Violenta acción policial a la mítica Alacannabis
Con aires de disfrute (según informa La Asociación de Usuarios y Estudios del Cánnabis de Alicante), agentes de la policía nacional, autonómica, de la unidad canina y del grupo UDYCO, omitieron la amabilidad y actitud colaborativa indefensa del personal de la mítica asociación cannábica alicantina Alacannabis, destrozando por completo sus instalaciones, entre otras vulneraciones cometidas el pasado 26 de agosto.
Alacannabis es una asociación cannábica que funciona en Alicante desde hace 22 años. Cuenta con 220 personas asociadas, de las cuales más de un tercio son socios que acuden con fines terapéuticos. Ya hemos mencionado la importancia de los clubes sociales de cannabis (CSC) para los usuarios de cannabis terapéutico. Las personas usuarias de cannabis terapéutico que acuden a los CSC no están interesadas en comprar productos farmacéuticos costosos con compuestos de cannabis porque el consumo en este ámbito es lo que alivia sus dolencias y no necesitan que su medicina atraviese procesos industriales ni tienen interés en entregar su dinero a la industria farmacéutica.
Paz vs violencia ¿Cuál elegimos?
La pacífica asociación Alacannabis, a demás de dar servicio a más de 70 personas usuarias de cannabis terapéutico, cumple con los códigos de buenas prácticas establecidos, está afiliada a la ConFAC (Confederación de Federaciones de Asociaciones Cannábicas), ha colaborado con el ayuntamiento de Alicante en la creación de la ordenanza municipal que contemplaba cuestiones relativas al ordenamiento urbanístico de las asociaciones cannábicas, y participa en la incidencia política a nivel autonómico y estatal de iniciativas que trabajan por una actualización en el enfoque de la política sobre cannabis. Así podemos ver un escenario donde hay personas que dedican su energía a que la sociedad recupere las bondades del cannabis, mientras otras aportan violencia injustificada a la sociedad.
¡Protección ciudadana y misericordia por favor!
Urge recuperar la libertad de nuestra planta, de nuestra medicina y de nuestra dignidad. La ley del cannabis medicinal no va a hacer más que llenar de dinero las arcas de la industria farmacéutica. Las plantas no pueden ser fiscalizadas porque son seres vivos libres de la naturaleza cuyas leyes son ajenas a la superioridad del hombre. Una semilla cae en la tierra y germina sin que un juez lo determine.