¿Cómo curar plantas de Cannabis afectadas?

¿Qué puede afectar a las plantas de Cannabis?

Las plantas de Cannabis pueden afectarse por:

• Altas temperaturas, superiores a 30ºC
• Bajas temperaturas, inferiores a 5ºC
• Falta de riego, sequía
• Encharcamiento de raíces
• Deficiencias nutricionales
• Excesos de nutrientes
• Plagas de hongos
• Plagas de insectos
• Vientos fuertes

¿Cómo luchar contra las adversidades en tu cultivo?

Temperaturas

Si cultivas en indoor, procura evitar el verano, ya que la iluminación y la humedad crearán un ambiente demasiado caluroso para las plantas, especialmente si careces de un climatizador o aire acondicionado. Mantén la temperatura en tu indoor alrededor de los 22ºC. Si cultivas en exterior, planifica tu cultivo con suficiente antelación para que la hora de la cosecha llegue antes que las bajas temperaturas. Si las plantas son muy pequeñas puedes protegerlas de las temperaturas extremas con una campana de plástico transparente provista de ventilación. Si las temperaturas extremas han afectado a tu planta, puedes añadir estimuladores al agua de riego para ayudar a que se recuperen. 

Drenaje

Los maceteros textiles son ideales para evitar el encharcamiento, ya que el agua puede drenar por toda su superficie de manera que la oxigenación de las raíces sea óptima y aumente el vigor de la planta. Si no utilizas este tipo de maceteros, puedes colocar piedras o arcilla expandida (arlita) en el fondo del macetero. No dejes que los maceteros se apoyen directamente sobre el suelo, mantenlos separados a unos centímetros de distancia para que la temperatura del suelo no les afecte y el agua pueda drenar libremente. Puedes conseguir esto colocando tapitas de plástico u otro elemento similar debajo del macetero. Esto evitará que las raíces se quemen o se pudran.

Si tus plantas se han afectado porque la tierra permaneció muy mojada por mucho tiempo puedes trasplantarlas a una maceta que disponga de mayor drenaje para promover la aireación. Además, asegúrate que la tierra disponga de algún elemento que aporte aireación como perlita, y puedes incorporar al agua de riego un estimulador de raíces y micorrizas para promover la recuperación radicular.

Riego

El cultivo necesita tu atención a diario. Para asegurar que tus plantas reciban el riego que necesitan debes revisarlas al menos una vez al día y levantar el macetero para comprobar que la tierra permanece húmeda. Si no puedes ocuparte de tu cultivo a diario, puedes utilizar un sistema de riego automático que asegure que a tus plantas no les falte humedad y nutrientes.

Debes prestar especial atención los días más calurosos. Si hace mucho calor, lo más recomendable es regar en las primeras o últimas horas del día para evitar que el agua se evapore con rapidez. Si las temperaturas son bajas, es mejor regar al mediodía para que el agua no enfríe las raíces. 

Nutrición

Mantener la atención en tu cultivo es fundamental para evitar excesos o carencias. Cada planta es un organismo único que puede responder de forma distinta a la nutrición. Ten a mano una guía de excesos y deficiencias nutricionales en las hojas de Cannabis para comprobar a qué nutriente corresponde cada señal que percibas en tu cultivo. Si tus plantas amarillean, seguramente no estén incorporando los nutrientes que necesitan. Cuando percibas y determines una carencia nutricional, puedes suplementar con un fertilizante que contenga dicho nutriente.

Si el color de tu planta es de un verde oscuro o las hojas adoptan forma de “garra”, con las puntas dobladas hacia el dorso, es que estás fertilizando de más. Para evitar excesos, comienza utilizando las dosis mínimas recomendadas en los fertilizantes. Si aún no eres un experto en el cultivo, puedes evitar problemas en la nutrición utilizando tierra como sustrato en lugar de coco, lana de roca u otros. Si has fertilizado de más, haz los próximos riegos sin abono hasta que la planta adopte un color verde menos oscuro.

Siempre debes medir la fertilización del riego con un medidor de EC (electroconductividad), además de corregir el pH con un pHmetro. El pH es el factor que determina la capacidad de absorber los nutrientes, por lo que es de vital importancia atender a este aspecto. Un pH óptimo para el cultivo de Cannabis es alrededor de 5,5 al inicio de crecimiento y 6,5 al final de floración, pero puede variar ligeramente en función de la variedad que se cultive. Para asegurar que la medición de tu pHmetro sea fiel, lo debes calibrar regularmente y almacenarlo con el líquido correspondiente para evitar que se seque el electrodo. 

Plagas

Una vez más, la mejor manera de evitar las plagas es revisar regularmente el cultivo. De esta forma, se percibe la presencia de insectos y hongos cuando tenemos margen de acción antes de que afecten masivamente el cultivo. Si existen otras plantas alrededor del cultivo, también debemos comprobar que éstas no tengan plagas.

Una correcta ventilación, distancia entre plantas, y defoliación, son elementos preventivos de plagas. No es recomendable utilizar fitosanitarios, por lo que debemos limitarlos al mínimo. Podemos pulverizar con aceite de Neem para prevenir plagas, y llegado el caso, optar por fitosanitarios de orígen natural. Siempre se debe retirar la parte afectada de la planta inmediatamente para evitar que la plaga se expanda. 

Vientos

Cuando las plantas alcanzan una altura considerable, es una buena idea ponerle tutores para protegerlas de vientos o del peso de los cogollos. Se puede clavar una caña seca de bambú al lado del tallo central y atarlo con alambre recubierto de plástico. Si se acerca una lluvia fuerte o tormenta, deberás proteger a tus plantas o moverlas hacia el interior de un recinto cubierto.

En este artículo te hemos enseñado a lidiar con las adversidades más frecuentes en el cultivo de Cannabis. Recuerda que la experiencia hace al maestro.