Cómo multiplicar por cuatro la absorción de tu CBD
Has comprado un aceite de CBD de calidad, pero ¿sabías que la forma en que lo tomas determina si funciona o si se destruye? Un análisis científico clave explica cómo la ingesta de grasas saludables es la solución más sencilla para disparar la eficacia de tu dosis. Ya sabemos que la ingestión oral de CBD es, en teoría, la forma menos eficiente de consumirlo. El problema es la biodisponibilidad, el porcentaje del compuesto que realmente llega al torrente sanguíneo. El hígado actúa como una aduana, interceptando y destruyendo hasta el 94% del CBD en el llamado metabolismo de primer paso hepático. Un informe de la literatura científica aborda directamente este reto, no con nanotecnología compleja, sino con un simple cambio en la dieta: la ingesta de grasas.
El dilema del CBD: Es lipofílico, no hidrofílico
El CBD es una molécula lipofílica (amante de la grasa) y altamente lipo-soluble. No se disuelve bien en agua, por lo que es mal absorbido en el entorno acuoso del estómago y el intestino.
El estudio confirma que, al tomar CBD en ayunas, su biodisponibilidad es bajísima, estimada en un 6%. Es el escenario de peor rendimiento y el que más se asemeja a "tirar el dinero".
El gran secreto: El "bypass" de las grasas
La solución que descubrieron los investigadores es sencilla y elegante: consumir el CBD con una comida rica en grasas saludables.
- El aumento: El estudio demuestra que la biodisponibilidad oral del CBD aumenta hasta cuatro veces (llegando a rangos del 24% al 30% o más) cuando se administra junto con una comida rica en lípidos.
- El mecanismo: Cuando ingieres grasas, tu cuerpo activa el sistema linfático intestinal para absorberlas. Al ser el CBD una molécula lipofílica, se "engancha" a las grasas formando estructuras llamadas quilomicrones.
- La vía de escape: Estos quilomicrones son transportados directamente al sistema linfático, evitando la vena porta y sorteando por completo el filtro del hígado. De esta forma, el CBD escapa del metabolismo de primer paso y puede entrar en el torrente sanguíneo en mayor cantidad.
Si tu cuerpo está ocupado transportando aguacate o aceite de coco, el CBD se cuela en ese vehículo de grasa y llega intacto a donde tiene que ir.
Cómo maximizar tu dosis de CBD
Si eres de los que prefiere tragar cápsulas o aceites (en lugar de la vía sublingual), optimizar la absorción es clave para la eficacia y el ahorro.
- El mejor transportador: El aceite de coco (o triglicéridos de cadena media, MCT), que es la base de la mayoría de los aceites de CBD, es excelente. Pero si tomas CBD en una cápsula, acompáñala siempre de una cucharada de mantequilla, aceite de oliva o un vaso de leche entera.
- El momento ideal: Toma tu dosis inmediatamente después o durante una comida que contenga grasas. El estómago ya debe estar trabajando en la digestión de los lípidos para que el "vehículo de grasa" esté disponible para el CBD.
- El caso de los comestibles: Las gominolas de CBD, si están hechas con una base de aceite o grasa (como la manteca de cacao o aceites de buena calidad), tienen inherentemente una mejor absorción que una pastilla seca, pero el efecto tardará más en notarse (el famoso delayed onset).
La ciencia es clara: la dosificación de CBD no es solo cuestión de miligramos, sino de química digestiva. Si pagas por CBD, asegúrate de que tu cuerpo pueda usarlo. Un simple aguacate o un puñado de nueces pueden ser el mejor potenciador para tu tratamiento, multiplicando la eficacia de tu dosis hasta en un 400%.
Bibliografía:
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Elizabeth Erhardt
