacodependencia de la OMS, que reconoció los usos médicos del Cannabis.
- A continuación, noquea cualquier duda que queda al respecto, recordando que la inclusión del Cannabis en el convenio no fue sustentada por informes técnicos, tal como exige la misma Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) para incluir una sustancia en las listas de su convenio. Por lo tanto, explica Bouso, la inclusión del Cannabis se produjo violando los mismos principios del convenio. Con lo cual, España, al ratificar la Convención Única de 1961 en la ley aprobada en 1967, incurrió en la misma irregularidad, reconociendo unas listas de fiscalización de estupefacientes que no se basan en la evidencia científica.
- Por otra parte, el Dr. invita a la coherencia en las decisiones del Estado. Destaca que el gobierno español, al votar favorablemente en 2020 la exclusión del Cannabis de la lista IV de la Convención Única, reconoció sus propiedades médicas, la cual debe ser razón suficiente para permitir la realización de un programa de Cannabis medicinal en España. De esa forma, las decisiones que toma el gobierno español fuera del país se armonizarían con las que decide para su propia población.
- Otro de los argumentos que derrumba el director de ICEERS, es la falta de un marco normativo aplicable. Bouso hace mención del informe publicado en 2014 por la JIFE titulado “Medidas de fiscalización aplicables a los programas de uso del Cannabis con fines médicos y científicos en virtud de la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes”, en el que efectivamente establece las bases sobre las cuales esos programas deberían implementarse para estar de acuerdo con el resto de convenios internacionales. Además, trae a colación la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios de 2015, la cual dice en el punto 3 del artículo 51: “Podrían venderse libremente al público las plantas tradicionalmente consideradas como medicinales”. Está sobradamente acreditado que el Cannabis y sus derivados se han utilizado en España tradicionalmente.
- Una vez derribados estos argumentos capitales prohibicionistas, la verdad queda al descubierto. “La creación de un programa de Cannabis medicinal no es una cuestión de falta de evidencia, sino de voluntad política”, saca a relucir el Dr.
- Ahora que no nos quedan argumentos prohibicionistas y conocemos dónde está la traba regulatoria, Bouso nos sitúa en contexto. “Las propiedades médicas del Cannabis cuentan con más evidencia que la mayoría de los medicamentos que existen hoy día en las farmacias”, dice el Dr. llevando nuestra atención al verdadero problema. En esta parte contundente de la presentación, nos queda clara la desigualdad existente y los enemigos que nos encontramos en la liberación del Cannabis. “Al Cannabis se le exige un nivel de evidencia que no se exige a ningún otro medicamento”, nos explica Bouso.
- Ahondando en la contextualización de la terapia cannábica, el especialista en farmacología, toxicología y terapéutica nos dice que probablemente no haya un solo medicamento en el mercado farmacéutico con un perfil de toxicidad fisiológica tan bajo como el que tiene el Cannabis. Éste es otro argumento que demuestra la desigualdad que existe con el Cannabis, “los medicamentos son la tercera causa de muerte en el mundo, bien por efecto directo, por interacción, o por sobre prescripción”, destaca Bouso.
- La comparecencia concluye con uno de los argumentos antiprohibicionistas más potentes. “La principal utilidad que tiene el Cannabis es la de mejorar la calidad de vida de las personas enfermas. La calidad de vida es el aspecto subjetivo de la enfermedad, describe cómo la persona vive y se relaciona con la enfermedad, es la parte más importante de la medicina y no es tenida en cuenta en la mayoría de los ensayos clínicos como variable principal”. Este es el argumento que le da a las personas la importancia que merecen.
- Para finalizar, la comparecencia invita a apoyar al Cannabis por una decisión fundamentada en Derechos Humanos internacionalmente reconocidos, como el derecho al acceso médico de los estupefacientes sometidos a control internacional.
Autocultivo para uso médico
Daniel Viondi del PSOE preguntó a Bouso, entre otras cuestiones, dónde está la seguridad del paciente en el autocultivo cuando no existe control médico. A lo que el Dr. respondió “que haya autocultivo no quiere decir que no haya control médico, en algunos países a los pacientes se les brinda un permiso médico para el autocultivo”. Este es el caso de Argentina, que permite el autocultivo medicinal cuyo registro requiere de la vinculación con un registro médico donde constan los datos del profesional a cargo y el diagnóstico médico del paciente.
Si con este arsenal de argumentos aún no estamos convencidos de apoyar el uso médico del Cannabis, es que hemos perdido la cordura y la moral por completo.