CONSIGUE UN CULTIVO DE CANNABIS LIBRE DE ESTRÉS

Artículo escrito por Jorge Cervantes – jorge@marijuanagrowing.com

Las fluctuaciones en la temperatura causan estrés y también afectan a la humedad relativa lo que, a menudo, provoca otros efectos secundarios. Estudiar el estrés por temperatura sin tener en cuenta cómo afecta a la humedad nos da una imagen incompleta del problema. La temperatura afecta al crecimiento del Cannabis y, cuando es extrema, puede generar estrés. Tanto la temperatura del aire como la de la tierra afectan al crecimiento de la planta. Medir y controlar la temperatura es esencial para conseguir una cosecha de Cannabis sana.

La temperatura también afecta a la humedad en una habitación cerrada o un invernadero. En el exterior, tenemos menos control sobre la humedad. De hecho, como mucho puedes controlarla sembrando las plantas en un lugar con brisa donde el aire se vaya moviendo. Los estomas se abren y cierran en función de las necesidades de la planta en relación al medioambiente. Los estomas se abren o cierran parcial o completamente en distintas condiciones de estrés que incluyen temperaturas y humedades muy altas o bajas. Con temperatura por encima de 29ºC y humedad relativa por encima del 85 por ciento, los estomas se abren al 70-80 por ciento para refrescar el follaje.

La temperatura alta y la humedad baja provocan que los estomas se cierren para reducir la transpiración y conservar el agua, ya que estas condiciones tienen a deshidratar al Cannabis. Evita que las plantas sufran estrés por calor y humedad para que los estomas funcionen a plena capacidad. La temperatura nocturna del cuarto de cultivo puede bajar de 2 a 5ºC sin que haya efectos notables sobre el crecimiento. Mantén las temperaturas nocturnas por encima de 5ºC y no dejes que lleguen al punto de congelación.

Si la temperatura baja por debajo de 0ºC la helada romperá las células de las plantas y los tejidos morirán o, en el mejor de los casos, crecerán lentamente. El crecimiento se ralentiza cuando la temperatura baja por debajo de 10ºC. No es recomendable que las plantas sufran estrés por clima frío; aunque el frío puede producir un contendido de THC proporcionalmente mayor, la realidad es que reduce la productividad general de la planta. Las temperaturas por encima de 29ºC no son recomendables incluso cuando se añade CO2 al cultivo.

Bajo las condiciones adecuadas, que son difíciles de mantener, las temperaturas más altas aceleran el crecimiento. Cuanto más cálido es el clima, más agua es capaz de absorber el aire. Por ejemplo, en un cuarto de cultivo o un invernadero en el que hay 190 cl de agua en el aire, si la temperatura es de 32ºC la humedad relativa será del 50%, pero si la temperatura baja a 21ºC la humedad subirá hasta el 75%. Cuando la temperatura baja por la noche la humedad puede subir en exceso y producir condensación, lo que genera otras complicaciones.

Los tallos se estiran como reacción frente a una aparición súbita de tiempo cálido. Las plántulas y los esquejes también se estiran si se cultivan en un ambiente de 27ºC. Los jardines de exterior suelen aguantar el calor bastante bien hasta que llega un periodo prolongado de temperaturas por encima de 32ºC. Muchos cultivadores han perdido sus cosechas debido al excesivo calor durante las vacaciones de verano. Algunos cultivadores de interior se olvidan de mantener una buena ventilación en el cuarto de cultivo cuando están de vacaciones. Las temperaturas pueden alcanzar fácilmente los 38ºC o más en cuartos de cultivo de interior mal aislados y mal ventilados. Cuanto más calor hace más ventilación y agua son necesarias.

El tiempo invernal frío puede provocar cortes de luz generalizados. Si vienen acompañados por tiempo muy frío las tuberías de agua se congelan y los sistemas de calefacción fallan. En casos extremos la electricidad no se restablece hasta días después. Los jardines se congelan y las plantas se ponen mustias y blandas. Los jardines de interior y los invernaderos deben tener sistemas de iluminación y calefacción de emergencia, por si las temperaturas caen por debajo de 0ºC.

No les niegues el agua a las plantas de Cannabis estresadas en ninguna fase del cultivo. El cannabis requiere gran cantidad de agua. Racionar el agua provoca estrés y detiene el crecimiento en todas las fases. Durante la floración racionar el agua provoca que crezcan flores más pequeñas y produzcan menos. Las plantas que sufren estrés por falta de agua son mucho más susceptibles a sufrir todo tipo de problemas.

Productos mojantes: El cultivador comercial Steve Rogers (https://www.facebook.com/singingpig/) aplica Therm X-70, (www.arbico-organics.com/) un producto mojante natural derivado de la yuca. Lo utiliza como humectante y empapa la tierra cuando fertiliza foliarmente. Therm X-70 contiene un 100 por cien de extracto de yuca, 20 por ciento de saponinas y 80 por ciento de otras sustancias solubles en agua provenientes de la yuca. Este extracto ayuda a las plantas a superar la condiciones hídricas adversas y es un gran humectante para todo tipo de pulverizaciones. Usa Therm X-70 para aumentar la capacidad de tus plantas de germinar y establecerse en condiciones estresantes, así como para aumentar la absorción de agua y fertilizante.

Riega el cannabis plantado en tierra cuando el sustrato esté seco dos o tres centímetros por debajo de la superficie. Las plantas recién trasplantadas necesitan riego más a menudo durante las primeras semanas, especialmente si el clima es cálido o caluroso. Si se siembran en tiempo fresco, las raíces tienen tiempo de crecer hacia abajo y hacia los lados antes de que llegue el calor. Cuando son trasplantadas pronto crecen mucho mejor y necesitan riegos menos frecuentes que si se trasplantan cuando el calor ya ha llegado.

Las semillas germinadas en tierra en interior y trasplantadas al exterior pronto son capaces de desarrollar una larga raíz principal. La raíz principal penetra profundamente en el suelo. Las plántulas sembradas al inicio de la temporada de cultivo tienden a ser más resistentes a la sequía que los esquejes que se plantan más tarde y que desarrollan un sistema de raíces más superficial. Reduce el estrés por temperaturas y baja el consumo de agua aplicando acolchado y cultivando bajo una malla de sombra. Aplica acolchado para proteger la tierra de la lluvia y del sol abrasador.

El acolchado también atrae y conserva la humedad en la tierra. Usando una gruesa capa de paja, mi material favorito para acolchado, puedes conservar hasta el 80 por ciento del agua de riego. Instala una malla de sombra semipermeable para reducir el viento y bajar el consumo de agua. La malla de sombra es genial para crear fácilmente una barrera contra el viento. El viento roba la humedad a las plantas rápidamente, les quita energía y aumenta las necesidades de agua y el estrés de las plantas. Pon malla de sombra por encima de los cultivos de exterior para mantenerlos varios grados más frescos lo que, a su vez, reduce la necesidad de agua y el estrés de las plantas.

Las plantas expuestas al viento se secan con mucha mayor rapidez. Las plantas de exterior, de terraza o de patio consumen hasta cuatro veces más agua en un día de viento y calor. Regarlas tanto como necesitan es complicado especialmente para los cultivadores que viajan y requiere mucho tiempo. Un sistema de riego automático con un programador ayudará a mantener un correcto horario de riego.

Una gruesa capa de acolchado logra que el agua no altere la capa superficial de la tierra donde se encuentran la mayor cantidad de raíces. Regar sobre tierra cubierta con acolchado permite que el agua empape la tierra uniformemente y evita la formación de zonas de sustrato seco. El acolchado reduce el uso de agua hasta en un 80 por ciento reduciendo notablemente la evaporación causada por el sol.

Riega las plantas en contenedores hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje del fondo. El agua de drenaje arrastra todos los nutrientes indeseables que se han acumulado en la tierra. Las lanzas de riego tienen una boquilla que dispersa el agua en pequeños chorros. Esta simple acción sirve para airear el agua justo antes de que entre en la tierra y la rompe en pequeños chorros suaves que penetran en la tierra rápida y homogéneamente. Un fuerte chorro de agua directamente de la manguera o incluso parcialmente tapado con el dedo rompe la superficie del suelo y no penetra en la tierra de manera homogénea.