DRY SIFT Y HACHÍS CON HIELO SECO
Técnica para aprovechar restos de poda y flores de Cannabis.
Artículo escrito por Elias P. para la edición impresa nº6 de Soft Secrets 2021
Hablamos de dry sift, hash o polvo de resina. Tiene muchos nombres, dependiendo donde nos encontremos. Representan el mismo método, consiste en separar de la flor de marihuana la resina. Principalmente usamos flor de marihuana, pero también podemos realizarlo con hojas o también llamados restos (hojas y flores pequeñas) repletas de resina o sugar leaf.
El proceso es simple; es imprescindible tener una planta que tenga todas las características, para uso terapéutico, medicinal, recreativo, etc., estas son: Sabor y aroma junto con las cualidades psicoactivas. Cuando hablamos de calidad, hago hincapié: Sin plagas ni pesticidas, que no contenga ningún tipo de insecto que pueda estropear el resultado final, si tiene algún tipo de pulverizado que no siguió las especificaciones que dice el fabricante también descartaría la planta.
En una planta que se cortó en la fecha no correspondiente a su maduración, con unas pésimas condiciones de secado y almacenado, el retorno será inadecuado.
Las condiciones de secado: temperatura entre 18- 24 grados, humedad 45~55%, oscuridad plena y ventilación constante o diaria dependiendo del tamaño de la sala. Recomiendo colgar siempre que podamos y dispongamos de espacio.
Podemos optar por un secadero de malla que contenga varios niveles, el único inconveniente es que las flores se quedan medio chafadas o aplastadas por el peso concentrado en un solo lado, se suelen voltear pero es un esfuerzo que te ahorras colgando.
Una vez cortada la planta, suelo dejar toda hoja que contenga resina pegada a ella y quitar toda hoja que no tenga ni una gota, es paciencia y tiempo pero creedme, merece la pena.
Una vez realizado el proceso, lo único que nos queda es colgar la planta entera o por ramas y toca esperar, ser paciente mínimo unos 5-9 días dependiendo de las condiciones de tu sala de secado, siempre se puede alargar un poco más. Las cuelgo por ramas para obtener una mayor aireación.
Pasamos los días más o menos según criterio personal nos disponemos a comprobar el estado del secado, es fundamental utilizar un material que no esté seco del todo, es decir “crujiente”, ni muy húmedo que no vuelva a la forma original. Además hay que tener en cuenta las condiciones del secadero.
Una vez que tenemos listo el material nos ponemos a trabajar. Lo primero que debemos hacer siempre es disponer de un espacio ordenado, limpio con buena ventilación y luz para no perder el tiempo en realizar la extracción. Con esta extracción buscamos conservar todas las propiedades organolépticas, presentes en nuestra planta, dando un resultado final de terpenos y cannabinoides que solo se consigue si haces extracciones, dejando de lado la materia vegetal.
Una vez aclarado todo, avanzamos con la extracción.
Comenzamos con el primer paso. Consiste en pelar todo al milímetro, quitando cualquier hoja que tenga nuestra flor, dejando que saque su belleza y sea un placer para degustar. Este proceso lo realizo encima de un marco con tamiz o malla de 220/185 micras, para mi gusto son las mejores medidas para empezar a trabajar.
Una vez peladas todas las flores, vamos a remover los restos que cayeron de hojas y flor pequeña, mínimo un minuto, sin ningún tipo de movimiento brusco y siempre con delicadeza.
Conseguimos separar las primeras cabezas de resina que pueda tener nuestra planta. Son las primeras cabezas de tricomas o glándulas que perdemos al manipular o mover las ramas de un sitio a otro. Utilizando este método, obtenemos el mejor resultado. Podemos realizarlo en tres ocasiones, perdiendo potencia cada vez que repitamos el proceso. Una vez realizado este último paso, retiramos el excedente de restos para guardarlo para su posterior uso. Recomiendo conservarlo en una caja de madera para que este aireado en todo momento.
Mientras tanto, vamos con lo que nos interesa, levantamos el tamiz y vemos el retorno que hemos obtenido. Es conveniente considerar la idea de hacer pesajes para comprobar retornos de las variedades cultivadas. Recogemos con mucho cuidado lo que queda retenido debajo del tamiz y lo pasamos de nuevo por ese mismo tamiz. Posteriormente, cribamos de nuevo eliminando impurezas. Usaremos más tamices con diferentes medidas de mallas (220,185,120,90,70 micras) para un acabado final de calidad.
Antes de empezar a realizar la extracción con hielo seco o nieve carbónica, es imprescindible tener claro en todo momento que es un producto altamente abrasivo, puede provocar quemaduras y puede llegar a ser peligroso si no lo usamos adecuadamente. Para mayor precaución, está extracción es mejor dejarla para expertos o profesionales en la materia. Tenemos que trabajar con los EPI (equipos de protección individual) para llevar a cabo la extracción. Una vez comprendido esto, lo primero es disponer de un cubo negro o transparente, plexiglás o un cristal para colocarlo encima de una mesa donde vamos a realizar la extracción. Además, necesitaremos una malla mínimo un metro cuadrado en la cual vamos a incorporar nuestros restos y encima de estos ponemos el hielo seco recogido previamente con una cuchara. Esperamos entre unos 10/30 segundos dependiendo del volumen que incorporemos de restos. Para dar tiempo actuar al hielo seco y poder realizar una extracción de calidad. Una vez realizado este paso, colocamos la malla en forma de saco y empezamos a realizar durante 1 minuto y 15 segundos sacudidas, tirando hacia arriba sin hacer movimientos bruscos. Conseguimos separar glándulas de resina de la materia vegetal con mayor facilidad, debido a su baja temperatura, gracias al hielo seco.
El resultado, no es necesario cribarlo. Se puede prensar y almacenar en film transparente o papel de horno, es recomendable dejar que madure, pues al usar hielo seco contiene humedad. Recomiendo secar unos días, antes del uso que le vayamos a dar, para un mejor disfrute.
Mucha suerte con el método elegido, te brindo mis ánimos para que puedas lograr y disfrutar como yo, con unas extracciones de calidad.
Artículo escrito por Elias P. para la edición impresa nº6 de Soft Secrets 2021