Trucos para un buen crecimiento de la marihuana
El momento en que la planta empieza a estirar sus raíces y sus tallos es fundamental para el resto del ciclo que terminará en la cosecha. Nuestras plantas siempre agradecerán una ayuda o empuje en este período clave. Por eso repasamos algunas de las técnicas que ayudarán a potenciar el rendimiento de tus plantas.
El periodo de crecimiento o fase vegetativa en la cannabis se extiende desde el momento en que la semilla muestra los cotiledones y desarrolla raíz (en el caso de esquejes desde el momento del enraizamiento), hasta la aparición de los primeros pistilos que dan paso a la floración o formación de los frutos.
Como todo en la naturaleza, las primeras semanas de vida requieren una atención y cuidado especial, en donde la alimentación y manejo toman un papel fundamental, es así como iremos definiendo el espacio a ocupar, el tamaño de la planta y la cantidad/calidad de sus cogollos al terminar la cosecha.
Trucos para vegetativo en indoor
Si estamos pensando en cultivar puertas adentro, lo primero es definir el medio de cultivo. Sin duda el más frecuente y utilizado es el sustrato, pero también podemos de hablar de cultivo en coco, cultivo hidropónico e incluso aeropónico. Si nos decidimos por el cultivo clásico, hay que tener muy en claro que la calidad del sustrato es muy importante, ya que un sustrato duro, compacto y poco aireado no permitirá un correcto ingreso de aire, estancando o atrasando el crecimiento.
Entre más aireado el sustrato, más libertad tendrán las raíces y de esta manera gozaremos de un crecimiento más rápido y explosivo. Lo siguiente es elegir el método de iluminación que ocuparemos para cultivar nuestras plantas. Un ciclo de 18 horas de luz es lo que universalmente se recomienda para esta etapa, sea con ampolleta y balastro o sistema de iluminación led.
Las lámparas de haluro metálico cumplen una función más precisa que las lámparas alta presión de sodio (HPS) en la etapa vegetativa, ya que emiten un espectro de luz azul que se asemeja al espectro lumínico que irradia el sol en los meses de primavera, dando más fuerza a las hojas y consiguiendo un desarrollo más eficaz en tallos y brazos. Las luces LED cumplen la misma función (pero a menor costo de electricidad), permitiendo a las plantas desarrollarse de manera compacta, sin estirarse tanto.
Todo esto se relaciona también a la cantidad de lúmenes por vatio (w) que emita la ampolleta o el led, considerándose 90lm/w en general, como lo básico para obtener resultados decentes. Acotación muy relevante es la que haremos a la temperatura del ambiente de cultivo; la cannabis es una planta un tanto quisquillosa.
No gusta de mucho frío ni de mucho calor, lo ideal es mantener una temperatura de 25 grados Celsius junto con una buena ventilación para asegurar una etapa de crecimiento sin mayores problemas. En el caso del cultivo en exterior, el clima reinante será el que guíe nuestras plantas en sus procesos.
El período vegetativo de una planta variará según su genética. Existen híbridos mayoritariamente índicos que solo después de dos meses de crecimiento comienzan a florecer, completando ciclos de cuatro meses en total. Por otro lado, podemos cultivar una sativa pura de efecto casi psicodélico, pero tendremos que esperar de cuatro a cinco meses de vegetativo.
La alimentación que administremos a las plantas será indispensable para conseguir buenos frutos al final de la floración. Otro punto muy importante es la ventilación y distribución del oxígeno y dióxido de carbono en nuestro cultivo. Las plantas, al igual que nosotros, respiran oxígeno del ambiente en altas cantidades.
Por lo mismo, si estamos cultivando en indoor, tendremos que asegurarnos de que nuestro espacio posea una buena ventilación e ingreso/salida de aire, la idea es crear un ambiente lo más parecido posible al exterior. Un flujo débil de aire o una nula extracción del aire estancado en la zona de cultivo, no hará más que debilitar y atrasar todo el proceso de crecimiento.
Lo mismo pasa con el dióxido de carbono, gas esencial para activar la fotosíntesis, con el que la planta produce azúcares y se alimenta. Al aire libre, el viento se encarga de suministrar ricas cantidades de dióxido de carbono y oxígeno, que junto a una alimentación correcta permiten crecimientos fantásticos y explosivos que conllevan a cosechar plantas de más de tres metros en algunos casos.
En cultivo indoor tendremos que reemplazar esa carencia de CO2 si queremos lograr resultados óptimos. En el mercado puedes encontrar pastillas de CO2 que se disuelven en el agua o puedes googlear cómo hacer un kit casero de fácil ensamblaje para administrar dióxido de carbono en tu zona de cultivo.
Alimentación del cannabis en vegetativo
Lo primero que deberíamos adquirir es un buen potenciador de raíces para el comienzo de esta etapa. Nuestras plantas siempre agradecerán una ayuda o empuje en este período clave para que sus raíces crezcan lo más rápido posible y colonicen de mejor manera el sustrato.
Raíces fuertes aseguran un crecimiento vigoroso, además, si disponemos de hongos simbióticos (micorrizas) para nuestro suelo o medio de cultivo, el crecimiento será aún más enérgico, tanto en vegetativo como en floración. El nitrógeno (N) resulta el nutriente básico y más importante para la etapa de crecimiento de nuestras plantas y administrándolo en las dosis correctas junto con fósforo y potasio (P-K) nos asegura un desarrollo fuerte en tallo, hojas y ramas.
El nitrógeno ayuda a la planta a producir proteínas vegetales, o sea masa, tejido vegetal y además clorofila. Su papel es fundamental en el desarrollo de la planta, por lo tanto fijará su tamaño en gran parte. Por otro lado el fósforo actúa directamente en proceso fotosintético contribuyendo a la formación de brotes/frutos y el potasio coopera en la producción de azúcares esenciales, además protege y fortalece la planta para combatir plagas y enfermedades.
Otros elementos usados por las plantas y vegetales son el Calcio, Azufre y Magnesio y microelementos como el Hierro, Manganeso y Cobre, por mencionar algunos. La interacción de todos estos nutrientes y elementos permitirán gozar a la planta de un crecimiento sano y fructífero.
Podemos encontrar muchos productos fertilizantes y sustratos pre fertilizados en el mercado. Mezclas orgánicas o minerales, hay para todos los gustos, lo cierto es que la marihuana agradece todas estas preocupaciones y recompensa bien. No olvidar que al irrigar el sustrato, debemos usar agua de buena calidad, con un ph medido y asegurándonos que la electroconductividad sea la idónea para administrar una correcta alimentación.
Plagas, cuidados y preflores
Una planta sana, vigorosa y rica en azúcares siempre será un buen festín para muchos insectos que serán un dolor de cabeza para el cultivador. El crecimiento de la planta se puede ver disminuido por el ataque de diversos parásitos e insectos como la araña roja, el pulgón, la mosca blanca y los trips que en su mayoría se alimentan de los azúcares de la planta a través de las hojas, debilitando el normal crecimiento y desarrollo.
Estas plagas no solo atacarán en exterior, sino que en el cultivo indoor también serán un problema. En cultivo exterior, tendremos que lidiar aparte con babosas, caracoles, hormigas, orugas, cochinillas, y otros atacantes que en su mayoría se alimentan del tejido vegetal, o sea las hojas, atenuando el crecimiento y afectando la estética de nuestras variedades. El control de temperatura y humedad ambiental serán determinantes también a la hora de prevenir la aparición de plagas y además hongos como el oídio, que suele ser muy invasivo y destructivo.
Las temperaturas altas son ideales para la aparición de la mosca blanca. Un suelo muy mojado, con poca iluminación y una humedad ambiental elevada será la cuna perfecta para la incubación de los huevos de la mosca negra del sustrato. El jabón potásico y el aceite de neem, entre otras extracciones y compuestos, son los productos preventivos y combativos más utilizados. Su efectividad está comprobada y se pueden encontrar de manera fácil en el comercio junto a otros insecticidas.
Finalmente podemos acotar que en la fase vegetativa la cannabis nos muestra su sexo. Como sabemos, la cannabis es una planta dioica, es decir puede ser macho o hembra. Si hablamos de cultivo clásico con semillas regulares, normalmente (aunque dependiendo de la genética) las plantas muestran las preflores entre las cuatro y las seis semanas de vida, en donde sabremos si disfrutaremos de cogollos o si tendremos que apartar ese macho de nuestro cultivo para evitar una polinización y consigo plantas hermafroditas y frutos con semillas.
Este momento también nos indica que nuestra variedad ya ha alcanzado la madurez sexual y se apronta para el proceso de floración, dando por finalizada la fase de crecimiento. Todo lo que hagamos y cómo cuidemos nuestras plantas en esta fase, influirá de manera directa en la calidad de los frutos que podamos conseguir.
Una correcta nutrición y manejo (guías, podas, distribución) de las chicas en esta etapa nos llevará a disfrutar de una cosecha positiva. Y no olvidar que si estamos frente a un color verde sano y puro, es porque vamos bien. Buenos humos. por Felipe Naranjo