Albania, ¿el nuevo granero cannábico de Europa?
Un grave incidente tuvo lugar este verano en Lazarat, el famoso pueblo cannábico del sur de Albania. En un enfrentamiento entre cultivadores de cannabis y fuerzas policiales “incorruptibles” provenientes de Tirana, un policía resultó fatalmente herido. Desde 2014, cuando las autoridades albanesas empezaron a combatir el cultivo a gran escala de plantas de cannabis en Lazarat, la situación ha sido inestable en la antigua Corea del Norte europea. El precio por kilo se ha disparado y cada vez más albaneses esperan completar sus bajos salarios y pensiones con el cultivo de cannabis en exterior. El colaborador de Soft Secrets Charlie Stone ha estado invitado en Lazarat varias veces en los últimos años y nos ha hablado de la nueva Guerra contra las Drogas que la UE ha forzado en Albania.
Un grave incidente tuvo lugar este verano en Lazarat, el famoso pueblo cannábico del sur de Albania. En un enfrentamiento entre cultivadores de cannabis y fuerzas policiales “incorruptibles” provenientes de Tirana, un policía resultó fatalmente herido. Desde 2014, cuando las autoridades albanesas empezaron a combatir el cultivo a gran escala de plantas de cannabis en Lazarat, la situación ha sido inestable en la antigua Corea del Norte europea. El precio por kilo se ha disparado y cada vez más albaneses esperan completar sus bajos salarios y pensiones con el cultivo de cannabis en exterior. El colaborador de Soft Secrets Charlie Stone ha estado invitado en Lazarat varias veces en los últimos años y nos ha hablado de la nueva Guerra contra las Drogas que la UE ha forzado en Albania.
Un grave incidente tuvo lugar este verano en Lazarat, el famoso pueblo cannábico del sur de Albania. En un enfrentamiento entre cultivadores de cannabis y fuerzas policiales “incorruptibles” provenientes de Tirana, un policía resultó fatalmente herido. Desde 2014, cuando las autoridades albanesas empezaron a combatir el cultivo a gran escala de plantas de cannabis en Lazarat, la situación ha sido inestable en la antigua Corea del Norte europea. El precio por kilo se ha disparado y cada vez más albaneses esperan completar sus bajos salarios y pensiones con el cultivo de cannabis en exterior. El colaborador de Soft Secrets Charlie Stone ha estado invitado en Lazarat varias veces en los últimos años y nos ha hablado de la nueva Guerra contra las Drogas que la UE ha forzado en Albania.
Verano de 2013, sur de Albania. En el camino hacia la pintoresca ciudad de Gjirokaster, que alberga uno de los mayores fuertes medievales de Europa, una carretera comarcal se desvía hacia el conocido pueblo cannábico de Lazarat. No hay señales, mapas o indicaciones donde se reconozca la existencia del pueblo.
Si no supiéramos la verdad, pensaríamos que esta carretera se dirige a algún valle sin salida arriba en las montañas. Y sin embargo, a 150 metros de altitud nos internamos en una nube de potente olor a hierba que penetra en nuestro Land Rover, a pesar de las ventanas cerradas y el aire acondicionado. El olor es fuerte y no hay escapatoria. Casi parece como si esta nube aromática hubiese envuelto la montaña entera. En ese momento veo las primeras casitas: hemos llegado a Lazarat.
Lo primero que se ve son las enormes plantas de marihuana que crecen, literalmente, en cada centímetro de las azoteas, balcones y jardines de las casas. La gente cultiva como si no hubiera un mañana. Tras conducir poco más de 100 metros por feos caminos de hormigón (el gobierno nunca ha asfaltado una carretera por aquí, las improvisadas carreteras de hormigón de las montañas fueron construidas por los propios habitantes), llegamos a una especie de puesto de control. Nos para un joven chaval que debe tener unos 18 años y lleva un Kalashnikov al hombro. El trabajo del chico es impedir el paso de los extraños que quieran viajar a Lazarat. Turistas, periodistas, viajeros, incluso, oficiales: ningún extraño entra a Lazarat si no le ha invitado uno de los residentes. Gracias a mi experiencia cultivando y a mi amplio conocimiento de las genéticas cannábicas fui bienvenido como un huésped, además viajaba junto a algunos habitantes del pueblo. El sonriente centinela nos permitió pasar.
Las planchas de hormigón que debíamos escalar eran cada vez más empinadas. Nos tambaleábamos en extrañas maniobras y giros sorprendentes conforme pasábamos las hileras de casitas. Aquí también había grandes plantas creciendo al sol por todas partes. Un gran charco de sangre apareció frente a nosotros en la carretera, escurriendo lentamente por la montaña. Por fortuna nadie había sido asesinado; el conductor nos explicó que acababan de sacrificar una oveja, en un ritual local, para celebrar que se había completado la construcción de una nueva casa.
En los tiempos del dictador comunista Enver Hoxha (quien gobernó el país entre 1955 y 1985 como una prisión estalinista sólo comparable a Corea del Norte), Lazarat tenía reputación de pueblo rebelde. Muchos hombres y mujeres de Lazarat fueron deportados a campos de concentración de los que nunca regresaron. Como castigo adicional el dictador decidió que Lazarat no tuviera ninguna de las comodidades habituales como agua corriente o electricidad.
Desde que Hoxha murió y Albania comenzó a salir lentamente del agujero del estalinismo no se ha mejorado mucho. Los habitantes de Lazarat todavía dependen de ellos mismos para cualquier cosa que tenga que ver con servicios públicos: el gobierno de Tirana apenas hace nada por el pueblo. Por ello no sorprende que hace unos diez años a alguien de Lazarat se le ocurriese la brillante idea de cultivar cannabis para la exportación. El clima de Albania es probablemente el más propicio para el cannabis de Europa; con una temperatura media durante el verano de 28º C y una agradable humedad, el país parece haber sido creado con el objetivo de cultivar marihuana.El cultivo resultó un gran éxito y otros pueblos apostaron enseguida por la nueva fuente de ingresos.
Unos pocos años después Lazarat era el secreto mejor guardado de Europa, el granero cannábico que suministraba marihuana de exterior de calidad a Grecia e Italia. Sin embargo, el primer contratiempo surgió cuando dos turistas holandeses viajando en ciclomotor llegaron accidentalmente a Lazarat. Los chicos subieron videos a YouTube y el “secreto” de Lazarat dejó de serlo. El gobierno necesitó unos años para involucrarse. Agentes locales y policías se dejaban sobornar, convirtiendo la industria cannábica de Lazarat en un negocio de miles de millones de euros, lo que representa un tercio del Producto Interior Bruto de Albania.
De repente, aparecieron Lamborghinis y Maseratis por el pueblo, y se construyeron casas nuevas por todos lados. No había prisa en acabar con los bandidos de Lazarat, ya que todo el mundo recibía beneficios. Desafortunadamente, todo esto cambio cuando Albania empezó a hablar con Bruselas de su entrada en la Unión Europea en un lejano futuro. Una de las primeras cosas que les dijeron es que el comercio de marihuana alrededor de Lazarat debía ser completamente erradicado. Incluso les ofrecieron ayuda; ya que el país no tiene helicópteros, Italia ofreció los suyos. La gente de Lazarat cada vez tenía que disparar más frecuentemente a los helicópteros italianos para mantenerlos a distancia.
El verano de 2014 se llevó a cabo una operación policial y militar durante la cual que evacuó completamente Lazarat y se destruyeron cientos de miles de plantas de marihuana en pleno desarrollo. Esto no ocurrió sin oposición, ya que la operación estuvo precedida por tres días de combates con la gente de Lazarat, que se resistía a perder su sistema de vida sin pelear. Cuando se aclaró el humo se vio que la población masculina de Lazarat al completo parecía haber huido a las montañas. Los policías, fuerzas especiales provenientes de Tirana que no estaban familiarizados con la población local, empezaron a destruir plantas.
Condujimos hacia las montañas y paramos en la casa de uno de mis acompañantes, uno de los cultivadores de cannabis de Lazarat que mejor cuida sus plantas, en este caso hasta les coloca tutores de bambú, algo poco visto por aquí, pero que resulta muy adecuado, ya que las plantas se habían convertido en monstruos, con cogollos del tamaño de botellas de leche recubiertos con una gruesa capa de cristales de THC.
El excelente clima permite una cosecha perfecta y la mayoría de plantas produce al menos un kilo. Una estimación cauta del número de plantas que había en Lazarat en 2013: 1,1 millones. Imagina los beneficios. Esos beneficios han aumentado en 2015. Los precios se han disparado como resultado de la represión gubernamental. En 2013 el precio más habitual por kilo era de 200 euros (comprados por un intermediario griego), en 2015 el precio ha subido hasta 2.000 euros por kilo, se ha multiplicado por diez. Albaneses de todo el país se han subido al carro que Lazarat fue forzado a abandonar. Desde Tropoje, en el montañoso norte del país, hasta Flores, en la costa, la gente a empezado a cultivar por todas partes. Hay un montón de albaneses dispuestos a correr riesgos por 2.000 € el kilo; para la mayoría de la gente de este país pobre, 2.000€ es casi el salario de un año.
Durante unos pocos días examiné las plantas de Lazarat y expliqué trucos y consejos para lograr una mejor cosecha. Pero, ¿qué se puede decir frente a plantas que casi se rompen por la mitad debido al peso de los cogollos? El único problema real son las orugas, millones de ellas viven entre las plantas. La tierra es sorprendentemente fértil por lo que hace falta traer grandes cantidades de agua cada día con un camión cisterna. La mayoría de los cultivadores han empezado a excavar pozos en las montañas donde almacenar agua para el riego de sus plantas. Se cultivan plantas en cada centímetro libre de tierra, por lo que crecen muy cerca unas de otras, lo que no parece afectarles. La cosecha que se obtiene es fantástica e impensable en Holanda.
La única cosa que los agricultores de Lazarat hacen mal es el proceso de secado. Después de que cuadrillas de manicuradores corten las hojas de las plantas, los cogollos se cuelgan a secar, ¡a pleno sol! Muy pocos se preocupan de secar los cogollos en la oscuridad, a menudo es simplemente porque no hay espacio disponible. Me enseñaron un almacén del tamaño de un hangar de aviones lleno de cogollos secos desde el suelo hasta el techo. Ya no estamos hablando de kilos, sino de toneladas de hierba seca.
Es difícil decir que pasará con Lazarat en el futuro. El verano de 2015 no trajo buenas noticias. Aunque algunos habitantes intentaron volver a poner las cosas en marcha, los oficiales de policía acabaron con ellos enseguida. Se podría decir que Lazarat es actualmente el pueblo más vigilado de Albania, ya que los agentes de Tirana se han mudado aquí permanentemente y han instalado una gran comisaría de policía en el pueblo. El cultivo de cannabis se ha movido a otros puntos de Albania y ya no está concentrado en un lugar, sino repartido por todo el país, lo que probablemente genere nuevas preocupaciones a los ministros de la UE.
De nuevo vemos en acción una absurda Guerra contra las Drogas...