El monopolio del Cannabis en África

Elizabeth Erhardt
30 Aug 2021

África es un continente que lo tiene todo para la producción del Cannabis. Como el mercado del “oro verde” está en aumento, los grandes capitalistas sedientos de ambición insisten en socavar la riqueza del continente africano y continuar generando la cruel pobreza que vienen produciendo desde hace décadas allí.


¿Explotación? ¡Allí vamos!

El profesor de geografía y ciencias ambientales en la Universidad de Nuevo México experto en historia del cultivo de cannabis en África, Chris Duvall, realizó este importantísimo trabajo en 2019 titulado “Una breve historia agrícola del cannabis en África, desde la prehistoria hasta la colonia canna”, al cual nos referiremos una y otra vez en este artículo. Allí nos cuenta que el Cannabis llegó a Madagascar y a la costa mediterránea hace al menos 1.000 años. Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) realizado de 1995 a 2005, en África se cultivaron 10.500 toneladas de Cannabis, representando el 25% del total mundial. Prohibition Partners dijo en 2019: “La industria legal del cannabis en África podría tener un valor de más de 7.100 millones de dólares anuales para 2023 si se introduce legislación en varios de los principales mercados del continente, según una investigación recopilada para The African Cannabis Report ™”. Como os podéis imaginar, esto es la llamada a las corporaciones para seguir empobreciendo al mundo a costa de aumentar sus ganancias. Este artículo de Fortune anunció: “Las compañías internacionales de marihuana están acudiendo en masa al continente con la esperanza de sacar provecho. Los proveedores canadienses de cannabis EXMceuticals, Canopy Growth, Supreme Cannabis Company y Aphria (que se fusionó con la firma canadiense de marihuana Tilray ), así como Together, con sede en Israel Pharmaceuticals y Medi Kingdom del Reino Unido se encuentran entre las empresas que han invertido en el cultivo de cannabis en varias partes de África en los últimos cinco años.”

No nos dejemos engañar, los africanos son las víctimas en el plan de las corporaciones. Ese mismo artículo de Fortune dice que los agricultores locales están siendo eliminados en gran medida del mercado floreciente, y que las ganancias fluyen principalmente a las empresas internacionales que emplean a pocos trabajadores locales. También explica que las empresas tienen conexiones gubernamentales que les han ayudado a asegurar sus licencias. 

Chris Duvall dice en su trabajo: “La historia agrícola del cultivo ha producido relaciones que permiten a los habitantes del norte del mundo extraer más valor de los recursos africanos del que los agricultores africanos pueden extraer (...) Los procesos actuales de liberalización del cannabis son instancias de acumulación a través del despojo por parte de empresas habilitadas a través del ejercicio del poder neocolonial (...) El supuesto desarrollo centrado en el cannabis no es más que una nueva faceta de la dependencia económica, de la generación de riqueza en el Norte global a través de la extracción de riqueza de África.

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El control del mercado a través de las licencias

Estas empresas han pagado a los gobiernos africanos por políticas que les permiten cultivar Cannabis para la exportación mediante el pago de tasas de licencia que son demasiado caras para la mayoría de los ciudadanos de los países africanos. Según nos informa el artículo mencionado, más del 10% del PIB de Malawi proviene de la industria tabacalera, además de representar el 60% de las exportaciones del país. Con este nuevo movimiento legislativo-económico en la última década, dicho rendimiento se redujo a la mitad. Frente a éste hecho, el presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, se enfocó por la industria del Cannabis emitiendo 35 licencias a empresas. 

Blessings Chinsinga es profesor de políticas públicas en la Chancellor College de la Universidad de Malawi y estudió la economía política agrícola del país. Él dice en el artículo de Fortune que mencionamos, que todas las empresas a las que se han concedido licencias hasta ahora son empresas internacionales o empresas locales propiedad de élites. Añade que los derechos de licencia valen miles de dólares en un país donde el ingreso anual promedio es de 200, lo que resulta inalcanzable para los agricultores de Malawi. 

Según informa Chris Duvall en su trabajo, el desarrollo agrícola fue la motivación explícita de los otros seis casos de liberalización en África, pero explica que estas reformas no benefician a los agricultores africanos. En el artículo de Fortune él sugiere: “África podría estar perdiendo una oportunidad potencial al evitar variedades locales de marihuana que ya tienen marcas geográficas bien conocidas, como Malawi Gold y Durban Poison, que podrían desarrollarse como denominaciones de cannabis de origen único”, y añade: “Deberían analizar con detenimiento cómo convertirlo en una industria equitativa para abordar el problema del comercio desigual".

Varios hechos demuestran que el interés no está en activar la economía local sino extranjera. Por ejemplo, tanto Uganda como la República Democrática del Congo y Malawi, no han hecho público cómo solicitar licencias. Otro ejemplo es la empresa israelita Together Pharmaceuticals, que produce en Uganda el Cannabis medicinal que se distribuye en Alemania. Existen más ejemplos, la farmacéutica canadiense EXMceuticals obtuvo una licencia para cultivar Cannabis en la República Democrática del Congo con un potencial de expansión casi ilimitado de tierras agrícolas. En Lesoto el gobierno empezó a otorgar licencias en 2017, pero publicó las regulaciones en 2018. Allí obtuvieron licencias y producen empresas británicas, australianas, canadienses, y estadounidenses. 

En marzo de este año una reportera del periódico “El Español” pasó una semana con cultivadores de Cannabis de las montañas del Rif y relató lo desventajosa que resulta la regulación del Cannabis para ellos. Una de las razones es porque las licencias son inaccesibles para los cultivadores marroquíes.

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Cambia el disfraz, pero el personaje es el mismo

No es sorprendente que la economía del cannabis se haya desarrollado de manera desigual, nos dice Chris. En su trabajo muestra cómo el neocolonialismo ha impedido la generación de riqueza en múltiples sectores económicos en los países africanos. Con esto indica que las reformas que han producido economías legales en el Norte global han involucrado directamente a los consumidores de Cannabis en procesos que ponen en desventaja a las personas en el Sur global. “El cannabis que se ha vuelto legal en África no es el cannabis que ha beneficiado a los agricultores africanos. Los casos actuales de liberalización del cannabis en África personifican el neocolonialismo”, dice. 

El mecanismo de pago por políticas favorables sobre el cannabis ha permitido a las empresas del Norte Global acumular riqueza al despojar a los ciudadanos de los países africanos del acceso a la economía global del cannabis. En la actualidad, la liberalización del cannabis ha beneficiado de forma demostrable a pocos africanos, pero ha reforzado las perspectivas de muchas empresas y accionistas del norte del mundo. El capital extranjero se está utilizando para explotar los recursos del continente (tierra, agua, trabajo y cannabis) en lugar de ofrecer oportunidades significativas para que los africanos acumulen riqueza.

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Elizabeth Erhardt