Una farmacia en cada maceta
Cultivo discreto de variedades medicinales en un balcón.
Cultivo de cannabis medicinal en el balcón (2ª parte)
En el número anterior hablábamos de los cannabinoides y terpenos, de sus efectos y de sus distintas concentraciones en las plantas de marihuana. Veíamos como ha pasado de ser una droga considerada de entrada a otras drogas más peligrosas para pasar a ser un auxilio a numerosas enfermedades. En este número, trataremos el cultivo de cannabis medicinal, su secado y curado, los tipos de plantas de marihuana terapéutica y por último, las formas de consumo seguras para el uso medicinal del cannabis.
Selección de la semilla
Debemos distinguir los usuarios recreativos que además padecen alguna enfermedad que pueden tratar con cannabinoides, de los no consumidores que quieran utilizar los cannabinoides para tratar sus dolencias. Hay que tener en cuenta que hay usuarios de cannabis medicinal que ya eran consumidores lúdicos y que han visto que les ayuda en sus problemas de salud, por lo que ya tienen experiencia en el consumo. Por el contrario, hay otras personas que se acercan a la marihuana medicinal por primera vez, ya que nunca han sentido atracción por cambiar el estado de su conciencia. En este último caso, en que el efecto psicoactivo es menos tolerado por el paciente o le resulta molesto, es importante buscar una variedad de bajo contenido en THC o por lo menos con un efecto llevadero. También debemos considerar los efectos mas allá del uso medicinal de los cannabinoides, las indicas mas relajantes, física y mentalmente, y las sativas de efecto mental activo, risueño y estimulante, han de ser tenidas en cuenta a la hora de seleccionar una variedad terapéutica.
Plantas automáticas y fotodependientes
Una forma rápida y eficaz de conseguir una planta medicinal en corto tiempo son las variedades medicinales autoflorecientes. Las variedades autoflorecientes llevan genética Ruderalis. Ésta es una subespecie de cannabis Sativa originaria del Cáucaso, que tiene la particularidad de florecer al madurar independientemente de las horas de luz que reciba. Esto les sirve para florecer durante el verano, que es cuando las duras temperaturas de la estepa rusa le permiten sobrevivir. El cruce con variedades sativas e índicas ha dado lugar a lo que conocemos como variedades autoflorecientes, automáticas o simplemente autos. Una variedad de marihuana autofloreciente puede realizar todo el ciclo, es decir, la etapa vegetativa o de crecimiento y la fase de floración, entre dos y tres meses, según la variedad. Mientras, una variedad fotodependiente tendrá un ciclo vital de más de cuatro meses.
En el caso de pacientes que no han probado nunca a cultivar cannabis medicinal, es más que recomendable plantar variedades automáticas, ya que son más fáciles de cuidar, y nos permiten obtener la medicina de forma rápida, segura y discreta. Una planta de menos de un metro no llama la atención en un balcón, y es más fácil de atender y de cuidar que una planta de mayor tamaño. Esto es muy importante para aquellas personas que quieran conseguir la medicina y que no tengan demasiado tiempo libre, para realizar el cultivo y atender a las plantas diariamente. Si bien la producción es menor comparada con una planta fotodependiente, lo podremos compensar plantando dos o tres plantas pequeñas en vez de una planta grande que llame más la atención y requiera más esfuerzo su mantenimiento.
Cultivo sencillo para gente que no puede dedicar todo el día a cultivar
Germinación: El método más efectivo para germinar semillas de marihuana es utilizar papel de cocina húmedo. Se cogen unas diez hojas de papel de cocina, se doblan en cuatro y se humedecen bajo el grifo. Ten cuidado, ya que deben quedar húmedas y no encharcadas, ya que sino se ahoga la semilla. La germinación necesita oscuridad, temperatura adecuada, huemdad y oxígeno. Si nos pasamos de agua sobrará humedad, pero faltará oxígeno. Por eso, es importante no pasarse con el agua. Ponemos las semillas dentro de las servilletas y doblamos una vez más el papel, y lo colocamos entre dos platos en el espacio que queda entre la nevera y el techo o algún otro lugar de la casa que reciba un calor constante.
En pocos días podrás ver como asoma la radícula de la semilla. Una vez que tengamos la semilla germinada, la pondremos en una maceta con el sustrato previamente humedecido y al que habremos dejado como mínimo drenar un par de horas antes el agua, para evitar la falta de oxígeno. Ponemos la parte blanca, llamada radícula, hacia abajo, y la cubierta de la semilla a ras del suelo, solo cubierta por un milímetro de tierra. Si vas a poner la semilla directamente en tierra, hay que regar antes de poner la semilla, ya que si lo haces después, ésta se puede hundir en la tierra, retrasando la germinación. Pon la semilla unos milímetros bajo tierra, ten cuidado que no se seque el sustrato y ponla en un sitio cálido. No tires el envoltorio de las semillas, ya que si fallan en la germinación, el envoltorio, el ticket de compra y las semillas que no han germinado te servirán para reclamar a la tienda o al banco de semillas donde las has comprado.
Crecimiento en el cannabis medicinal
Como las variedades de marihuana autoflorecientes tienen pocas semanas de crecimiento, cualquier estrés que les provoquemos detendrá el crecimiento y nos quedará una planta enana. Procura utilizar un tiesto grande de entrada para evitar realizar trasplantes que puedan detener el crecimiento de la plántula. Un tiesto de 25 o 30 litros será suficiente. Ubica las macetas en el balcón en el sitio donde reciban más luz durante el día. Fíjate de poner en la base de la maceta unos tacos de madera, porexpan u otra maceta más grande para evitar que el calor del suelo del balcón queme las raíces de la planta. En pleno verano, el suelo del balcón se puede calentar mucho, todo lo contrario de lo que ocurre con la tierra madre. El calor puede dañar las raíces, detendrá el crecimiento y puede ser la puerta de entrada de hongos y patógenos del suelo. Como el crecimiento se da durante pocas semanas, puedes utilizar un sustrato medianamente abonado para que las plantas estén abonadas durante esta etapa y ahorrar en abonos de crecimiento.
Floración
En la fase de floración, cuando veas que en la planta se empiezan a formar pequeños grupos de flores, ya podemos empezar a utilizar un abono y estimulantes de floración. Cuando falten entre dos semanas y diez días, es mejor cortar el abonado de las plantas y regar solo con agua, para que la planta termine de usar los nutrientes acumulados en las hojas. Esto hace que el producto final tenga mucho mejor sabor y sea más sano.
Tratamientos contra las plagas
Si tienes pocas plantas, es bastante sencillo controlar si tienen algún insecto antes de que se conviertan en plaga. Revisa por arriba y por debajo las hojas de tu planta, estate atento para encontrar manchas o picaduras en las hojas. Y actúa de forma rápida, no te dejes estar, ya que se reproducen muy rápidamente y es mejor luchar contra unos pocos insectos que contra una plaga ya asentada. Usa preventivos como el aceite de Neem, o protectores de las hojas como el Cannacure, Leafcoat, etc. Estos preventivos tienen por objeto que los insectos busquen otras plantas en vez de asentarse en las de marihuana, es decir su función es repelente. Si encuentras insectos en las hojas, en vez de usar un preventivo, deberás utilizar un insecticida. Las piretrinas, un insecticida de origen biológico elaborado a partir de flores de crisantemo, es ideal para acabar con las plagas en crecimiento y en floración.
Siempre es mejor acabar con unos pocos insectos que enfrentarse a la plaga, ya que siempre algunos insectos sobreviven y vuelve el ataque. La piretrina es un insecticida que actúa por contacto e ingestión, y que pierde efectividad rápidamente con la luz del sol y el aire. Es aconsejable repetir la pulverización una semana después de aplicada, para acabar con los huevos de insectos que pudieran haber eclosionado desde la aplicación anterior.. En floración avanzada no se recomienda aplicar ningún insecticida ni preventivo, por lo que es de suma importancia llegar con la planta sana al final de la floración. En variedades automáticas o autoflorecientes, es más sencillo controlar las plantas. Su corta fase de crecimiento y rápida floración hacen que generalmente se vean afectadas de menos plagas que las plantas con un ciclo vital más largo.
Cosecha de la marihuana terapéutica
En las variedades autoflorecientes, los bancos de semillas suelen informar el total de días desde la germinación hasta la cosecha. Suele ser bastante preciso, pero a veces varía una semana. Una forma de ver si la planta está madura es con una lupa de entre 10 y 50 aumentos, la que nos permitirá ver el color de los tricomas. Cuando están lechosos, nacarados y algunos tricomas de color ámbar es un buen momento para cosechar. Corta la planta por la base y ponla a secar boca abajo en un lugar a oscuras. Esto hará que los cogollos no pierdan la forma. Procura que circule aire y mantén la temperatura del lugar de sacado entre 18 y 22 grados. Pasadas un par de semanas, -verás que las ramas se quiebran cuando las doblamos-, es el momento de manicurar los cogollos y realizar el curado. Durante la fase de secado y curado, los cannabinoides se transforman. Por ejemplo, el ácido tetrahidrocannabinólico se transforma en THC.
Hay que tener en cuenta que no todos los usuarios de cannabis medicinal necesitan una planta de gran psicoactividad. También hay que considerar que muchos cannabinoides se obtienen por degradación de otros. Por ejemplo, un secado y curado que no se realice en un sitio oscuro, degradará a parte del THCa en CBN. Ten en cuenta que según el cannabinoide que busquemos potenciar en nuestra planta de marihuana, realizaremos un tipo de secado y curado distinto. Por ejemplo, si buscamos potenciar la presencia de CBD o de THC de nuestras plantas, realizaremos un secado tradicional. En cambio, si queremos aumentar la presencia de CBN y CBL es preferible aumentar la temperatura y que haya luz durante el proceso. Los terpenos son compuestos orgánicos responsables del aroma y sabor de las plantas de marihuana. El sabor de cada variedad está formado por una proporción exacta de distintos terpenos. En los últimos tiempos han aparecido estudios que avalan que los terpenos interaccionan con los cannabinoides, ya sea reduciendo, aumentando o modificando los efectos secundarios del THC o sumando sus propios beneficios medicinales Un ejemplo de la suma de beneficios medicinales es el limoneno, que cuenta con efectos anti depresivos o el mirceno de efecto sedante, etc. Y un ejemplo de terpenos que reducen los efectos secundarios del THC, es el pineno, que reduce la pérdida de memoria inmediata que produce el consumo de THC.
En la actualidad, hay disponibles terpenos de origen natural, obtenidos a través de otras especies vegetales, con los perfiles terpénicos de las variedades de marihuana más reconocidas. Esto puede resultar de gran ayuda para agregar, por ejemplo, a un extracto de THC, y beneficiarse de los efectos de los terpenos de otras variedades. A la hora de consumir, es preferible el uso de vaporizadores o elaborar una mantequilla cannábica. Los vaporizadores nos permiten inhalar la marihuana sin combustión. Se pueden encontrar vaporizadores de mesa, para usar en casa o portátiles, que con un tamaño reducido nos permite vaporizar allí a donde vayamos. p.p1 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; line-height: 11.0px; font: 8.0px 'Open Sans'} p.p2 {margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; line-height: 11.0px; font: 8.0px 'Open Sans'; min-height: 11.0px} span.s1 {font-kerning: none} Una mantequilla cannábica es una buena forma de consumo sin la combustión de los cannabinoides. Es fácil de realizar, y se puede guardar en el congelador mucho tiempo. En el número 6 del 2019 de Soft Secrets, en la nota “Aprovecha los restos” página 40, puedes encontrar información acerca de cómo elaborar una mantequilla cannábica.
Consideraciones finales
Ten confianza y plantéale la posibilidad del tratamiento con cannabis a tu médico de cabecera. Consulta webs, reúnete con pacientes con las mismas dolencias para intercambiar experiencias. Anímate a cultivar tu medicina o a cultivarla para un paciente amigo o familiar que la necesite.