Combatiendo el calor
Cuando comienza el verano, las plantas ya están crecidas, son vigorosas y tienen muchas hojas. Hasta ahora la cosecha parecía que iba a ser exitosa, sin embargo a medida que avanza el verano los problemas se multiplican, hay excesos de sales, se estanca el crecimiento y vemos que no van a producir todos los deliciosos cogollos que deberían… ¡El calor ha llegado a nuestros cultivos!
Hay que tener en cuenta que si bien el tallo y las hojas soportan bien el calor del verano, las raíces en contenedor no se adaptan. Basta en verano con agarrar una pala y sacar unos palmos de tierra, poner la mano y ver cómo la tierra no está caliente, se mantiene fresca, para darse cuenta de la diferencia entre la tierra madre y una maceta, hablando en términos de temperatura del sustrato. En el suelo las raíces se expanden hacia abajo, en la maceta hacia los bordes del contenedor, y es junto al plástico donde pillan mayor temperatura en verano. El reflejo del sol sobre las baldosas de un ático o de un balcón, que en primavera no afectaba en nada a nuestras plantas, a pleno sol, en verano, puede llegar a convertir el lugar donde alojamos nuestras macetas en un horno y cocinar las raíces de nuestras plantas.
Ya puedes tener las mejores genéticas, utilizar el mejor sustrato, los mejores abonos y aditivos, que si las raíces se queman, las plantas no van a expresar todo su potencial. Una vez identificado el factor que impide que se desarrollen bien nuestras plantas, el calor, sólo resta tomar precauciones para hacer que no afecte demasiado a las raíces y podamos dejar que la floración arranque con la planta en las mejores condiciones, para que pueda expresar todo su potencial y rendir todo lo que esperamos de su genética.
Macetas
El primer paso es elegir bien las macetas. Es indispensable que sean de color blanco y grandes. Las macetas de color negro y marrón, debido al color oscuro absorben más que reflejan el calor de la luz solar, por lo que si tocamos el plástico de las macetas negras al sol, notamos que queman. El color blanco refleja más la luz solar y absorbe menos calor, si tocamos una maceta de plástico blanco vemos que si hay calor, pero mucho menos que en una maceta negra. Si no puedes conseguir una maceta blanca puedes ubicar tu maceta dentro de otra de mayor tamaño, para que quede sombreada y no se caliente.
El siguiente paso es aislarlas del suelo. Se puede ubicar un material que haga de aislante, por ejemplo madera, porexpan, etc... El suelo de madera para exterior, ese tipo rejillas, es un buen material, pero cada año hay que pintar la madera o por lo menos sumergirlas en agua y lejía, para acabar con plagas que se hubieran podido alojar allí durante el pasado invierno. También se pueden poner trozos de porexpan, pero hay que tener cuidado de no tapar la salida de drenaje de la maceta.
Sombreado
Con esto evitaremos que el calor del suelo cocine directamente las raíces dentro de la maceta, como si fuera una plancha de cocina, pero no acabamos con el calor que irradia el suelo, que hace el efecto de horno. Esto en un balcón, según la ubicación, no se nota tanto, pero en un ático puede ser fatal. En estos casos lo mejor es utilizar una tela de sombreado que permita el paso de los rayos y a la vez sombree el suelo, donde están las macetas. Puedes fijar la tela de sombreado rodeando el balcón, lo que ayudará a tener tus plantas de una forma más discreta. Si están en un ático puedes fijar la tela a las paredes o montar una estructura con perfiles de metal y listones de madera, para disponer sobre ella la tela de sombreado. Ten en cuenta que hay telas de diferente tramado que permiten un mayor o menor paso de luz, en este caso buscamos una tela que permita pasar los rayos en un porcentaje más alto que, por ejemplo, el que permite una malla de ocultación. Una malla que aporte un 40% de sombra dejará pasar la suficiente luz para florecer sin problemas, a la vez que puede llegar a restar unos 7 grados a la temperatura del lugar de cultivo, lo más importante quitar el calor que irradia del suelo. En estos casos conviene perder rayos de sol, pero conseguir un ambiente más adecuado para las raíces, que les deje alimentarse y crecer sanas, a permitir que se quemen las raíces y produzcan menos cogollos y de peor calidad. El factor que está frenando el desarrollo del cultivo es el calor en el sustrato, ese es el elemento que debemos modificar para avanzar.
Riego
Con el calor del verano también hay que cambiar los hábitos de riego. En el verano las plantas absorben más agua, porque transpiran mas, pero también el sustrato se seca más rápido por evaporación. Por otra parte las raíces han crecido durante la primavera y han ido colonizando el sustrato, lo que hizo que la planta crezca y vaya a necesitar cada vez mas riegos. Si seguimos abonando como siempre durante los días de más calor del verano, terminaremos con excesos de sales en la maceta.
Ante los calores extremos es conveniente reducir la dosis de abono, ya que tendremos que regar más veces. De esta manera estaremos utilizando la misma cantidad de abono, pero repartidos en mas riegos. Según la región, la calidad del agua, es decir la cantidad de sales disueltas, varía mucho y encontramos desde agua blanda de 0 a 0,4 mS, normal entre 0,4 y 0,8 mS, dura entre 0,8 y 1,2 mS, y muy mala a partir de 1,2 mS. Para comprobar la calidad del agua puedes llevar un poco de agua del grifo a medir la EC en tu growshop de confianza. Si el agua es dura o directamente mala será imprescindible un filtro de osmosis inversa, para conseguir agua de calidad. El agua del filtro ha de ser reconstituida antes de ser utilizada en las plantas, se han de recomponer los niveles de calcio y de magnesio. En los growshops existen muchos productos en forma de mononutrientes o de combinación de nutrientes, con los que es posible reconstituir los niveles de magnesio y calcio del agua. Mide el valor original del agua, incorpora primero el calcio, unos mililitros y mide la EC hasta 0,2 mS más, luego revuelve bien e incorpora el magnesio hasta sumar 0.4 Ms. Corrige la solución con una gota de pH down. Una vez que te acostumbre a preparar el agua verás que no necesitas medir la EC, ya que las proporciones son siempre las mismas para el agua base. Hay productos que contienen calcio y magnesio juntos, en este caso solo se trata de subir la concentración de sales disueltas en el agua hasta los valores de 0,4_0,6 mS, son los valores del agua sobre la que están calculados los abonos que utilizamos en nuestras plantas. Partiendo de un agua de calidad y cuidando de no excedernos de abono, para que no se acumulen sales en el sustrato, tendremos todos los billetes para conseguir una buena cosecha. El filtro de ósmosís mediante varias membranas, filtra la cal, el cloro, y demás sales disueltas. Utiliza la presión del agua para pasarla a través de varios filtros, una parte se filtra y es la que utilizamos, pero otra parte se desperdicia. Esta parte de agua que se pierde es generalmente más del doble de la que se filtra. Para no desperdiciar el agua que el filtro rechaza, se puede juntar en un barril y utilizarla para limpiar el suelo, limpiar los tiestos, etc... De esta manera hacemos el cultivo mas sustentable y ahorramos en la factura del agua.
Hay que ser constantes a la hora de regar, mejor a la mañana temprano, no dejar que el sustrato se reseque por completo. Si la planta está con las hoja caídas es evidente que necesita agua. No es necesario llegar a este extremo, ya que esperar a que el sustrato se reseque genera estrés en nuestras plantas, además de ser perjudicial para las bacterias y hongos beneficiosos que viven en el sustrato. La mejor manera de saber si las plantas necesitan agua es levantar el tiesto. Haz la prueba de levantar el tiesto con la tierra recién sacada del saco, verás que tiene un peso determinado, luego de hidratar la tierra comprobarás que el peso ha cambiado. Cuando el sustrato esté seco pesará aún menos que recién salido del saco. Las plantas necesitan un sustrato aireado, con oxígeno. Un sustrato excesivamente mojado, sin drenaje, acaba con el oxigeno disponible. Si a eso le agregamos que a mayor calor del agua, esta contiene menos volúmenes de oxigeno disuelto, hace que debamos extremar los cuidados con el riego, en verano, para hacerlo de la manera más eficaz posible. Si el sustrato se ha secado has de tener cuidado al regar, porque si riegas mucha agua de golpe corres el riesgo que se vaya por el borde de la maceta y no penetra en todo el volumen del tiesto, con lo que conseguimos que el agua se desperdicie sin hidratar correctamente al sustrato. La forma más eficaz de rehidratar la maceta es regar un poco de agua en el centro, sin que llegue a los bordes de la maceta, porque si no, se filtrara por los costados, que es lo que queremos evitar. Luego que el poco de agua que regamos lo haya absorbido, realizamos otro riego similar, y poco a poco vamos incorporando el agua y levantando el tiesto, para ver cuando ya tenemos bien hidratada la maceta. Una vez que te acostumbres a los pesos de las macetas, veras que no tendrás problemas a la hora de regar y mantener a las plantas saludables.
Si tus plantas están en un balcón y tienes que utilizar platos de plástico para juntar el agua que drena de la maceta y que no caiga al piso de abajo, una vez que riegues, quita el agua que se estanca en la base del tiesto. Macetas pequeñas y plantas grandes en verano traen grandísimos problemas. Mejor usa un tiesto grande, para que no tengas que regar tan a menudo, así evitarás el estrés por falta de humedad en el sustrato, así como el momento justo después de regar, en el que hay poco aire el sustrato. Para reducir el estrés de las raíces por el calor son muy útiles los aditivos radiculares, ten siempre presente que aunque veamos ramas y luego cogollos, un sistema radicular sano en un sustrato equilibrado, significa una buena absorción de nutrientes, que son fundamentales para que la planta exprese todo su potencial. Es la base del sistema, si se rompe esta base empieza a fallar el resto.
Llegarán los desequilibrios de nutrientes, excesos de sales y verás como una planta que era verde y grande en primavera, no da toda la producción, ni la calidad que esperábamos. Mantener las raíces sanas hace tanto por nuestros cogollos, como un buen abono de floración. Ya que aunque le aportemos el resto de factores que hacen que una planta se desarrolle, si la salud radicular es lo que detiene el proceso, por más que impulsemos el resto, el límite para nuestro cultivo habrán sido las raíces. Por eso los cultivadores de áticos y balcones tenemos que extremar nuestros cuidados en estas fechas, para no descuidar aquella parte de nuestras plantas que no vemos, pero que son fundamentales para una nutrición adecuada. ¡Refrescad las macetas! ¡Sombread el cultivo! La guerra contra el calor ya ha sido declarada. Con un poco de esfuerzo en esta fase podremos sacar adelante a nuestras plantas y asegurarnos una cosecha de marihuana de la mejor calidad.
Autor: Bosterix