Cultivo en interior sin aire acondicionado
El calor aprieta, los termómetros superan ampliamente los treinta grados, el cuarto de cultivo parece un horno y las plantas sufren mucho, crecen espigadas y no cogollan bien ¿Qué se puede hacer? Veamos que medidas, técnicas y trucos se pueden aplicar para lograr cultivar en interior incluso durante los meses de verano.
Cómo cultivar Cannabis en interior sin aire acondicionado
No todo el mundo puede cultivar en exterior. Hay casas sin balcones ni terrazas, vecinos cotillas que denuncian si ven una planta y cultivadores que, tras sufrir robos varios años, han desistido de cultivar al aire libre. Quienes se deciden a cultivar en interior y tienen suficiente capacidad económica pueden montar un cuarto de cultivo totalmente equipado que cuente con aire acondicionado para mantener las temperaturas controladas a lo largo de todo el año. Los cultivadores más modestos suelen renunciar al aire acondicionado pues es un aparato caro que, ademas, gasta mucha electricidad, pudiendo elevar la factura eléctrica del cultivo hasta en un cincuenta por ciento.
La temperatura óptima para el desarrollo del cannabis es de unos 24ºC aunque los resultados son buenos en una horquilla de temperaturas algo más amplia, de entre 20º y 28ºC. Por encima o por debajo de este rango de temperaturas empiezan los problemas. En climas muy fríos las plantas no están lo suficientemente activas como para desarrollarse bien pero este problema se soluciona muy fácilmente colocando un calefactor eléctrico o, incluso, una estufa de butano que, además de calor aporta CO2 a las plantas.
Si la temperatura supera el nivel correcto las plantas necesitan dedicar gran cantidad de energía a mantenerse frescas, evaporando agua a través de sus hojas, y no pueden concentrarse en florecer y cogollar por lo que acaban produciendo cosechas pobres y poco potentes. En casos extremos, cuando la temperatura supera ampliamente los 30ºC, las plantas prácticamente paralizan su desarrollo y, con frecuencia, se infectan de plagas como la araña roja que se aprovechan de la debilidad provocada por el calor.
Durante el otoño, el invierno y la primavera, incluso en las zonas más cálidas, la temperatura exterior rara vez supera los 25ºC y, por lo general, se mantiene por debajo de 20ªC, lo que permite mantener bajo control la temperatura del cuarto de cultivo con la sola ayuda del sistema de extracción de aire. El problema viene cuando llega el verano y la temperatura exterior supera los 30ºC. Por mucha extracción que usemos, si el aire que entra está a esa temperatura es imposible que logre enfriar el cultivo hasta la temperatura óptima.
En mi opinión, si no somos capaces de controlar la temperatura del cuarto de cultivo es mejor no cultivar en los meses de verano pues tendremos problemas y más problemas para, al final, apenas cosechar nada que valga la pena. Claro que tampoco hay que desanimarse, aunque enfriar un cuarto de cultivo es más difícil que calentarlo hay muchas técnicas y trucos que nos pueden ayudar a lograr una cosecha de calidad incluso en verano.
Atención, hay que medir la temperatura en las puntas de las plantas, debajo de las lámparas. A menudo, los cultivadores principiantes cuelgan el termómetro en una pared a dos metros de la lámpara, no se dan cuenta de que las puntas de las plantas cercanas a la bombilla están soportando una temperatura mucho mayor. El control de la temperatura dentro de un cultivo de interior debe asentarse en tres pilares fundamentales: reducir el calor generado en el cuarto de cultivo, minimizar la entrada de calor del exterior y, por último, extraer el calor o contrarrestarlo con frío.
Reducir el calor generado en cultivo de Marihuana
Las lámparas de cultivo son las principales generadoras de calor en el cuarto de cultivo, especialmente las de alta presión de sodio que son las más habitualmente empleadas. Los fluorescentes y las lámparas led también dan calor, pero menos. Las lámparas tienen dos partes, la bombilla y el balastro.
El balastro desprende cerca del treinta por ciento del calor total generado por la lámpara, mientras que el otro setenta por ciento lo desprende la bombilla. El calor desprendido por cada uno de estos dos elementos se combate de forma diferente. Con los balastros, la mejor solución es sacarlos fuera del cuarto de cultivo y colocarlos en la habitación contigua para que no contribuyan a calentar el indoor.
Los balastros de las lámparas APS de alta presión de sodio suelen aceptar que el cable entre el balastro y la bombilla llegue hasta veinte metros, más que suficiente para situarlos lejos de las plantas y fuera del cuarto de cultivo. Además de los balastros hay que sacar del cuarto de cultivo tantos aparatos eléctricos como sea posible ya que todos generan calor. Los extractores, por ejemplo, también se pueden colocar fuera de la habitación en lugar de en el interior. Los balastros electrónicos suelen ser algo más eficientes que los electrónicos y producen algo más de luz y algo menos de calor. Los modelos de potencia regulable, también llamados dimables, permiten regular la intensidad de luz algo muy útil en épocas de calor, cuando basta poner la lámpara al 50% o al 75% para reducir el calor generado de manera proporcional.
Es mejor tener menos luz y una temperatura correcta que mucha luz, pero a temperatura excesiva, ya que si las plantas no se encuentran en un ambiente idóneo de nada les sirve la luz pues no pueden aprovecharla. Los balastros regulables son una de las soluciones más prácticas para poder seguir cultivando en verano. La regulación del balastro a una potencia menor se puede hacer en días concretos especialmente calurosos o durante toda la cosecha.
Si usamos el balastro a menor potencia durante toda la cosecha, pero queremos que los cogollos se hagan igual de grandes y potentes, tenemos que reducir proporcionalmente el área iluminada y el número de plantas, así como acercar algo más la bombilla a las plantas. En cualquier caso, más vale alejar la lámpara hasta que la temperatura sea la correcta a la altura de las puntas de las plantas, que mantenerla excesivamente cerca y achicharrarlas.
Un ventilador potente que sople aire en el espacio entre la bombilla y las puntas de las plantas puede ayudar bastante a evitar zonas de calor excesivo. El aire arrastra el calor más intenso y las puntas no se queman. Aunque la temperatura general del cuarto de cultivo sea demasiado alta, digamos 30ºC, sin ventilador las puntas de las plantas pueden estar a 35-40ºC, pero con un buen chorro de aire se puede conseguir que se mantengan a 30-31ºC, todavía demasiado alta pero no tanto como para perder completamente la cosecha.
Minimizar la entrada de calor del exterior
Siempre que sea posible debe tomarse el aire exterior de un lugar fresco y a ser posible sombreado pues, en verano, puede suponer una diferencia de, como poco, cinco grados centígrados. Si se trae el aire desde una bodega, un sótano o un patio a la sombra refrescará mucho más el cuarto que si se toma de una ventana a pleno sol.
Hay cultivadores que, durante el verano, toman el aire para el cuarto de cultivo del interior de la casa en lugar del exterior, esta técnica es especialmente efectivas en casas antiguas de gruesas paredes que se mantienen frescas con facilidad. El mejor truco de todos a la hora de cultivar en verano es hacer que las plantas vivan de noche, en otras palabras, que las luces estén encendidas cuando es de noche en el exterior y apagadas cuando es de día.
De este modo no se juntan los dos elementos productores de calor: el sol y las lámparas. En la fase de crecimiento, en que las luces se encienden durante 16 o 18 horas, lógicamente algunas de estas horas coincidirán con horas de luz exterior pero las programaremos para que estén apagadas en las horas de más calor, desde las doce de la mañana hasta las seis de la tarde, por ejemplo.
Si una pared del cuarto de cultivo da al exterior y mira al sur, al este o al oeste, recibirá horas de sol directo. Este hecho puede recalentar el cuarto de cultivo mas de lo que podría parecer pero se puede evitar colocando por la cara interna de la pared (la que da al cuarto de cultivo) una capa de algún material aislante. Se pueden usar láminas de corcho o materiales aislantes especiales de los que se usan en la construcción.
Extraer el calor generado cultivando Cannabis
Las bombillas, como es evidente, no pueden sacarse del cultivo pero el calor que desprenden puede ser extraído por el sistema de ventilación. Los reflectores refrigerados por aire permiten conectar un extractor de aire directamente al reflector y extraer el calor desprendido por la bombilla, antes de que se reparta por la habitación.
Algunos cultivadores crean un sistema de extracción independiente para las lámparas, y completamente aislado del cuarto de cultivo, con una entrada de aire fresco que conecta directamente con el reflector que, a su vez está también conectado a un extractor que arrastra el aire caliente hacia fuera.
Al mantener el aire que refrigera las lámparas separado del aire del interior del cuarto de cultivo se evita que el olor de los cogollos lo impregne y sea necesario instalar un filtro antiolor de carbón activo para desodorizarlo. Los filtros funcionan bien pero reducen la potencia del extractor y, por tanto, la capacidad refrigerante del reflector.
El principal inconveniente de montar un sistema de extracción sólo para las lámparas es que hay que montar otro más para ventilar el cuarto de cultivo. Como este segundo sistema no tiene que ocuparse de sacar el calor generado por las lámparas , sino sólo de renovar el aire, para que se mantenga un nivel suficiente de CO2 en el aire, puede ser menos potente o ponerse en marcha sólo unos minutos cada hora pero, este sí, debe ir equipado con un filtro de carbón activo que evite que el olor a cannabis salga al exterior.
Las ventajas del CO2
En la atmósfera hay una concentración de CO2 de aproximadamente 400 ppm pero en otras épocas fue mucho mayor y las plantas conservan la capacidad de vivir y aprovechar una concentración más alta, de hasta 1500 ppm. No sólo puede soportar mayor cantidad de CO2 también lo pueden aprovechar para crecer más y más rápido.
La producción de las plantas de cannabis se puede llegar a incrementar en un tercio aumentando el CO2 ambiental. Una ventaja añadida es que la temperatura óptima para el desarrollo del cannabis es más alta cuando hay una mayor concentración de CO2 en el ambiente. Con una concentración de 1000 ppm, se puede mantener el cuarto de cultivo a 28-32 grados sin problemas, siempre que no les falte agua y la humedad ambiental también se mantenga algo más alta de lo normal, alrededor del 60%.
Hay distintos métodos disponibles para producir CO2 en un cultivo. Los más prácticos requieren de un controlador que mide la concentración ambiental y, cuando baja del nivel prefijado, pone en marcha un generador de CO2, que suelen funcionar quemando gas butano, o libera el CO2 de una botella que lo contiene a presión.
Estos sistemas funcionan muy bien y mantienen la concentración exacta fijada por el cultivador pero resultan caros, el conjunto de controlador y generador puede superar los 1.000 €. Otros sistemas más baratos de producción de CO2 se basan en la producción natural de este gas que llevan a cabo ciertos hongos durante su desarrollo, como CO2 Boost.
Son sistemas que constan de un cubo que contiene las esporas del hongo y su alimento. Desde que se activan producen CO2 de manera continua durante un largo tiempo, hasta 90 días. No generan grandes cantidades de CO2, por lo que no requieren del uso de un controlador, pues nunca se superan los niveles seguros para las plantas. Son un buen complemento para un pequeño armario durante el verano para que las plantas toleren mejor una temperatura más alta.
Enfriar el cultivo de Cannabis
Vamos a ver dos aparatos, uno comprado y otro hecho en casa, que pueden servir para enfriar el cuarto de cultivo. Ninguno es tan efectivo ni tan caro como un aire acondicionado, pero tampoco consumen mucha electricidad, ni resultan caros.
Climatizadores evaporativos para plantas de Cannabis
Estos aparatos disponen de un ventilador y un depósito de agua. El aire pasa a través de un material que permanece mojado con el agua del depósito, donde se humedece y refresca. El proceso de evaporación del agua requiere energía en forma de calor que se capta del aire y, por tanto, enfría el ambiente. Los climatizadores evaporativos son baratos y, sobre todo, consumen mucha menos electricidad que un aire acondicionado, más o menos gastan lo mismo que un ventilador.
Cuanto más calor hace y más baja es la humedad ambiental, mayor capacidad de refrigeración tienen. En climas secos y días de mucho calor la reducción de temperatura pueden ser de hasta 8-10ºC, mientras que en ambientes algo más húmedos se puede bajar la temperatura unos 4-5ºC. Son baratos, consumen muy poca electricidad y resultan bastante eficientes en climas muy secos, pero no sirven para nada en ambientes muy húmedos.
Para evitar la acumulación de humedad y mantener la frescura conviene ir ventilando el cultivo por medio del extractor, pues si aumenta la humedad se reduce la efectividad del climatizador. Se puede hacer un climatizador evaporativo casero colgando un trapo o una sábana húmeda delante de un ventilador e ir humedeciéndolo de nuevo conforme se vaya secando.
Acondicionador de aire casero para plantas de Marihuana
Llega el verano, hace mucho calor y no hay forma de controlar la temperatura del cuarto de cultivo pues el aire exterior están caliente como el interior. En esta situación lo mejor sin duda es disponer de un aire acondicionado pero, si no lo tenemos podemos intentar hacer algo similar de manera barata y sencilla. Elementos necesarios: - Una caja de porexpán o corcho blanco, de esas que se venden como neveras portátiles para llevarse de picnic. - Un ventilador, de diámetro menor que el ancho de la tapa de la nevera. - Un codo de plástico o PVC. - Botellas de agua o acumuladores de frío (esos bloques azules que se congelan y sirven para mantener frío el contenido de la nevera). - Un congelador, cuanto más grande mejor pues permite tener una mayor reserva de botellas congeladas.
El montaje no tiene ninguna dificultad, basta con hacer dos agujeros en la tapa, uno del diámetro del ventilador y otro del diámetro del codo de PVC, y fijar ambos elementos en los agujeros. Dentro de la nevera se colocan las botellas o los acumuladores de frío congelados, cuantos más pongamos, mayor será la capacidad de refrigeración.
Los resultados son mucho mejores cuando se utilizan las botellas o lo acumuladores que si se llena la nevera directamente con hielo. La razón es que lo que se busca es que haya la mayor cantidad de superficie fría en contacto con el aire para maximizar la trasferencia de calor del aire y enfriarlo tanto como sea posible.
El hielo al derretirse y convertirse en agua va llenando los huecos entre los cubitos y reduce la superficie de intercambio de calor mientras que las botellas o los acumuladores no pierden la forma y el aire puede circular a su alrededor. Por la misma razón conviene apilar las botellas de manera que el aire pueda circular con facilidad. Las botellas de agua pequeñas aportan el frío más rápidamente que las grandes, pero las grandes enfrían durante más tiempo. En función de las necesidades de cada cuarto de cultivo y con que frecuencia se quieran ir renovando, se puede optar por un tamaño mayor o menor de botella o acumulador.
Que ventaja tiene este sistema frente a simplemente poner las botellas congeladas dentro del cuarto de cultivo y dejar que se vayan descongelando poco a poco? La principal ventaja es que el ventilador empuja al aire entre las botellas por lo que incrementa la trasferencia de calor y, sobre todo, provoca la salida de un chorro de aire frío por el codo de PVC que se puede dirigir directamente a las puntas de las plantas que, por ser las partes más cercanas a la lámpara son las que más sufren el exceso de calor, aparte de que en ellas crecen los mejores cogollos.
Este ingenioso acondicionador doméstico puede resultar adecuado para bajar unos pocos grados la temperatura de un pequeño armario de cultivo, especialmente uno iluminado con fluorescentes o con leds. Frente a una lámpara de alta presión de 400 o 600 vatios, probablemente no haga gran cosa salvo que se haga bastante más grande, se coloque gran cantidad de hielo en su interior y se renueve este con frecuencia.
Los 10 consejos básicos para cultivar Marihuana en Interiores
- Saca los balastros del cuarto de cultivo
- Usa balastros electrónicos y regulables
- Enciende las lámparas por la noche
- Instala reflectores refrigerados por aire y un sistema de extracción exclusivo para las lámparas
- Cubre con material aislante las paredes que reciban sol por el exterior
- Toma el aire exterior de un lugar fresco
- Sube la concentración de CO2 ambiental para elevar la temperatura óptima para las plantas
- En clima seco consigue un climatizador evaporativo
- En clima húmedo hazte un aire acondicionado casero a base de hielo
- Usa un humidificador para evitar que la humedad relativa sea excesivamente baja si las temperaturas son muy elevadas pues la transpiración se dispara, no dejes que baje del 50%
José T. Gállego