Porros ¿Con o sin tabaco?
Liar los porros con tabaco es una práctica muy arraigada en nuestra cultura, de hecho muchas veces nos referimos a un porro asumiendo que lleva tabaco, incluso los clubes de Cannabis brindan tabaco para liar los porros. Pero ¿es conveniente fumar así? Lo analizamos en este artículo.
El tabaco es un producto agrícola procesado a partir de las hojas de Nicotiana tabacum. Según la Organización Mundial de la Salud, fumar cigarrillos es la forma de consumir tabaco más extendida en todo el mundo. Según explican los científicos J. Pozuelos Estrada, E. Martinena Padialb, I. Monago Lozanoa, I. Viejo Durána, y T. Pérez Torralba en su artículo Farmacología de la nicotina publicado en 2020, el consumo de cigarrillos y otras formas de uso del tabaco son la causa de más del 20% de la mortalidad anual. Además, fumar cigarrillos es el responsable de más del 90% de los casos de bronquitis crónica, está asociado con una elevada proporción de cánceres de cavidad oral, faringe, laringe, pulmón, esófago, páncreas y riñón, y aproximadamente del 90% de los cánceres de pulmón y laringe.
Nicotina
El tabaco es una planta que tiene concentraciones altas de nicotina. Tras fumar un cigarrillo durante unos diez minutos, el pico de concentración plasmática de nicotina se eleva hasta unos 25-45 ng/ml. Al final del día se presentan habitualmente niveles de nicotina más elevados por una acumulación tras varias horas de fumar regularmente. La nicotina se excreta también en la leche de las mujeres que fuman durante la lactancia. La leche de las fumadoras severas puede contener 0,5 mg por litro.
“Los determinantes farmacocinéticos y farmacodinámicos de la adicción a la nicotina no han pasado inadvertidos para la industria tabaquera, que manipula químicamente las labores para conseguir mayor capacidad adictiva de sus productos, por ejemplo, alterando el pH de las mismas”, denuncia el artículo científico citado, y define: “La nicotina es la sustancia del tabaco que causa adicción. La nicotina es una sustancia psicoactiva que actúa en la cognición, humor y conducta de los fumadores”.
Nicotina en el cerebro
En el cerebro, la nicotina aumenta la liberación de sustancias químicas cerebrales llamadas neurotransmisores, que ayudan a regular el estado de ánimo y el comportamiento. A nivel celular, la nicotina produce excitación neuronal por producir la apertura de un determinado tipo de canales iónicos denominados receptores colinérgicos nicotínicos, a los que se fija selectivamente. Los receptores nicotínicos se localizan en la médula adrenal, ganglios de nervios autónomos, en múltiples estructuras cerebrales (corteza, tálamo, amígdala, núcleos del tronco y núcleos de la base), así como en el músculo. Este flujo iónico incrementa la excitabilidad de las neuronas y resulta en un aumento de la liberación de neurotransmisores.
El estudio mencionado destaca otra posible consecuencia del tabaquismo: “Recientes estudios genéticos sugieren que la exposición crónica a la nicotina favorece la expresión de nuevos genes que influyen en la probabilidad de desarrollar dependencia a la misma”.
El 70% de los fumadores dicen que quieren dejarlo y que no pueden.
Un hábito fuertemente reforzado
Dado que la vía pulmonar produce efectos centrales en unos diez segundos, cada calada produce un discreto reforzamiento. A diez caladas por cigarrillo, un fumador refuerza diariamente unas 200 veces el hábito (más de 70.000 al año). El lugar, el momento y la actividad asociada al fumar quedan así asociados con los estímulos reforzadores de la nicotina.
Síndrome de abstinencia
Muchas veces se culpa al Cannabis por los efectos nocivos de la nicotina cuando se fuman porros con tabaco. La mayor parte de los fumadores de tabaco presentan sintomatología de abstinencia cuando dejan de fumar, y muchos de ellos cuando reducen el consumo a la mitad. Los síntomas comienzan a las seis o doce horas después de dejar de fumar, alcanza su mayor intensidad alrededor del segundo o tercer día, y contrariamente a las creencias de la mayoría de los médicos duran unas tres o cuatro semanas de media.
Otros daños
El fumar tabaco produce una elevación significativa en las concentraciones plasmáticas de varias hormonas, la hormona adenocorticotrópica (ACTH), cortisol, la hormona de crecimiento (GH), prolactina y vasopresina. Tanto en fumadores como en no fumadores la administración de nicotina produce un incremento significativo de la presión arterial sistólica y diastólica y de la frecuencia cardíaca.
Por tu salud, mejor porros sin tabaco.
Fuente: J. Pozuelos Estradaa, E. Martinena Padialb, I. Monago Lozanoa, I. Viejo Durána, T. Pérez Torralba. Farmacología de la nicotina. Medicina Integral. Vol. 35. Núm. 9. páginas 409-417. Elsevier. (2000)