Luz, temperatura y CO2: fotosíntesis en la marihuana

Demian Jara
28 Oct 2021

Temperaturas muy bajas o muy altas son algunos de los problemas habituales para que la planta de cannabis no pueda completar una buena fotosíntesis, un proceso básico para darle vida, desarrollo y frutos a las plantas que además necesitan el mejor espectro de luz.


Si la temperatura se eleva demasiado las plantas cortan la fotosíntesis cerrando sus estomas, por donde ocurre el intercambio de CO2. El cierre de los estomas es un mecanismo de la planta para preservar su humedad y evitar el re secamiento.

Las temperaturas bajas desencadenan otro proceso biológico, pero de iguales consecuencias. Las enzimas que auspician la fotosíntesis ralentiza su comunicación y la fotosíntesis se paraliza o enlentece según las condiciones ambientales.

Este es uno de los motivos por los que hay que cuidar las temperaturas en el cultivo. En interior el enriquecimiento con CO2 es un pilar para el cultivo, siempre y cuando los límites estén entre los 1000 a 1300 ppm. De la misma manera la ventilación y el cambio de aire en el cultivo interior son importantes para mantener niveles, sino óptimos, los mejores posibles porque este gas es esencial para la fotosíntesis.

Otro factor clave para la fotosíntesis es la luz, por supuesto. En un cultivo de interior las lámparas de espectro completo, como las de halogenuro cerámico y varios modelos LED, dan con el clavo a la perfección. Consiguen buen rendimiento por tener una buena combinación de las ondas cortas y largas necesarias para desarrollar una buena fotosíntesis. Un proceso que auspiciará un buen crecimiento y unos deliciosos frutos.

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Demian Jara