La importancia del último paso

Soft Secrets
07 Oct 2019

La marihuana está ya cortada y colgada en un cuarto a oscuras. No nos queda nada para empezar a degustarla, pero es de suma importancia mantener la hierba dentro de unos parámetros para su correcto secado. De nada habrá servido tener nuestras plantas en perfectas condiciones, durante todo su ciclo vital, si no le damos un secado adecuado a la hierba tras la cosecha.


Secado

El cultivo de cannabis exige paciencia y dedicación diaria. A veces, la única tarea es la mera observación y control de las condiciones ambientales, pero estas labores son tan importantes como cualquier otro trabajo. Todos los días hay que hacer algo, ya que cada ciclo por el que pasan las plantas influye en el producto final. El secado es uno de los puntos más importantes que debemos tener en cuenta, si queremos consumir hierba de la mejor calidad. Cuando secamos mal las plantas, la hierba perderá su potencia y sus características organolépticas. El tiempo de secado dependerá de la temperatura, la humedad y la densidad de los cogollos. Si la secamos demasiado rápido, la clorofila y otros pigmentos, el almidón y los nitratos, quedan atrapados en los tejidos, provocando que la hierba tenga una mala combustión y sepa a verde.

Es mejor secar la hierba lentamente, de manera uniforme para que estos pigmentos se degraden. Así los cogollos tendrán un sabor mucho más dulce y el humo será más suave. Si la hierba se seca despacio y la humedad se evapora de manera regular la descomposición de THC es mínima. Durante el secado se evapora el 75% del peso de los cogollos en vapor de agua y otros gases. Esto sorprende a muchos cultivadores, sobre todo la primera vez que cultivan Cannabis y ven cuanto menguan los cogollos durante este proceso.

 

Condiciones ambientales

El THC se degrada con facilidad, así que debemos secar nuestras plantas en un cuarto a oscuras y bien ventilado. La temperatura ideal ronda los 18ºC y la humedad debe mantenerse entre un 50/60%. Utilizar un termohigrómetro es básico en el cuarto de secado para controlar que la temperatura y la humedad se sitúen dentro de estos parámetros. Las temperaturas por debajo de los 18ºC retrasan el secado, pero la humedad puede aumentar demasiado. Una humedad relativa superior al 80% retrasa también el secado y aumenta las posibilidades de que se nos enmohezcan los cogollos. Las temperaturas por encima de los 24ºC hacen que los cogollos se sequen demasiado rápido y facilita que la humedad baje del 50%. Si se seca a más de 29ºC la marihuana queda con un sabor demasiado áspero. La humedad por debajo del 40% provoca un secado tan rápido que la clorofila queda retenida en los cogollos y hace que sepan a verde.

Los extractores y los ventiladores ayudan a controlar la temperatura y la humedad del cuarto. Dispondremos el ventilador de tal manera que el aire del cuarto se remueva, pero que el chorro de aire no dé directamente a los cogollos. Un deshumidificador también nos puede ayudar si la humedad es demasiado alta. Si la temperatura es demasiado baja también se puede calentar el cuarto hasta conseguir una temperatura adecuada y reducir la humedad. Los cogollos deben secarse separados para que no se forme moho entre ellos, al no disponer de una buena aireación. 

 

La zona de secado

Dependiendo del volumen de la cosecha necesitaremos una pequeña caja o armario o un cuarto entero dedicado exclusivamente al secado. Los cogollos se pueden secar en redes, tendales o en cuerdas. Si la cosecha es muy pequeña una caja con cuerdas que preserve de la luz los cogollos con unos agujeros para que el aire circule. Nos aseguraremos cada día de que la hierba no esté cogiendo mal olor porque el aire no circule correctamente o que la humedad sea demasiado elevada. Si la cosecha es grande, destinaremos un cuarto exclusivamente a esta tarea. Las redes de secado son una opción excelente. Las hay apilables desde el suelo o para colgar del techo.

Exigen algo de trabajo ya que debemos darle la vuelta cada día a los cogollos para que sequen de manera uniforme. Una vez que la hierba está seca, las redes se pueden recoger y guardar fácilmente ya que ocupan muy poco espacio. Los tendales son otra buena opción. Los tendales de la ropa de toda la vida son perfectos para colgar la hierba. El único inconveniente es el espacio que ocupan y que si tenemos mucha hierba necesitaremos mucho sitio para desplegarlos. Los tendales que están fabricados a lo alto y con ruedas son mucho más prácticos. Tienen muchos más metros para colgar la hierba y ocupan una tercera parte que los de toda la vida además de poder desplazarlos. También se puede colgar simplemente unas cuerdas de lado a lado de la habitación y en ellas las ramas con los cogollos.

 

Curado y envasado

Una vez que la hierba esta seca en las redes o tendales, aún contiene humedad dentro de los cogollos. El curado ayuda a eliminar esta humedad lentamente y de manera uniforme, ayudando a que casi todo el THC se torne a su forma psicoactiva. Hay que introducir los cogollos en un recipiente hermético para que la humedad interna de los cogollos se desplace al exterior. Abriremos para que ventile durante varios minutos varias veces al día. Este proceso puede durar desde unos pocos días a un par de semanas.

Los cogollos que están bien curados queman uniformemente y el humo que desprenden es mucho más agradable. El curado también evita que el moho pueda atacar nuestras flores una vez las hayamos almacenado.

Almacenar los cogollos, en un recipiente al vacío, ayuda a preservar el aroma, el sabor y la potencia de la hierba. Los mejores son los tarros de cristal con sellado al vacío. Debemos conservarlos en una zona oscura, fresca y seca.

Artículo escrito por TricomaTeam (tricomateam@gmail.com)

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