¿Podrá el cáñamo luchar contra el cambio climático?

Frank Brandse
05 Nov 2021

La humanidad está obligada a cambiar y a replantearse algunas formas de producción y consumo. Los expertos vaticinan que de seguir con este modelo extractivista el ambiente va a cambiar a un escenario catastrófico. El cultivo de cáñamo es una opción con buenas prácticas y alternativas para generar una transición sostenible.


Un futuro verde cáñamo contra el efecto invernadero

Para proyectar un devenir y futuro más amigable con al ambiente, con más conciencia ecológica y de verdad sostenible, se tienen que aplicar e incentivar alternativas afines a ese propósito. Con el cultivo de cáñamo se entiende que se podrían suprimir —en parte— algunas actividades tóxicas.

Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, de Naciones Unidas, publicado en agosto pasado, el aumento de los gases invernadero en la atmósfera ha tenido, tiene y tendrá un grave impacto sobre el clima de la Tierra. El informe dice que el cambio ya es imparable, lo que queda saber es qué niveles alcanzará. Por lo que es urgente ser responsable con la naturaleza. La actividad industrial es la que más contribuye al impacto negativo en el ambiente, sobre todo por la quema de combustibles fósiles.

En este caso, el cáñamo podría ser un aliado porque de sus semillas pueden generar biodiesel y sus tallos, bioetanol. De hecho, el cultivo cañamero es uno de los que más absorbe CO2 del ambiente. No toda respuesta debe ser de cáñamo hay que alentar la biodiversidad y la diversificación de todo emprendimiento sostenible.

La humanidad ha ocasionado el cambio climático, y debe buscar la clave para apaciguar el devenir alarmante. Somos capaces de re-aprender y re-inventarnos con innovadores conceptos tanto ecológicos como económicos. Es cuando, reciclar, reutilizar y reducir se vuelven bandera y acción.

El mundo produce alrededor de 1500 millones de toneladas anuales de basura. Este volumen aporta más del 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

La infinidad de materiales sintéticos que no se degradan y la expansión del consumo bajo la modalidad del descarte provocaron un crecimiento exponencial de residuos, es decir: contaminación y degradación del ambiente.

En Argentina, el promedio diario de residuos sólidos urbanos por habitante es de 1,03 quilos. Según Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado, el 40% son reciclables, 5% textiles, 4% pañales y apósitos sanitarios, 10% otros y un 41% de materia orgánica.

La fibra de cáñamo puede ser una alternativa contra los plásticos que además de contaminar tienen una alta huella de carbono.
La fibra de cáñamo puede ser una alternativa contra los plásticos que además de contaminar tienen una alta huella de carbono.

En los últimos casi 100 años el planeta se ha llenado de plástico. Todo es de plástico. Un material que habitualmente tiene un solo uso. Los arroyos, ríos y cañadas lo padecen. Pero también los océanos. Estos plásticos no solo degradan el ambiente, atrofian la fauna marina, contaminan la fauna en la Tierra sino que generan una porción nada despreciable del efecto invernadero. Los textiles de polietileno invaden el mar. En cambio el cáñamo nunca le haría ese daño al ambiente.

En el cultivo de cáñamo no se generan desperdicios, sino que cada parte de la planta se transforma y utiliza. Además, se complementa otros rubros agrícolas como el lino. Ambos consiguen telas duraderas, resistentes y amigables con el planeta.

La industria del cemento y la industria de los metales también aporta una porción importantísima de gases de efecto invernadero. La construcción con cáñamo puede ayudar y mucho a frenar los gases industriales que están causando el calentamiento del planeta.

El cáñamo es de suma importancia para una transición segura hacia un modelo productivo sostenible. Es elemental que la sociedad mediante entes públicos o privados empiecen a apostar y valorar emprendimientos genuinos, replicables, que se realicen haciendo regeneración y ecología. También, y quizás sobre todo, se deben desarrollar las tecnologías que permitan hacer del cultivo de cáñamo una fuente fiable de fibras, de hempcrete, de biodiesel para la industria y también de los demás rubros donde puede posicionarse para hacer un cambio de paradigma en concordancia con el cuidado del ambiente.

Hoy en día, existen fuentes renovables como la energía eólica y solar, que están en pleno crecimiento y que son muy efectivas cuando hay inversión por detrás. Sería un trabajo arduo a futuro poder complementar y entrelazar tales actividades con el cultivo de cáñamo. Imaginar un futuro más verde es posible. Faltan programas de concientización para propiciar un cambio cultural, pero sobran cráneos y capacidad.

Germán Pereira de Asociación Proyecto Cáñamo

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Frank Brandse