Construcción: El cáñamo es sostenible, el cemento no
Las aplicaciones del cáñamo como material crudo son muy diversas. Y en este momento de emergencia climática en el mundo las regulaciones están cambiando a ritmos diversos en todo el planeta. Algo que podría favorecer el desarrollo del cáñamo.
Ladrillos de Cáñamo: construcción sostenible
Las materias primas renovables de origen natural como el cáñamo, el lino o el yute, interesan cada vez más diversos tipos de industrias por sus propiedades físicas, pero además por su aporte a una menor huella de carbono. La Unión Europea pretende cortar las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% para 2030. Y los demás países deberán dar cambiar en algún momento.
La construcción de edificios y carreteras consume casi la mitad de las materias primas y energía del globo, el sector es uno de los principales contribuyentes al cambio climático. Por eso es tan necesario el diseño de infraestructura y viviendas amigables con el medio ambiente. Es una de las pocas maneras de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y el cáñamo tiene mucho para aportar.
Cañamo y cambio climático: secuestro de carbono
Como alternativa al cemento, que es tan intensivo en su extracción y procesamiento, el cáñamo puede ser una mejor opción por su rendimiento higrotérmico y acústico, su peso y bajas emisiones de carbono.
Una pared de cáñamo y cal de un metro cuadrado y 260 mm de ancho requiere hasta 394 megajules (MJ) de energía y absorbe hasta 35 kg de CO2 en 100 años, su vida útil de 100 años. El muro de hormigón hecho con cemento Portland requiere 560 MJ y emite 52 kg de CO2.
Está muy claro que el cáñamo es una de las respuestas al cambio climático. Ojalá los constructores y las empresas de cemento lo entiendan.