Poda el cannabis para cosechar cogollos gigantes
La poda permite direccionar la energía de la planta. Unas hojas que reciban más y más luz conseguirán unos cogollos más y más grandes. Si tienes problemas con tu vecino porque la cannabis traspasó el muro visual, o si lo haces indoor y necesitas frenar el crecimiento, la poda es la solución.
La poda permite direccionar la energía de la planta. Unas hojas que reciban más y más luz conseguirán unos cogollos más y más grandes. Si tienes problemas con tu vecino porque la cannabis traspasó el muro visual, o si lo haces indoor y necesitas frenar el crecimiento, la poda es la solución. La poda es un arte.
Las plantas crecen según las condiciones en las que se encuentran y según lo que determine su genética. Si la marihuana tiene suficientes nutrientes, agua y luz, puede llegar a alcanzar tamaños impresionantes. Si, por el contrario, no reciben suficiente luz solar, crecerán hacia arriba buscando más radiación para la fotosíntesis y poco hacia los costados. Si las tenemos en macetas -con poco sustrato- pero en un lugar donde reciban mucha luz solar, probablemente se conviertan en “pinitos” bajos y corpulentos. Y así, dependiendo de las condiciones en que se encuentren, crecerán de una manera u otra.
Nos puede interesar controlar su crecimiento por diferentes razones: porque alcanzó un tamaño tal que sobrepasa el muro de los vecinos y no queremos evidenciar; porque las estamos cultivando en interior y no queremos dejarlas crecer demasiado; o por cualquier otra razón. O puedes utilizar su crecimiento para lo que consideres.
La altura de las plantas está regulada por su ápice superior, la punta de la planta. Allí se produce una hormona que le indica a los ápices inferiores -los de las ramas de más abajo- que no deben desarrollarse demasiado. Así la planta controla su crecimiento horizontal y promueve su desarrollo vertical. Si impedimos que el ápice principal de la planta regule el crecimiento, fomentamos el desarrollo de las ramas laterales. Dicho de otra manera: si hacemos que la punta de la planta deje de regular el crecimiento vertical, las ramas inferiores (laterales) se verán potenciadas y seguirán creciendo hacia los costados.
Para regular el crecimiento se corta el ápice superior del tallo, se despunta la planta. No conviene hacerlo cuando la planta todavía es demasiado pequeña ni cuando ya floreció. Lo recomendable es podarla cuando desarrolló cinco o seis nudos, antes de que empiece a florecer. Una vez eliminado el ápice, empezarán a desarrollarse las ramas de los costados. La planta resultará menos alta y más compacta.
Una vez que la planta empieza a florecer, no conviene podarla más. Si está floreciendo y nosotros queremos detener su crecimiento vertical, tenemos que doblar la punta (el ápice) hacia abajo y atarlo con una cuerda al tallo principal, o en algún otro lado. Si cortamos la punta durante la floración, corremos el riesgo de que la planta no perciba correctamente el fotoperíodo y detenga la producción de flores, con lo que podríamos perjudicar la formación de cogollos.
Cogollos de cannabis de mejor calidad con poda
Las plantas producen distintos tamaños de cogollos con cantidades diferentes de tricomas (resina). Se puede diferenciar claramente dos calidades de cogollos en una misma planta y, si afinamos los criterios, puede clasificarse tres o más tipos de flores en una sola planta.
Los cogollos de mejor calidad se encuentran, sin lugar a dudas, en la punta de la planta o ramas principales, mientras que los cogollos más chicos y de peor calidad son los que están más abajo, en las ramas inferiores. Esto se debe, en buena medida, a que los cogollos inferiores están bajo la sombra de las ramas de arriba y reciben menos luz.
Si podamos o doblamos la punta de la planta, como comentamos recién, las ramas laterales se desarrollarán más, por tanto podríamos decir que deja de haber un solo tallo principal y crecen varias “ramas principales”. Esto se vuelve interesante porque cuantas más ramas principales, mayor cantidad de cogollos de mejor calidad vamos a poder cosechar.
Este manejo de las plantas es muy común y para muchos, fundamental, aunque también son varios los cultivadores que prefieren preservar los cogollos centrales de la punta en las mejores condiciones posibles y nunca podan el ápice de sus plantas, porque estos cogollos son, en definitiva, los más preciados.
Cuándo y cómo podar el cannabis
Es necesario hacer esta poda a tiempo, antes de que la planta dé su “último estirón”; en lo posible, cuando todavía está creciendo. Una vez en floración, ni el tallo ni las ramas laterales van a crecer más y este manejo pierde sentido. Hay cultivadores que podan el ápice de la plantas apenas desarrollan tres nudos, o cuando alcanzan 30 cm de altura, principalmente en cultivos de interior; esto promueve que las plantas ramifiquen tempranamente.
Una segunda poda necesaria, si se quiere aumentar la proporción de cogollos de buena calidad, consiste en eliminar o disminuir la producción de cogollos chicos, que muchas veces ni siquiera vale la pena procesar. Para esto debemos podar las ramas inferiores que están más cerca del suelo o de la maceta -producen los cogollos menos interesantes-; suelen llenarse de tierra o mugre que vuela por el suelo y se queda pegada en la resina de las flores en cultivos de exterior.
Si podamos las ramas de abajo, es conveniente hacerlo también antes de la floración. De esta manera la planta no gasta energía y nutrientes en ramas, hojas y flores que no nos sirven demasiado. Si plantamos en maceta, es bueno dejar entre 5 y 10 cm entre la planta y la maceta; si lo hacemos en el suelo, de 20 a 30 cm entre la planta y la tierra.