Trip Seeds: 15 años de crianza haciendo machos

Soft Secrets
03 Dec 2018

La importancia de los machos en tiempos donde las feminizadas parecen haber conquistado cada jardín, “es algo que la gente no se está dando cuenta”, se lamenta Ale Rasjano, master grower de Trip Seeds. “Sin los machos no hay semillas. Si no tenemos semillas en nuestras manos nos volvemos dependientes del mercado. Nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, dejaban descendencia de su planta pensando en las generaciones que vienen, no en la inmediatez como la gente de ahora. Todos estamos pensando en el ahora y hay que pensar en las futuras generaciones y eso significa dejar descendencias fértiles en cuanto a semillas. Ojalá que con un pool genético amplio”, dice.


El master grower de Trip Seeds se imagina una polinización abierta para que las futuras generaciones puedan usar esa semilla y encontrar una línea pura entre comillas. “Morder un poco hacia atrás. Volver a nuestros antepasados genéticos. Cuando había variabilidad genética”, parece ser el objetivo de su línea de producción. Habitualmente muchos criadores buscan un macho muy potente para polinizar las hembras. Lo que esconde esa potencia es la ausencia del pool genotípico. La estabilidad es super importante, pero no lo es todo.

Trip Seeds: historia de un breeder

Ale Rasjano, es el responsable de Trip Seeds, uno de los bancos de semillas más añejo de América Latina, uno de los pioneros sin lugar a dudas. Cuando empezó a usar el cannabis todavía era necesario sacar las semillas de cogollo. Con el tiempo aumentó su curiosidad y empezó a cimentar las bases para conseguir su propia marihuana de calidad.

“Empezamos a cultivar estas primeras semillas y darnos cuenta que salían muchas hermafroditas, bastantes, demasiadas. En los foros de internet nos dimos cuenta que había un trabajo genético muy avanzado de personas de todo el mundo seleccionando de acuerdo a lo que ellos veían interesante”, recuerda ahora. Ese trabajo nadie lo estaba haciendo en Chile. Era el tiempo de las primeras semillas regulares en el mercado global. Eran las que tenían más salida. Y por entonces, hace casi 20 años atrás, eran tan complicadas de encontrar en América Latina que había subastas en internet donde podían costar 1500 a 2000 dólares.

En ese entonces Rasjano, tuvo acceso a semillas de calidad que consiguieron a través de Cannabiogen y también de algunos gringos con los que entraba en contacto a través de los foros de internet. Fue en ese intercambio de semillas regulares que pudieron encontrar machos muy bonitos, de magníficos colores y buenísima estructura. Fue entonces que empezaron a entender que no había que desechar a los machos, porque tenían rasgos interesantes para reproducir.

“Me llamaba la atención su aroma, algunos tenían olores muy potentes. También su estructura. El tiempo de floración (más corto) y la cantidad de resina que presentaban en su vaina floral. En los foros estadounidenses había gente que revertía los machos para tener mayor cantidad de pistilos. Cosechaban eso, fumaban y sobre eso evaluaban si usar o no el parental. Te estoy hablando de 15 años atrás”, se remonta Rasjano, uno de los pioneros en la cannabicultura contemporánea de América del Sur.

El proceso, los requerimientos

Las necesidades del cultivo para los machos son esencialmente similares a los cuidados (nutricionales, de fotoperiodo, etc.) con las hembras. Aunque algunas características los diferencian. Los machos tienen una fructificación un poco más rápida que las chicas. Y esto tiene que ver con un tema biológico. Para que coincidan los tiempos, el macho debe estar listo un poco antes. Además, tiene que ser más alto que la hembra así el polen, por la ley de gravedad, caerá en el momento justo en el órgano reproductivo femenino.

¿Por qué machos de marihuana?

Escogiendo los fenotipos de las variedades regulares hacen la selección de machos y hembras. La selección de machos comporta una importancia capital. Son necesarios para lograr la descendencia y posteriormente de tres o cuatro generaciones de testeos es cuando seleccionan los especímenes de estabilidad comprobada para el proceso de reversión que hará más estable la variedad final. A veces se retrocruzan y en algunos casos simplemente se cruza con otro especimen. Eso hasta que afloren las cualidades organolépticas buscadas.

¿Cómo polinizar la marihuana?

El banco está produciendo polen de clones elite seleccionados. Su principal característica es que son muy cítricos o sour. También tienen otros más bien tirados al lado kush. Son todas producciones de polen separadas para que cada una conserve sus mejores cualidades. Rasjano recolecta el polen con un pincel y poliniza los pistilos selectivamente. “Así la voy haciendo sin los riesgos de una polinización cruzada”, explica.

La polinización tiene un timming muy exigente, hay que ser preciso con los tiempos. Dependiendo de las variedades del híbrido, si es más sativo o índico, polinizará entre 15 y 20 días después que los machos florecieron, cuando la hembra tiene esos pistilos blanquecinos que señalan que la oxidación no comenzó en ellas. Luego de polinizada la hembra lucirá sus pistilos naranjas, señal que inició el proceso de fecundación.

¿Cuándo polinizar las hembras de cannabis?

El momento preciso para hacerlo es cuando “el macho está produciendo el polen y la hembra ya esté produciendo sus pistilos receptivos. Cosa de que la polinización sea exitosa y la planta detecte formalmente que está empezando a desarrollar la semilla. Por ende, toda su energía se va a la producción de una descendencia sana, robusta y linda que tendrá muy buena germinación”, dice Rasjano de Trip Seeds.

“Entre los días 22 y 38 aproximadamente, dependiendo si es más sativo o más índico, ocurre la polinización. Yo polinizo dos veces. En la primera, la planta lo detecta pero sigue habiendo crecimiento y evolución de los pistilos. Para una buena producción de semillas, luego de cuatro o cinco días de la primera hago una segunda aplicación para mayor rendimiento, para asegurar”, dice Rasjano que poliniza con el polen fresco de sus machos en flor.

Macho y hembra están “relativamente cerca” en el espacio de cultivo. Cuando el macho está a punto de abrir sus cocos, Rasjano lleva la planta a la sala de hembras para que la polinización ocurra naturalmente. De esta manera, hay más control del polen con lo que se evita dañar otras salas contiguas. “Prefiero ser cuidadoso y hacer una polinización asistida. Se demora más, pero es más selectivo con el polen”.

Cuando empieza a ocurrir esta polinización se apagan los ventiladores y los movimientos de los jardineros son muy delicados para que polen consiga su objetivo y penetre la flor femenina. La luz es otro factor complicado para el polen, ya que al ser alcanzado se oxida y pierde su efectividad.

Cuando la hembra tenga 20 a 25 días y el macho esté en el día 30 a 35 va a tener mayor cantidad de polen y la fecundación será más efectiva. Es cuando las hembras van a tener sus pistilos blancos turgentes, muy receptivos para el polen y siempre manteniendo plantas turgentes, muy estilizadas, bien hidratadas.

“Es igual que con los humanos si tenemos una madre sana vamos a tener un hijo, por lo general, muy sano. (…) Los cruces no siempre son exitosos y también hay aborto floral o que la descendencia se presta al hermafroditismo o algunos genes que no han sido muy pulidos por las variedades anteriores”, entonces ocurre el error de la naturaleza. Pero, por precaución hay muchas otras para escoger. Las plantas macho son transportadas cerca de las hembras para polinizar, en la misma sala. Por cada doce plantas femeninas, la literatura recomienda un macho. Los machos quedan en el medio de las 12 chicas.

Polinización de la flor hembra de marihuana

La sala tiene extractores potentes para que cuando alguien abra la puerta genere presión negativa y siempre estén succionando. Sin extractores, al abrir la puerta habría presión positiva y saldría todo el polen de la sala. “Nosotros tenemos un extractor potente y tenemos un filtro, una malla de un micraje muy pequeño que retiene el polen”, dice Rasjano.

Es entonces cuando el criador toma su clon seleccionado, lo revierte y poliniza para evaluar la descendencia o para ir haciendo ediciones limitadas. Además de las feminizadas, que es lo que más se mueve, las regulares conservan el grano para futuras generaciones. “Y para nosotros mismos. En cinco, diez años más los clones los puedes mantener pero si viene un terremoto y te quedas sin luz 15 días o pasa algo, mueren. En cambio, la semilla puede estar guardada por años y germina”, dice Rasjano, que tiene un macho tatuado en su brazo.

De semilla de cannabis a polinizar hembras de marihuana

En Chile hubo un tiempo cuando había que sacar a mano las semillas de los cogollos para tener una marihuana relativamente buena. O por lo menos la mejor posible en aquellos tiempos que se vendían cogollos secos de plantas hermafroditas, machos o hembras, indistintamente. Son difusos los orígenes de lo que se dio a llamar “La Chilombiana”.

La marihuana que se vendía en las calles de Chile, se dice, su semilla venía de Colombia, Perú, incluso Ecuador. Pero eso se decía. Porque cannabis se plantó desde los primeros tiempos de la colonia. Los huasos, la versión chilena de los gauchos, la plantaban por doquier y luego la vendían. Obviamente los genes de estas variedades de cannabis surgían de una polinización abierta en el valle donde se cultivaba. Por eso salían los especímenes con semilla (en el mejor de los casos), cuando no eran hermafroditas.

El gen hermafrodita empezó a dominar con los sucesivos cruces abiertos. Porque hasta la prohibición de los años setenta, la marihuana se plantaba por sus utilidades de lo que se conoce como cáñamo. Daba lo mismo qué sexo tenía la planta, lo importante era su fibra. “Los huasos todavía dejaban a los machos y las hembras. Todavía siguen tirando flores macho. Por eso les daba toda su cosecha con semilla. Ahora, los mismos huasos se acercan a comprar a granel, tiran semillas automáticas y bum. Vas manejando por el valle y encuentras unos aromas impresionantes”, dice Rasjano de Trip Seeds.

Por el bien del vecindario: controla los machos

“El huevo”, dice Rasjano, lo difícil, “es tener mucho cuidado con el polen”. Porque el polen es algo que adora volar y volar y andar por todos lados reproduciendo su descendencia. Un macho suelto, sin los debidos cuidados, significa una polinización no cruzada, una reproducción al azar. El resultado será una flor pobre en aromas, en colocón y en un largo número de etcéteras. La contaminación “te dará una depresión monumental.

Ese el cuidado número uno”, advierte el master grower. Un par de granos de polen pueden llegar a polinizar hembras a cinco kilómetros a la distancia, o más. Es importante que en el proceso de tener tus propias semillas tengas a los machos controlados para no dañar el cultivo de nadie. Por eso es importante eliminar los machos a tiempo. Pero incluso para Rasjano esta es una aventura complicada “Mi suegro tenía un macho de casi metro y medio en su balcón en un piso 12. A esa altura el viento corre mucho. Yo creo que polinizó todo Providencia (un populoso barrio de Santiago de Chile”, se lamenta el respnsable de Trip Seeds.  

Macho florecido de Trip Seeds.
Macho florecido de Trip Seeds.
Machos criados por Trip Seeds.
Machos criados por Trip Seeds.
Polen de cannabis.
Polen de cannabis.
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