Ana María Gazmuri nos explica los avances del cannabis medicinal en Chile.
Entrevistamos la presidenta de Fundación Daya, Ana María Gazmuri, que nos comenta los avances del cannabis medicinal de Chile, donde las multinacionales farmacéuticas tienen enfrente a una sociedad civil empoderada. Hace poco los diputados chilenos aprobaron que no se arrancara las plantas a los autocultivadores medicinales que muestren receta del médico. En esta entrevista Gazmuri nos adelanta otro gran avance, la llegada a las farmacias chilenas del primer fitofarmaco a base de cannabis de fabricación nacional. Esto va en línea de las tres vías de acceso al Cannabis Medicinal que defienden: “autocultivo, cultivos comunitarios y fitofármacos estandarizados de bajo costo”. Además Gazmuri señala que su aspiración es “una regulación completa y detallada para el Cannabis y todos sus usos, tanto el uso médico, como el uso adulto, que resguarde los derechos de los usuarios, garantizando todas las vías de acceso”.
Soft Secrets. ¿Por qué consideráis tan importante el autocultivo medicinal dentro del cannabis medicinal?
Ana María Gazmuri. El autocultivo ha sido la principal vía de acceso para miles de pacientes, no solo en Chile si no también en muchos países de Latinoamérica .Este ejercicio de autodeterminación y soberanía personal es a la vez el elemento democratizador del acceso al Cannabis Medicinal, ya que cualquiera, con un poco de entrenamiento, puede cultivar correctamente en el jardín de su casa, constituyéndose en una alternativa mucho más segura y económica que los productos del mercado negro, como también de cierto mercado gris, este último orientando más hacia el uso recreativo de la planta. Importante señalar también que el autocultivo es un importante elemento regulador, ya que allí donde empieza a surgir la industria del Cannabis y sus derivados para uso médico, actúa como el elemento regulador, evitando el abuso de esta nueva área productiva.
¿Se comporta la industria farmacéutica diferente en los países donde hay autocultivo medicinal y en los que tienen monopolio?
Deberá hacerlo, y eso ya lo hemos visto en Chile; acá se autorizó, a través de una vía excepcional, el ingreso por una única vez de 600 unidades de dos productos canadienses de Cannabis, sin registro sanitario y sin estudios clínicos, de la marca Tilray. El valor de cada unidad era de 300 dólares, conteniendo un producto 125 mg de THC y 125 mg de CBD, y el otro 250 mg de THC, sin CBD. En casi un año vendieron muy pocas unidades, por lo cual ahora los están rematando con cupones de descuento que han llegado a nuestros médicos, ya que se vence el plazo de un año, periodo que dura este permiso provisorio. También tuvimos el caso de un paciente de Fundación Daya que, dos meses consecutivos pidió a uno de nuestros neurólogos la prescripción médica para adquirirlos, la que, obviamente se le proporcionó. Al tercer mes vino a nuestra consulta, y nosotros supusimos que venía por una tercera prescripción para continuar con su tratamiento, pero estábamos equivocados; ¡venía a inscribirse a nuestros cursos de autocultivo!. Todo lo anterior demuestra que, allí donde la industria actúa de manera abusiva, los pacientes optan por autocultivar. Nuestra tesis quedó así demostrada.
¿Qué se ha aprobado en Chile respecto al autocultivo de cannabis medicinal?
Desde hace mucho existe en nuestra legislación, como excepción a todo lo que prohíbe, la posibilidad del autocultivo para uso personal, y en particular, para un tratamiento médico. Pero había sido letra muerta por años, ya que en la práctica los usuarios eran criminalizados, siendo allanados y sus plantas incautadas. Los fallos de la Corte Suprema a partir del año 2015 a favor de estos usos personales dieron un espaldarazo hacia la labor que veníamos impulsando con fuerza hacía dos años para el ejercicio de este derecho, educando a la comunidad en relación a esta posibilidad contemplada en la ley. Para eso apoyamos esta práctica con la prescripción de nuestros médicos, además del apoyo jurídico que brindamos a la comunidad en caso de ser vulnerados en sus derechos. Son muchos los pacientes que han logrado, con el apoyo de nuestro equipo jurídico, dirigido por la abogada penalista Catalina Delgado, ser sobreseídos en las causas abiertas en su contra. Hemos también generado un instructivo, recogido incluso por los medios de comunicación, para que los pacientes sepan qué hacer frente a una intromisión policial. Ha sido un interesante proceso de empoderamiento ciudadano.
Según entendemos, con una receta médica, los policías no podrán arrancar las plantas, pero los autocultivadores medicinales si podrán ser juzgados, ¿cómo creéis que se producirán estos juicios?,
Cuando se apruebe esta modificación al Código Sanitario, que ahora debe pasar a la Sala Plena de la Cámara de Diputados, será para los autocultivadores medicinales el mismo proceso que enfrentan hoy, en el sentido de que el Ministerio Público podrá investigar si lo estima necesario, pero sin privar de libertad al paciente ni incautar sus plantas mientras dure el proceso. La receta médica actuará como autorización suficiente para impedir que esto ocurra. No tenemos problema con que el Ministerio Público investigue, ya que no hay nada que ocultar, y solo podrán imputar si tienen pruebas de que se ha incurrido en acciones de tráfico. Si hoy se respetara la ley a cabalidad, ni siquiera sería necesaria esta modificación.
¿Aspiráis a un protocolo o una normativa para que los autocultivadores medicinales no sean juzgados? ¿tenéis en este sentido alguna propuesta concreta?
Aspiramos a una regulación completa y detallada para el Cannabis y todos sus usos, tanto el uso médico, como el uso adulto, que resguarde los derechos de los usuarios, garantizando todas las vías de acceso.
¿Servirá receta de cualquier médico o solo determinadas especialidades?
En Chile hoy cualquier médico puede prescribir, sin necesidad de ser especialistas. Nuestros médicos si tienen formación en Cannabis Medicinal, lo cual por supuesto que resulta deseable para que estén en condiciones de acompañar adecuadamente a sus pacientes en el uso medicinal del Cannabis. De hecho, en la actualidad Fundación Daya se encuentra capacitando equipos clínicos de diversos municipios de Chile.
Los médicos ¿pueden recetar para la enfermedad que consideren o hay un listado de ellas concreto?
Lo que prima es su criterio médico; pueden prescribir para las patologías que consideren que puedan beneficiarse con esta alternativa terapéutica.
¿Cómo fue la estrategia política que habéis seguido en este proceso?
¡Largo de contar! Ya son 5 años de trabajo constante educando, capacitando y empoderando a los ciudadanos, entendiendo que son ellos el factor determinante para generar el cambio, ya que es el testimonio vivo de miles de pacientes el que termina rompiendo las barreras. En paralelo hemos hecho un proceso formativo con los legisladores y políticos, logrando sensibilizarlos con esta realidad. Los medios de comunicación también han sido aliados en este proceso, dando visibilidad a las historias de los pacientes y sus experiencias más que positivas con el Cannabis Medicinal. La experiencia directa como fuente de conocimiento ha sido la clave. En Fundación Daya hemos atendido al día de hoy más de 17.000 pacientes, entre los cuales se cuentan políticos, artistas, periodistas; ellos terminan siendo los principales defensores de este camino que hemos abierto.
Esta fuerte penetración cultural y transformación social ha sido duramente resistida por las sociedades médicas, que no cesan de intentar, infructuosamente, desacreditar nuestro trabajo, haciendo oídos sordos a la experiencia de los pacientes.
¿Cuáles son vuestros próximos pasos?
Seguir abriendo y garantizando las tres vías de acceso al Cannabis Medicinal; autocultivo, cultivos comunitarios y fitofármacos estandarizados de bajo costo. En este sentido, estamos muy contentos porque finalmente también daremos el salto, pasando de tener consultas médicas a abrir Clínicas especializadas en Cannabis, ampliando la cobertura para los pacientes, pudiendo también realizar en ellas nuestros estudios clínicos, sin tener que depender de otros centros de investigación. Esto busca también mostrar que es posible generar evidencia científica y probar productos farmacéuticos en base a Cannabis, sin los grandes costos que en general implica este proceso en la industria farmacéutica convencional, que traspasa esos grandes costos a sus productos, y, por lo mismo, a los pacientes.
También estamos prontos a abrir nuestras áreas de Estudios Sociales y de Estudios Psicodélicos. La preparación de nuestro Cuarto Seminario Internacional de Cannabis Medicinal también está en nuestra agenda próxima, así como la participación en diversos congresos y seminarios en otros países de la región, como México y Brasil.
Las sociedades médicas fueron muy críticas en la comisión que aprobó este avance del autocultivo medicinal, ¿esperáis que sigan dando problemas o ahora se unirán al nuevo campo de negocio recién abierto?
Ellos seguirán atacando nuestra visión, ya que solo están interesados en abrir la puerta a las grandes corporaciones del Cannabis Medicinal, que ya han comenzado su lobby con ellos, como GW Pharmaceuticals. Así que si, parece que tendremos que seguir batallando con ellos y su temor a perder el rol que la cultura patriarcal les ha asignado, como únicos habilitados en la toma de decisiones en el ámbito de la salud, sin considerar a los pacientes como los verdaderos protagonistas en la gestión de la salud y el bienestar.
Dentro del ámbito sanitario hay mucha resistencia al autocultivo medicinal con tres objeciones: que se puede producir automedicación, que el producto no está estandarizado y que no cumple con los criterios GMP que se exige a los medicamentos ¿cómo sorteasteis estos argumentos en Chile?
En relación al primer punto, recomendamos siempre que exista acompañamiento médico, también cuando la vía de acceso es el autocultivo; es lo que hacemos todos los días en Fundación Daya. Urge también recordar que los productos de uso medicinal no son solo los generados por la industria farmacéutica, sino que también existen saberes vinculados a prácticas ancestrales y medicinas herbales, igual de válidas. Nosotros enseñamos a nuestros pacientes a cultivar con técnicas y productos orgánicos, lo que sumando el amor con el que lo realizan, resulta en un producto de alta calidad y seguridad.
En España hay médicos partidarios del cannabis que han recibido presiones de sus propios colegios profesionales, ¿ha ocurrido en Chile también?
Desgraciadamente también ocurre acá; lo llamativo es que los médicos que incurren en estas prácticas tienen nula experiencia en tratar pacientes con Cannabis, y hablan desde el prejuicio y el dogma. Pero no hacen mella en la convicción con que trabajan nuestros médicos, para quienes, en muchos casos, su profesión ha recobrado sentido con esta herramienta terapéutica.
¿Hay en Chile suficientes médicos dispuestos a recetar para que esta medida tenga efecto?
Ya hay muchísimos recetando; solo en Fundación Daya son más de 50. Siempre décimos a quienes quieren optar por este camino que, si su médico no lo apoya, cambie de médico.
Según un tuit de Daya, el Diputado Juan Luis Castro aseguró: “Los 5 médicos que integramos la comisión de salud, por primera vez hemos disentido de la opinión de las sociedades médicas”. Aquí también tenemos médicos en la comisión de Sanidad y el Colegio de Médicos en contra ¿qué nos aconsejas para conseguir un resultado semejante al vuestro?
Darles voz a los pacientes, y trabajar arduamente para desmentir cada afirmación errónea proveniente de estas sociedades médicas. Hemos logrado así que la opinión pública esté con nosotros, y eso sí les importa a los políticos.
Coméntanos las zancadillas que ha puesto la industria farmacéutica en el proceso
Más que la industria farmacéutica misma, es todo un sistema el que ha pretendido validar exclusivamente la medicina basada en la evidencia y la hegemonía de la visión biomédica, sobre la medicina basada en la experiencia y la salud como una construcción colectiva, en la que participan diversos actores con sus saberes y prácticas. Debemos buscar una correcta integración entre ambas miradas, no olvidando que muchos de los fármacos validados por la primera vía, impulsados por la gran industria farmacéutica mediante el financiamiento de estudios clínicos, han mostrado finalmente el daño generado en la salud de miles de personas, teniendo que ser retiradas del mercado.
En cierta manera, formáis parte de esa industria, al estar realizando ensayos clínicos para crear un medicamento. ¿Es posible que la sociedad civil pueda medirse en pie de igualdad con la industria farmacéutica o al menos intentarlo?
Es lo que estamos haciendo, abrir paso a una industria empujada desde la sociedad civil, con parámetros éticos; transformar esta actividad desde adentro es el desafío que hemos abrazado. Y nos ha ido bien; de hecho, ya está disponible en Chile, mediante una vía de acceso especial que hemos logrado abrir desde Fundación Daya, el primer fitofármaco nacional de Cannabis, llamado Cannabiol. Esto se conseguirá mediante un formulario especial del ISP (Instituto de Salud Pública) que se ingresa en el organismo estatal acompañando de la prescripción del médico tratante. Luego de una semana son aprobadas dichas solicitudes,un mes después estaría disponible el tratamiento para 6 meses con Cannabiol, en las farmacias con las que hemos establecido convenio. Comenzamos este proceso a finales de enero, y ya han sido aceptadas 200 solicitudes, y los primeros productos serán entregados la primera semana de marzo. Esta vía de acceso para uso personal existe para productos que aún no han sido registrados, pero cumplen con todas las exigencias de GMP (Buenas Prácticas de Manufacturas), como es el caso de Cannabiol, cuyos estudios clínicos aún se encuentran en curso. Hemos cumplido con nuestro propósito, desarrollar el producto farmacéutico en base a Cannabis más barato del mundo; cada frasco de 30 ml tiene 600 mg de THC y 240 mg de CBD, y su valor es de 70 dólares. Es decir, por su mayor concentración y menor precio, resulta 20 veces más barato que los productos canadienses que habían ingresado a Chile por una única vez. Hemos cumplido con nuestro compromiso ético, demostrando que sí se puede!.
Esta estrategia de solicitar licencias para ensayos clínicos con cannabis de calidad medicinal, a la vez que se promueve el autocultivo terapéutico ¿la recomiendas para España?
¡La recomendamos para cualquier país! Abrir todas las vías de acceso es el camino ético, y que cada paciente escoja la que mejor le acomode, según su realidad particular. Incluso no solo debe autorizarse ensayos clínicos a la par de la posibilidad de autocultivar, sino que debe autorizarse también la distribución de los productos que se encuentran en estudio mientras se avanza en la investigación, como hemos logrado con Cannabiol bajo un programa de acceso controlado y farmacovigilancia. El Cannabis es una sustancia segura y la necesidad es muy alta para esperar el avance científico, aunque lo impulsemos fuertemente también.
Si te convocaran al parlamento español para hablar del autocultivo de Cannabis y su regulación, que te gustaría transmitir allí?
Si fuera convocada mostraría el maravilloso resultado obtenido con miles de pacientes que han accedido en Chile a tratamientos en base a Cannabis, mediante el cultivo personal o familiar, habiendo sido apropiadamente acompañados por terapeutas y médicos especializados.
Los llamaría a confiar en la capacidad de autodeterminación y autogestión de los ciudadanos en la búsqueda de su salud y bienestar. Nadie mejor que cada uno de ellos velará por cultivar las variedades apropiadas de la manera correcta, liberándose así de la dependencia de productos de dudosa calidad, que los pone en un grave riesgo sanitario, o de productos farmacéuticos onerosos que perjudican su economía familiar. Existiendo la posibilidad de testear los productos en base a Cannabis por ellos elaborados, desde flores hasta aceites o extractos, como lo hemos logrado en Chile en alianza con laboratorios amigos, como Cannalab, resulta completamente segura esta vía de acceso al uso terapéutico del Cannabis. Nada mejor que compartir la experiencia directa de miles de pacientes, y los resultados de nuestros estudios observacionales, expuestos en importantes congresos médicos internacionales, el último de ellos el Congreso Mundial de Neurología en Kioto, Japón, en el que presentamos los increíbles resultados obtenidos en 32 pacientes con autismo.
¿Quieres añadir algo más para acabar la entrevista?
Nunca olvidemos la fuerza que tiene actuar con seriedad y convicción, promoviendo la solidaridad y la empatía, en un mundo que parece moverse solo por intereses egoístas.
Más información: anterior entrevista a Ana María Gazmuri en pdf del numero 4 del 2016
S
Soft Secrets