La Regulación de los.

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09 May 2014

En la edición de este mes, y ante la aparición en diferentes medios de comunicación en las últimas semanas y meses del comentadísimo aumento de las Asociaciones y los Clubes Sociales de Cannabis, sobre todo en Cataluña, donde ya son más de 300 las asociaciones de este tipo las que se encuentran inscritas en sus Registros de Asociaciones, trataremos de analizar en concreto esta cuestión.


En la edición de este mes, y ante la aparición en diferentes medios de comunicación en las últimas semanas y meses del comentadísimo aumento de las Asociaciones y los Clubes Sociales de Cannabis, sobre todo en Cataluña, donde ya son más de 300 las asociaciones de este tipo las que se encuentran inscritas en sus Registros de Asociaciones, trataremos de analizar en concreto esta cuestión.

En la edición de este mes, y ante la aparición en diferentes medios de comunicación en las últimas semanas y meses del comentadísimo aumento de  las Asociaciones y los Clubes Sociales de Cannabis, sobre todo en Cataluña, donde ya son más de 300 las asociaciones de este tipo las que se encuentran inscritas en sus Registros de Asociaciones, trataremos de analizar en concreto esta cuestión. 

Parece ser, según la información vertida por los medios, que de una vez por todas y frente al hecho innegable de las existencias de las asociaciones, ya no cabe mirar hacia otro lado, ya no caben más excusas y de una vez por todas, ahora en Cataluña y País Vasco, quien sabe si en un breve espacio de tiempo en el resto de Comunidades Autónomas, se está tratando de impulsar por parte de algunas fuerzas políticas e institucionales la regulación de esta realidad social. Cada vez menos cuestionada socialmente y por tanto, parece ser que también electoralmente, ya se trata de miles de usuarios, miles de ciudadanos en definitiva que están formando una masa que ya no es minoritaria, es real, y hay que afrontar ahora, o dentro de poco. 

La actuación desde las instituciones

Como se desprende de la información aparecida en diferentes medios, no se trata simplemente de una iniciativa de un grupo político en particular, hecho que podría solventarse como de costumbre, ignorándolo, sino que en el caso de Cataluña, desde el Departamento de Salud, e incluso desde el mismo departamento de Interior, se quiere poner coto al tema de las asociaciones. Esta situación, que podría ser simplemente una excusa para prohibir, aumentar las sanciones y la vigilancia, en definitiva asediar más en su día a día a estas asociaciones, que son muchas, parece ser todo lo contrario. La información de la que disponemos parece señalar que quieren regularizarlas, ya que efectivamente desde el gobierno consideran que algunas asociaciones pueden ser verdaderas tapaderas para traficar. Pero por el contrario, también se desprende que efectivamente la mayoría tiene un proceder normal, con miles de usuarios solo en Cataluña, que lo único que hacen es organizar su consumo de la mejor manera posible y en la mejores condiciones. 

Resumiendo todo lo publicado hasta el momento, desde el departamento de Salud tienen previsto, como ya se ha hecho en otros países, como en algún Estado de Estados Unidos, convocar una Comisión de Expertos para poder presentar en breve una propuesta de regulación de estos clubes, de los que se sabe que son más de 300 en toda Cataluña, y 200 solo en la Ciudad de Barcelona. Esta regulación, de la que oficialmente no hay publicación alguna, pero si extraoficial, a través de filtraciones de diversos medios y siendo también varias las administraciones implicadas en el asunto no parece que se trate de un simple bulo. Parece que existe una intención real de regular los clubs, estableciendo que se puede hacer y que no, por ejemplo, cuantos serían los socios máximos permitidos, cuales las circunstancias del reparto del cannabis, qué hacer con los socios terapéuticos, como se abonaría el dinero por el cultivo de cada uno de los socios, como se trataría fiscalmente a estos clubes, cuándo y en qué circunstancias se podría cultivar, y así un largo etcétera. Por lo tanto se trata de mucha información y muy concreta, que  esperemos sirva como base para regular el funcionamiento de los Clubes y Asociaciones, dándoles así el margen de seguridad jurídica del que actualmente carecen. 

Otra administración que está afrontando el problema es también el Ayuntamiento de Barcelona, según la última información aparecida, y debido a la numerosísima presencia de estos clubes en la ciudad se está ultimado un Protocolo para regular la presencia de los mismos. El objetivo de esta regularización parece ir enfocada a controlar horarios, las condiciones de los locales, tales como insonorización, filtros de humos... ya que si bien se trata de locales con acceso restringido exclusivamente a los socios, los mismos tienen unas características que han llevado a la Administración Local de Barcelona a tomar cartas en el asunto y tratar de organizar una situación real a la que tiene  que enfrentarse, sobre todo frente a la inactividad del resto de Administraciones y las quejas y denuncias continuas de vecinos. 

Del mismo modo que en Cataluña, en el País Vasco también se está trabajando en el mismo sentido, después de varios intentos por desarrollar y aprobar una regulación de estos clubs, regulación que siempre ha quedado pendiente por diversos motivos, finalmente el pasado mes de octubre se constituyó en el Parlamento Vasco, una Comisión para Regular los Clubes de Cannabis, con la comparecencia en la misma de unos 60 expertos que expondrán los diferentes puntos de vista con la intención de dar forma y aprobar una regulación que efectivamente responda a las necesidades, pero sobre todo a la realidad de estos clubes, compuestos en su mayoría por consumidores usuarios responsables que tratan de organizar su cultivo y posterior consumo tratando de reducir los riesgos legales al mínimo. 

Los problemas de la posible regulación 

Pese a todo lo manifestado hasta el momento, es un hecho ya, se podría decir que imparable, que la situación de los Clubes Sociales de Consumo de las Asociaciones de Cannabis hay que regularlas a un corto plazo, ya no valen excusas. 

Por lo que se puede observar, ahora ya sí, hay una voluntad política de ciertos sectores por regular esto, podría decirse que empieza ya a asumirse con normalidad por una parte de la sociedad, algo que nunca tendría que haber dejado de serlo. Es decir, que del mismo modo que se asume que se consume alcohol, limitando el consumo del mismo a una edad, a unos lugares, podría y debería hacerse lo mismo con el cannabis, evitándose de paso situaciones escandalosas como las que observamos días tras día en las portadas de muchos diarios. Situaciones tales como la relación entre las redes de narcotráfico y todo lo que las mismas suponen en víctimas mortales, abusos de poder y un largo etc.  

Este avance social y político está en ciernes y es mínimo. Si, efectivamente todo ello supone un avance, es tónica general que en el desarrollo de ciertos derechos las Comunidades Autónomas suelen ir por delante de la Administración Central, pero también es cierto, que sin una regulación de mínimos, esta regulación, que servirá de impulso y como revulsivo, esperemos de una legislación estatal al respecto, servirá de poco más, ya que simplemente servirá para eso. Desde el gobierno central se puede anular la misma, sobre todo en materias como esta donde se puede interpretar fácilmente que la competencia estatal está centralizada. 

Sin ir más lejos en estos mismos momentos se está tramitando en concreto una nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que si bien debería presumirse mucho más avanzada y progresista que la anterior, que lleva aprobada ya más de 20 años, todo parece indicar que será muchos más restrictiva y limitadora de derechos que la anterior, por lo menos si se mantiene en los términos en los que ha sido propuesta por el gobierno para su aprobación y discusión. 

Por lo tanto y como conclusión a todo lo expuesto ¿se puede decir que hemos avanzado? Pues efectivamente si, por lo menos socialmente se está en otro punto de partida, punto de partida que parece quitar el temor al legislador a actuar en ciertos puntos, como por ejemplo y en concreto, al de dar una regulación a los Clubes de Cannabis, ya que en términos electorales, que en la mayoría de los casos son los únicos que motivan al legislador-político, no parece que le vaya a suponer un agravio. 

Ahora bien, en todos los niveles administrativos (Administración Central, Autonómica, Local… ) e ideológicos  (derechas, izquierda, nacionalistas…) no se está dispuesto a avanzar en ciertos temas, uno de ellos el principal que nos ocupa, y no se trata de ser de izquierdas o de derechas, o de estar en una comunidad autónoma o en un ayuntamiento, debería tratarse de afrontar un hecho real y efectivo que se está produciendo, un hecho s e produce en muchos lugares y por ciudadanos de diversa condición. 

Héctor Brotons Albert, Abogado especialista en Asuntos Penales por Cannabis y Asesor de la F.A.C. (Federación de Asociaciones Cannábicas).

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