Plantando soluciones caseras contra el frío
A la marihuana le gustan los climas cálidos. El invierno representa un estrés para ella. Y también varios riesgos. Pero hay unas cuantas formas de frenarlos. Como las que siguen en este artículo. Porque es genial cultivar en invierno y más que posible es imprescindible. Y aunque es importante tener un aire acondicionado no siempre se puede.
Abriga el cultivo de marihuana en invierno
Como siempre. La elección de la variedad es clave para proteger a la planta de las adversidades climáticas. Escoger una variedad índica para el invierno claramente favorecerá el cultivo. Un híbrido de predominancia sativa tendrá un desarrollo más complicado en los climas fríos del sur de América Latina durante el tiempo del frío extremo.
Las heladas por la noche con ese rocío tan frío quizás sean el mayor riesgo. Por eso es importante darle cobijo a la planta. Por ejemplo, colocarla debajo de un techo. A veces ni siquiera es necesario que sea un invernadero. Quizás un simple cobertizo funcione. Yo armo unos con láminas de policarbonato transparente que son fáciles de manipular, baratas y le dan una gran protección al cannabis.
Además, dejan entrar la luz solar que podemos suplementar con luz artificial. Y así conseguir completar el período vegetativo. Creo que esa es la clave del cultivo en invierno. Darle las horas de luz que le faltan para completar el fotoperiodo de vegetativo y luego dejarlas florecer. Las cosechas de invierno son muy bonitas aunque sean menos abundantes. Y además son necesarias para que la rueda del cannabis no deje nunca de rolar.
Cultiva en invierno: temperatura
La temperatura es una variable súper importante en esta época del año particularmente. Tanto los días de calor excesivo como los de frío intenso serán un sufrimiento para el espécimen. La planta, dependiendo siempre de la genética, gusta de temperaturas que ronden los 19º C a los 30º C. Con temperaturas menores o mayores habrá algún tipo de estrés. También siempre dependiendo de la genética escogida. Claramente la humedad es otro de los factores importantes a relevar.
Cuando la humedad se condensa en el cultivo aparecen los mohos. Y también es un ambiente propicio para arañas. Si la temperatura baja de los 15ºC las posibilidades de aparición de moho se multiplican. También la eventualidad de problemas en el sistema radicular que es muy susceptible a los cambios de temperatura. Las raíces sufren los cambios climáticos. Mucho calor o mucho frío desencadenan patógenos indeseables o directamente la pudrición.
Muchos estiman que una temperatura entre 20º C y 40º C es tolerable. En líneas generales es verdad. Pero no te confíes. Hay plantas que con 35 grados de temperatura en una maceta tendrán problemas a la semana. Y hay otras que en la mañana siguiente estarán descompensadas. Por ejemplo, hay índicas que pueden funcionar bien en maceta con temperaturas de cinco grados y menos. Las raíces son más sensibles al calor extremo que al frío tenaz. Cuando la planta queda expuesta al frío se pondrá mustia inmediatamente. En la mayoría de variedades comerciales la producción de resina también se resiente con temperatura inferiores a 12.5º C.
Invernaderos
Sin dudas la mejor opción para darle a las plantas el calor que necesitan es el invernadero. Aprovechar la luz y el calor solar siempre es benéfico para la planta de marihuana. Y cuando no los hay debemos brindarlos artificialmente. Cuando el sol no está disponible la automatización de temperatura y humedad es clave para programar el cultivo según nuestros deseos. Sin ningún percance.
La aislación del invernadero es básica para gastar menos energía. Y también para mantener estable la temperatura. Sabemos que los cambios bruscos de temperatura estresan a la planta. Y si el cambio es radical, por ejemplo entra mucho frío, la planta podría hasta congelarse. Cada aislación debe responder a las características del espacio de cultivo.
Hay muchos tutoriales por ahí de cómo hacer invernaderos. Todos queremos el mejor. Pero es el bolsillo y la capacidad del cannabicultor de construirlos lo que se debe sopesar. Si no tienes mucho presupuesto fórralo con algún nylon. Para mejorar la temperatura revístelo con polietileno de burbujas de aire. Dentro de ellas se almacena el calor que se disipará cuando el sol se vaya a dormir. Cuantos más micrones más almacenamiento energético.
Calentadores eléctricos
Los calentadores eléctricos hogareños, en buenas condiciones técnicas, son una opción nada despreciable. Por lo menos para las horas cuando hay menos temperatura. Existen calentadores eléctricos que son especiales para la agricultura de invernadero que recomendamos. Y también les pedimos que tomen todas las precauciones necesarias.
Tener un electrodoméstico en un invernadero implica una serie de riesgos altos. Lo ideal es que un electricista mire la instalación eléctrica. Más vale prevenir que lamentar. Recuerda que es importante una buena circulación del aire para este sistema de calefacción. Muchos calentadores eléctricos la poseen. Pero otros no, entonces conviene que uses alguno. Así la temperatura del invernadero será pareja en la mayor área posible. Los ventiladores pueden ayudar en esto. Y si quieres escalar un peldaño prueba con un sistema de extracción e intracción de aire.
Lámparas
Si usas lámparas HID su calor ayudará a crear un clima más agradable a las plantas. Las lamparillas de bajo consumo no tendrán efecto alguno en el cultivo. Halogenuro cerámico, metálico y sodio de alta presión son las lámparas que más calor irradian. Los LED son geniales para cultivar cannabis. Tienen mejores prestaciones que la mayoría de sus competidoras HID.
Pero no sirven de nada para ganar temperatura. Si vas a instalar un aire acondicionado te conviene montar un panel LED para gastar menos electricidad. Pero si dependes del calor del foco olvida estas luminarias. Pruébalas en verano. El uso de lámparas para conseguir temperaturas más altas no es 100% seguro ni necesariamente eficaz para trepar la escala Celsius. Depende del espacio, su aislación térmica y otros factores. Recuerda no poner muy cerca las lámparas porque de tanto calor puedes quemar el brote apical. El rango varía de 20 centímetros para una lámpara de 150w. Hasta 40 cms. para una de 1000w.
Compost y tanque de agua
El compost genera calor. Si tienes espacio puedes hacer una zanja en los caminos entre las plantas y taparlo con algún material apropiado. La descomposición de la materia vegetal genera calor que en espacios reducidos se siente. Toma precauciones con respecto a las plagas porque muchas veces y por más que el compost esté tapado atrae insectos sobre todo.
Esta solución es interesante en pequeños invernaderos desmontables. Además, puedes obtener abono gratis. Si le da el sol al menos durante parte del día será mejor para acumular energía. Esa energía lejos de disiparse será absorbida por la materia viva y luego será difuminada por el espacio de cultivo. Otra posibilidad casera es utilizar un tanque de agua para aprovechar cuando la luz solar lo calienta.
Durante el día el tanque almacena la energía del sol. Y cuando el sol baja la temperatura del agua almacenada comienza a dispersarse en el ambiente. Un tanque de 200 litros da buenas utilidades en invernaderos medianos. Forra el tanque con materiales negros que condensan mejor la luz. La ventaja del invernadero es que se puede armar uno a medida del cannabicultor.
Manta térmica para cannabis
Para subir la temperatura del ambiente las mantas eléctricas para plantas, sobre todo en edades tempranas, son una buena opción y relativamente económica. Esta manta, muy parecida a las que se usan para calentar la cama, son fáciles de instalar debajo de las macetas sin riesgos eléctricos. Por supuesto que debe usarse bajo techo, no debe existir una condensación excesiva y hay que tomar los recaudos como con cualquier aparato eléctrico enchufado. Las mantas térmicas dan grandes resultados. Consumen poco y abrigan lo necesario a la maceta y el ambiente inmediato de la planta.
Las generalidades del cultivo de marihuana en invierno
El invierno no es buen momento para sembrar ni esquejar. A menos que lo hagas en un ambiente con temperatura controlada entre 20º C y 25º C y una humedad del 70%. Recuerda que durante la fase vegetativa las plantas por lo general gustan de temperaturas entre 21º C a 28º C y una humedad relativa decreciente según avanza el cultivo.
Dependiendo la latitud baja la humedad 5% por semana. Según la variedad deberá quedar en un rango de 45 a 60% durante el ciclo vegetativo. La floración se expresa mejor entre los rangos de 21º C a 25ºC. Lo ideal es por lo menos imitar el ciclo de la planta en primavera y verano. No todas las variedades son iguales en cuanto a fotoperiodo. Escoge la genética que mejor se adapte a tu espacio de cultivo.