Cannabis medicinal; ¿cómo se consume?
Formas de administración de cannabis para uso terapéutico, ventajas y desventajas de cada vía de consumo.
Cuando se trata de cannabis medicinal, la forma de administración determina en gran medida las características del tratamiento. Encontrándose diferentes formatos en los que viene la marihuana, hay que pensar qué tipo de patología o qué tipo de terapia es la que tiene o busca el paciente. No es lo mismo un caso crónico que un caso agudo. Para el primer ejemplo la administración de un aceite de cannabis que tiene efectos prolongados vendría bien, mientras que para el segundo ejemplo la inhalación con vaporizador que tiene una acción inmediata y una corta duración de efectos sería lo acorde.
El cannabis tiene un historial de aplicación médica milenaria, es una de las plantas medicinales mayormente utilizadas en el mundo. Se reconoce su uso para un amplio espectro de patologías, entre las cuales se puede citar esclerosis múltiple, epilepsia refractaria, nauseas y vómitos asociados a quimioterapia en cáncer, y dolor crónico. Su aplicación como medicina y sus formas de administración están bien detalladas en compendios y rituales medicinales de la antigüedad.
A pesar de su amplio registro en su utilización como medicina en el último tiempo, los problemas de control de calidad, la falta de una química definida, y sobre todo, la prohibición por motivos políticos e ideológicos la relegó planta non grata. La síntesis de THC y la elucidación del sistema endocannabinoide, junto con el renacimiento de investigaciones y ensayos clínicos, volvieron a poner en foco a esta planta y sus incipientes aplicaciones medicinales. Con respecto a la primera forma de cannabis medicinal, se puede mencionar que la ingesta de Cannabis medicinal data de hace 2500 años en la China antigua y hasta es probable que sea bastante anterior.
Ma fen “cáñamo molido” se extraía de las flores de la hembra y ya aparece en los primeros tratados de medicina herbal china y como remedio para tratar la malaria, el reumatismo y los dolores musculares. En India, la planta se utilizó tanto con fines médicos como no médicos. Sus usos sociales y religiosos estaban más relacionados especialmente al festival de Durga Puja.
En algunas otras ocasiones, durante el año, también se utilizaba en celebraciones familiares tales como matrimonios y nacimientos para inducir un estado de ánimo relajado y sociable, en conjunto con un buen apetito. Solo las formulaciones más débiles de marihuana eran utilizadas tanto en estas ocasiones, como de forma medicinal o terapéutica, siendo una de las piedras angulares de la medicina tradicional de la India, o como dice Sharma “la penicilina de la medicina ayurvedica”. El Bhang, la bebida tradicional de cannabis de la India se toma como un tónico de uso general en todo el país, es una infusión (con agua y leche) a base de hojas y flores cannabis.
Habían otras formulaciones más fuertes dentro de esos festivales de la India, el ganja que se fumaba, y el charas, considerada la preparación más fuerte y equiparable al hachís. En la actualidad hay diversas formas en las cuales puede presentarse el Cannabis medicinal, puede venir en forma de aceite en goteros, de soluciones oromucosales, en forma de parches o supositorios, o incluso consumirse el material vegetal mediante la inhalación con vaporizador. Las principales diferencias entre las formas de administración radican en la farmacodinamia y la farmacocinética.
Farmacodinamia es lo que los cannabinoides le hacen a nuestro cuerpo, y farmacocinética lo que nuestro cuerpo le hace a los cannabinoides. La absorción, distribución y metabolismo determinan el inicio y duración de la acción de cada forma farmacéutica. La absorción tiene más variabilidad, y se ve afectado por la lipofilia del producto, biodisponibilidad como así como las diferencias inherentes al tejido orgánico. Se han descripto para marihuana terapeútica las siguientes vías de administración: inhalatoria, oromucosal, oral, tópica, rectal.
Vía inhalatoria
Dentro de este tipo de vía de administración hay dos formas de marihuana medicinal a partir directamente del material vegetal, ya sea fumándolo o vaporizándolo
Fumar
Fumar Cannabis es la forma de administración más común y popular (en pipa o porro), aunque no tanto dentro del ámbito medicinal, en el cuál es más acorde la inhalación a través de un vaporizador, ya que disminuye considerablemente los residuos tóxicos que acarrea carbonizar una planta. La observación de efectos farmacológicos por esta vía de administración es bastante rápida, por lo general de 5 a 7 minutos después de inhalar cannabis ya se aprecia la respuesta. Los efectos suelen durar entre 2 y 4 horas, por lo que para tratamientos crónicos (que buscan cierta acción prolongada) no es adecuada esta vía de administración, utilizándose mayormente en casos de episodios agudos de algunas enfermedades.
Este medio de administración causa que los niveles de cannabinoides en el torrente sanguíneo se eleven rápidamente, pudiéndose medir tras los cinco segundos de inhalación. Los niveles máximos de cannabinoides se alcanzan dentro de los 5 a 10 minutos. Debido a la rapidez de los efectos que produce, los pacientes pueden controlar las dosis fácilmente de a bocanadas.
Aunque pueda parecer una forma de administración que viene desde tiempos antiguos es probable que sea bastante reciente. Los tainos (pueblo originario de Cuba) enseñaron a fumar tabaco a los marinos de Colón, se cree que la costumbre de fumar Cannabis se volvió bastante popular a partir de la introducción del la costumbre de fumar tabaco. Hay evidencia arqueológica del siglo XIII que indicaría que la marihuana se fumaba (pipas con residuos de hierbas).
Vaporizar
Los vaporizadores calientan la hierba o el extracto llevándolos a la temperatura en la cual hierven los ingredientes activos, creando el vapor que se inhala sin llegar a la combustión de los mismos. Por lo general no se exceden los 220°C, que es la temperatura en la cual el CBC, y el THCv se vaporizan, siendo los cannabinoides con mayor punto de hervor. La vaporización se realiza por etapas: primero hierven los monoterpenos livianos, después los sesquiterpenos, luego los cannabinoides. Un estudio determinó que la temperatura óptima es de 201°C donde se vaporizan la mayoría de los cannabinoides y terpenos. Existen diversos estudios científicos que investigan aplicaciones medicinales con vaporizadores.
Vía oral
Este tipo de administración tiene varias ventajas en comparación con el Cannabis fumado o vaporizado, sobre todo relacionado a la duración del efecto medicinal o terapéutico. No obstante, una de las desventajas de esta forma de administración radica en la dosificación, ya que la ingesta y la respuesta medicinal tienen una distancia temporal grande. La absorción de los cannabinoides es lenta y errática, además al pasar por la metabolización en el hígado produce el metabolito 11-OH-THC, muchísimo más psicoactivo que el THC, pudiendo provocar algún efecto adverso. La percepción de los efectos está entre 1 y 2 horas después de haber ingerido el derivado de Cannabis, la duración de los efectos dura entre 6 y 8 horas. Un ejemplo de una formulación para consumo oral, es el caso del Marinol o del Cesamet, tinturas, infusiones o cualquier comestible a base de cannabis, aunque eso ya no es una forma estandarizada de utilización medicinal (galletas, caramelos, etc).
Vía oromucosal
La principal ventaja que tiene esta vía de administración es que los cannabinoides van al torrente sanguíneo mucho más rápidamente que al tragar un producto derivado de marihuana. Este tipo de absorción se parece más a la experiencia de fumar o vaporizar el Cannabis, ya que al colocando bajo la lengua o con un spray, permite que los cannabinoides y los terpenos atraviesen directamente el tejido epitelial. Como el tejido epitelial contiene un número elevado de vasos sanguíneos, los cannabinodes llegan con rapidez a estos capilares y al torrente sanguíneo.
Otra de las ventajas es que se evita el paso por el sistema digestivo. La observación de los efectos medicinales o terapéuticos también es bastante rápida, dentro de los 15 a 45 minutos, con un tiempo de duración de entre 6 y 8 horas. Es relevante mencionar que una duración mayor de los efectos reduce la necesidad de dosis frecuentes.
Un ejemplo de ese tipo de administración es con el producto Sativex un spray oromucosal utilizado en esclerosis múltiple. También otro ejemplo importante es el aceite de Cannabis que se administra debajo de la lengua. Esta forma de administración es una de las más populares medicinalmente hablando, para casos crónicos por ejemplo. Destaca por su relativamente rápida absorción, duración prolongada de efectos y la falta de paso por el sistema digestivo, evitando algún efecto adverso asociado al desconocimiento de la dosis y a la producción de 11-OH-THC.
Supositorios
Cuentan con varias ventajas desde el punto de vista medicinal. Para comenzar la dosis se absorbe eficientemente, sin que los ácidos ni las enzimas digestivas destruyan ningún cannabinoide, también se evita la metabolización que tiene lugar en el hígado, así que los efectos son parecidos a los de fumar o vaporizar. A pesar de que se absorban eficientemente los cannabinoides, esta absorción es bastante variable. No hay tantas investigaciones sobre esta vía.
Tópico
Las conveniencias de la utilización de una vía de administración tópica radican en la búsqueda de efectos terapéuticos locales, como condiciones dermatológicas o artritis. No obstante como sucede con los supositorios, no hay suficientes investigaciones con respecto a esta vía.
Existen varias indicaciones médicas o científicas acerca de las formas de administración y de la dosificación de Cannabis medicinal. Estas consideraciones están resumidas en un trabajo recopilatorio escrito por Ethan Russo y Caroline A. MacCallum del año 2018. Entre las distinciones y recomendaciones se encuentran no solo las diferentes formas de administración y sus características, sino información relevante sobre la dosificación en términos terapéuticos, como por ejemplo el lema “start low, go slow, stay low” que quiere decir “Empezar bajo, ir lento, mantenerse bajo”. También se encuentra disponible un trabajo de Arno Hazekamp que recopila más de 900 encuestas de pacientes en tratamiento con marihuana, que comparten sus experiencias en cuanto a ventajas y desventajas de diferentes formas de administración de cannabis medicinal.
En conclusión, la forma de administración va a depender exclusivamente de los efectos que quieran lograrse y del tipo de afección o dolencia que esté atravesando el paciente, si se trata de un caso agudo o exacerbación de algún síntoma o de un caso crónico, por ejemplo. Para el primer ejemplo la administración de un aceite de cannabis que tiene efectos prolongados vendría bien, mientras que para el segundo ejemplo la inhalación con vaporizador que tiene una acción inmediata y una corta duración de efectos sería lo acorde. La farmacocinética y farmacodinamia varían en todas las formas de administración, estos dos factores son determinantes en los efectos producidos. Por último es de vital importancia hacer todos los seguimientos o una interconsulta, con un médico que dirija este tipo de decisiones y la dosificación en la terapia con cannabis medicinal.
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