Prevención de enfermedades y plagas en la marihuana
Los jardines limpios y bien mantenidos tienen pocos problemas de plagas y enfermedades. Por el contrario, todos los jardines sucios, fríos, húmedos y mal llevados que he visto tenían problemas de oídio, pudrición en los cogollos, ácaros, trips y muchas otras enfermedades y plagas. Los jardines con problemas producen cosechas deficientes.
La prevención de plagas y enfermedades pasa por controlar los factores que atraen a las enfermedades y a las plagas, y que favorecen su multiplicación. Acaba con los lugares escondidos, fríos y húmedos, que resultan antihigiénicos. Usa ropa limpia. Lávate las manos y desinfecta las herramientas después de tocar plantas afectadas. Si las enfermedades atacan a pocas plantas, aíslalas y trátalas aparte.
Mantén limpio el jardín. Barre diariamente el suelo y los pasillos. Cubre los caminos de tierra con malla antihierbas para minimizar la presencia de polvo y barro, y para que la limpieza sea más fácil. Higieniza los suelos, paredes, contenedores, etc, de los jardines cerrados empleando una solución de lejía al 5%. Al aire libre, utiliza acolchados orgánicos limpios,- paja, heno de alfalfa, compost bien descompuesto, etc.- que estén libres de enfermedades y de productos químicos. No uses hojas contaminadas de cannabis ni ningún otro acolchado que pueda contener enfermedades o plagas. En interior y en invernadero, usa acolchados que puedan esterilizarse, como las bolas de arcilla expandida, el papel o el plástico.
Los jardineros transportan muchas enfermedades y plagas que pueden acabar con sus jardines. Unas sencillas precauciones sanitarias evitarán plagas y enfermedades. Usa ropa limpia,- camisa, zapatos, pantalones, guantes-, especialmente en espacios cerrados. Esta medida simple mantendrá los problemas fuera de las paredes del jardín. Sitúa una bandeja de solución de lejía al 5% fuera del jardín para esterilizar los zapatos. Pasa por esta solución cada vez que entres en el jardín. Los cultivadores profesionales de cannabis médico emplean con éxito esta técnica para impedir que las enfermedades y las plagas entren en sus invernaderos o en sus jardines de interior.
Lávate las manos durante 20 segundos como mínimo con agua templada y jabón antes de tocar el follaje y después de manipular plantas infectadas. Aplícate unas gotas de alcohol isopropílico en las manos para higienizarlas rápidamente al pasar de una planta enferma a otra. Lavarte las manos acaba con las bacterias nocivas, así como con los hongos y los virus.
Las enfermedades y las plagas pasan de planta en planta a través de herramientas sucias, contenedores y demás objetos útiles. Desinfecta las herramientas y otros útiles empleando alcohol, solución de lejía al 5% o desinfectantes comerciales para sumergirlos o limpiarlos. También puedes usar un soplete de mano para esterilizar ciertos elementos, eliminando toda enfermedad o plaga. Un breve calentamiento con el soplete esterilizará los utensilios en pocos segundos. Resulta mucho más sencillo mantener limpios los útiles y herramientas cuando se tienen materiales separados para interior, exterior e invernadero.
Saca del jardín las plantas infectadas que estén en contenedores y trátalas aparte. Una planta débil y enferma puede hacer que se extiendan con rapidez problemas devastadores en el jardín. Si no es posible aislar las plantas, considera eliminarlas en caso de que haya problemas serios.
Las enfermedades y las plagas del suelo, así como los huevos de estas últimas, viven en la tierra usada y en el sustrato empleado en contenedores. Los medios de cultivos usados se compactan y su textura se degrada. Las raíces penetran más despacio en los medios de cultivo compactados, y hay menos espacio para el oxígeno, lo cual restringe la absorción de nutrientes. La tierra usada para macetas tiene sus nutrientes agotados y desequilibrados, de manera que las plantas crecen desnutridas en un medio de cultivo tendente a causar enfermedades. Estas plantas enfermizas son un objetivo perfecto para sufrir ataques de plagas y enfermedades.
Evita problemas. Desecha el sustrato usado o incorpóralo a la tierra de jardín que está al aire libre. Ahorrar unos euros en sustrato tendrá como coste menos cosecha y cultivos perdidos. Empezar un nuevo cultivo en un sustrato fresco tiene un mayor coste inicial, pero elimina muchos problemas en potencia.
Cambiar la tierra y demás sustratos puede suponer un coste prohibitivo en jardines grandes. Reutilizar la tierra requiere conocimiento técnico y trabajo añadido. La ventilación es fundamental en todos los jardines, ya sea al aire libre, en interior o en invernadero.
En interior y en invernadero, la ventilación pasiva es la manera más sencilla y económica de controlar la humedad. Abre entradas y salidas pasivas de aire para crear una corriente natural, mediante el simple principio físico de que el aire caliente se eleva. Las entradas de ventilación situadas cerca del nivel del suelo hacen que el aire fresco fluya por el interior y salga por las aberturas situadas cerca del techo.
En interior, un extractor conectado a un higrómetro suele ser la manera más efectiva de controlar la humedad. He visitado cuartos de cultivo e invernaderos con mala ventilación, algunos de ellos sin extractores. El aire húmedo estancado era tan exagerado que me empañaba las gafas. La solución es sencilla: instalar un extractor que saque fuera el aire húmedo y viciado.
Instala extractores lo bastante grandes como para eliminar con rapidez el aire húmedo y mantener la humedad al 50% o menos. Conecta generadores y emisores de CO2 a un controlador que maneje la extracción de aire. Los generadores de CO2 hacen que aumente el crecimiento del cannabis, pero crean calor y humedad como subproductos.
Los deshumidificadores son relativamente baratos, se encuentran fácilmente en las tiendas y hacen un buen trabajo, al mantener controlada la humedad en espacios cerrados. Los deshumidificadores consumen electricidad extra, y hay que desechar diariamente el agua que condensan.
La mayoría de aparatos de aire acondicionado pueden ajustarse a un nivel específico de humedad. Los calefactores de leña, carbón o eléctricos secan y deshumidifican el aire. Abre entradas en el jardín de interior para aprovechar la calefacción y el aire acondicionado de la casa, y así ayudar a controlar la temperatura y reducir la humedad.
Bajar la humedad al aire libre requiere planificación. Planta en zonas donde haya corrientes naturales de aire, como sucede en pasos y colinas. No plantes en el fondo de un cañón o de un valle, donde el aire se estanca. Una vez que las plantas están en el suelo, resulta prácticamente imposible controlar la humedad. Las plantas en maceta pueden trasladarse a sitios donde corra el aire si el tiempo cambia.
La circulación del aire les dificulta la existencia a las plagas y enfermedades. Muchas plagas se las lleva el viento, literalmente. Las esporas de los hongos tienen poco tiempo de asentarse en medio de la brisa, y se desarrollan mal en la tierra, los tallos y las hojas que son secados por el viento. Instala ventiladores en los jardines de interior y de invernadero.
Poda y desecha las ramas y el follaje que se espiguen dentro de las plantas. Esto hará que aumente la circulación del aire en el interior de las plantas, de forma que el aire estancado pueda evacuarse eficientemente. Todas las plantas, ya estén en interior, en invernadero o al aire libre, salen beneficiadas al eliminar el follaje de poco valor.
Planta variedades de cannabis que sean resistentes a los insectos y a los hongos. En general, las variedades de cannabis con predominio Indica son más resistentes a las plagas, y las variedades que tienen más carga Sativa resisten mejor los ataques fúngicos. Selecciona plantas madre que sepas que son resistentes a enfermedades y plagas. La resistencia a plagas y enfermedades están empezando a ser una prioridad para los criadores profesionales. Por el momento, hay pocas variedades resistentes a enfermedades y plagas. Éste es otro motivo por el que las técnicas higiénicas de cultivo son esenciales para proteger las plantas de estas amenazas.
Si aplicas todas estas medidas preventivas, tu jardín tendrá muchos menos problemas de plagas y enfermedades. Y, cuando surjan estos problemas, serán mucho más fáciles de detectar y corregir. Evitar que las plagas y las enfermedades empiecen a actuar es mucho más sencillo que acabar con una infestación. Si las enfermedades y las plagas se dejan sin controlar, pueden devastar el jardín en pocas semanas.
Los jardines cerrados de interior son más tendentes a sufrir enfermedades y plagas, porque ofrecen un entorno propicio para las afecciones que destruyen el cannabis. Cierra totalmente (sella) los cuartos de cultivo para poder controlar el entorno de manera eficiente. Un poco de presión negativa en los cuartos de cultivo sellados les pone las cosas difíciles a las plagas y a las enfermedades.
Los invernaderos se calientan cuando sale el sol, y se enfrían rápidamente tras la puesta de sol. La temperatura puede rebasar el umbral seguro de 29 ºC en poco tiempo. Las temperaturas altas retrasan el desarrollo y provocan muchos otros problemas. Cuando la temperatura baja, aumenta muy deprisa la humedad relativa, haciendo que se forme condensación en todas partes: paredes, follaje, tierra, etc.
Los jardines al aire libre son mis favoritos. Tienden menos a sufrir plagas y enfermedades porque las fuerzas naturales, -la luz del sol, el viento, la lluvia y los depredadores naturales-, mantienen a raya a las enfermedades y a las plagas.
Controla las plagas y enfermedades. Si la prevención no es suficiente y surgen problemas, será necesario aplicar medidas de control de forma metódica. Las enfermedades pueden extenderse como el fuego si las condiciones son adecuadas para ello. En caso de que los problemas hagan acto de presencia, aunque se hayan tomado todas las medidas preventivas, actúa de manera inmediata. Identifica la enfermedad o la plaga que ha causado el daño. Valora la magnitud de la plaga, y pasa a la acción para controlar el problema.