El colocón

Elizabeth Erhardt
31 May 2023

El THC del cannabis entra rápidamente en el torrente sanguíneo de una persona al fumar o vapear. Este subidón suele durar de 1 a 4 horas. La intensidad y la duración de un subidón dependen del método utilizado y de la potencia de la dosis que tome la persona.


La farmacocinética se define como el tiempo que tarda y el proceso por el cual una sustancia, como el THC, ingresa en el organismo, viaja a través de los diferentes tejidos y órganos, y es metabolizado por las células antes de su eliminación. 

La absorción, distribución y el metabolismo determinan el comienzo y la duración de cada dosis. La absorción es el factor más variable. Este factor se ve afectado por la afinidad a los lípidos y las características particulares de cada tejido del organismo. Los cannabinoides tienen afinidad por los lípidos y baja solubilidad en agua. Por lo tanto, se absorben mejor en presencia de un medio graso o de un solvente polar como el etanol. 

Existen otros factores que influyen en la velocidad de la absorción. Por ejemplo, la ingestión previa de alimentos, la profundidad de la inhalación, el tiempo que se aguanta la respiración y la temperatura de vaporización. Dichas variables pueden afectar a la absorción entre un 20-30% en el caso de la administración por vía oral. En el caso de la inhalación entre un 10-60%.

El consumo de cannabis en forma de comestibles puede causar efectos más duraderos que inhalarlo. De acuerdo a un informe 2016, los estudios muestran que una persona puede no sentir los efectos hasta 30-60 minutos después de haber comido su ración cannábica. Los estudios también encontraron que los niveles máximos de THC en la sangre ocurren 3 horas después de consumir comestibles de cannabis, y las personas pueden experimentar síntomas hasta por 6 horas.

 

Cannabis y alcohol

Anteriormente hemos hablado del artículo publicado en 2016 en el International Journal of Drug Policy, realizado por Wayne Hall del National Addiction Centre, Kings College London and Centre for Youth Substance Abuse Research, de la University of Queensland, Australia, titulado: “Alcohol and cannabis: Comparing their adverse health effects and regulatory regimes”.

Dicho estudio nos dice: “En grandes dosis, el alcohol puede causar sobredosis mortales por depresión respiratoria e intoxicación por alcohol, es una de las principales causas de accidentes de tráfico y contribuye a las agresiones y al suicidio”. Y continúa: “Cuando se consume en exceso y con regularidad, el alcohol puede causar un síndrome de dependencia y otros trastornos mentales como depresión severa y psicosis. El uso intensivo sostenido aumenta los riesgos de cirrosis hepática, pancreatitis, cáncer de la cavidad oral, mama y colon, algunos tipos de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, y enfermedades neurológicas como el síndrome de Wernicke-Korsakov y la demencia. Por estas razones, el consumo de alcohol contribuye sustancialmente a la carga mundial de morbilidad”.

Cómo te hemos contado, el estudio relaciona los efectos del cannabis con los del alcohol y concluye: “Los efectos adversos conocidos del consumo de cannabis parecen muy modestos en comparación con los múltiples efectos adversos para la salud del alcohol".

E
Elizabeth Erhardt