Entrevista con el activista cannábico Mike Bifari

Soft Secrets
20 Feb 2015

El camino del activista cannábico Mike Bifari es incansable. Argentino criado en Estados Unidos, es amante y promotor internacional del cannabis, de sus beneficios medicinales y la utilización del cáñamo en la industria, alimentos y vestimentas. Por estos días reparte su tiempo entre Chile, Argentina y España. Por algunos días iba a estar en Buenos Aires para promocionar su libro "Historias vaporizadas" (ArbolAnimal Ediciones, 2014) y Soft Secrets lo entrevistó.


Conversamos con el activista cannábico Mike Bifari

Mike Bifari, el icónico activista cannábico, pasó gran parte de su adolescencia y vida adulta en la comunidad de El Faldeo, Capilla del Monte, encallado en la rica y preciosa sierra cordobesa en Argentina. Se adivina algo de la amabilidad pueblerina en su voz, en su relato lento y preciso que invita a escucharlo.

Si algo tiene Mike, son historias de cannabis. Tal vez haya sido el pionero de los vaporizadores en América en su perseverante afán por difundir los beneficios medicinales de nuestra planta favorita. En Holanda estableció una férrea relación con Ben Dronkers, fundador del banco de semillas Sensi Seeds.

Conoció a Jack Herer y nos convidó galletas con aceite cannábico que le había dado el mismísimo Steve DeAngelo, director del Harbor Health Center, uno de los dispensarios más prestigiosos de California. También fue el responsable de traer al Cono Sur a figuras clave de la marihuana medicinal como Chris Conrad y Mikki Norris, entre tantos otros. Mike ha participado en cuanto proyecto relacionado al cannabis existe.

Ha conocido las plantas monstruo californianas de primera mano. Ante todo, reconoce que “la mejor marihuana conocida ha sido cultivada en exterior. El indoor nos ha salvado durante años. Ha sido una alternativa ante la represión o la guerra contra las drogas, o contra los cogolleros (aquellos que roban cosechas ajenas). Si uno se pone a pensar, todo es producto de lo mismo: la prohibición”.

Mike Bifari: un cultivador de América del Sur

-¿Cuál es tu impresión del autocultivo en América del Sur?

-En los lugares donde hay cierta legalidad está con todo, a full, como ocurre ahora en Chile. Tienen un plan piloto aprobado por el gobierno para 200 pacientes con cáncer. En Chile estallaron el autocultivo y los growshops. Lamentablemente también hay muchos robos: se dieron cuenta de que se maneja dinero con la venta de semillas. La venta de semillas en Chile está en una zona gris de la ley. Si el paquete dice “para colección”, podés vender en el mostrador, impuestos incluidos. En producción y accesibilidad Argentina viene primero. Hay muchos cultivadores y un movimiento grande por el autocultivo. En Chile hay menos, pero muy buenas flores.

-¿Cómo ves la nueva perspectiva del CBD?

-Por mucho tiempo el CBD fue relegado por los bancos de semillas holandeses, que lo llevaron por el tema de la comercialización en un tono recreativo, para llamarlo de alguna forma. Los criadores buscaban THC, no CBD. Luego de tantos cruces de genéticas han vuelto al CBD. Ahora, con más tecnología para el testeo. En diez minutos se pueden tipificar los cannabinoides. El CBD se destacó por su increíble acción terapéutica y no tiene ese high o vuelo psicodélico y activo del THC.

Es rico para fumar, pero tampoco es que no te hace “nada” a nivel sensorial. El THC es útil para otras cosas, como activar el CBD, el CBN y todos los demás cannabinoides. Siempre tiene que haber un mínimo porcentaje de THC. Los cannabinoides son una combinación de actividad. El CBD ha funcionado bien para las convulsiones. En Buenos Aires hay un grupo importante de padres y madres que están tratando con CBD para casos de epilepsia. Pero no quiero decir mucho, voy a esperar a que ellos lo hagan.

-¿A qué viene esa pasión de los norteamericanos por las variedades Kush?

-Básicamente porque los primeros hippies viajaron por India y lugares donde había Kush y trajeron muchas semillas. Llevan más de treinta años cultivándolas y están adaptadas a California. En este momento, la mejor marihuana del mundo está en Estados Unidos. Pero también, la mayor represión. Es una contradicción bastante grande.

-¿Cómo ves el futuro de la legalización en América?

-Vamos a ver qué tan rápido va todo. Ya arrancó con la caída del prohibicionismo en Estados Unidos. Eso es lo más importante, porque todo lo que sale de allá tiene un impacto muy grande. Después, Uruguay, que para mí todavía es un gran signo de interrogación. Todo lindo en la teoría, veremos qué pasa. La ExpoCannabis fue una buena ocasión para debatir lo que nosotros queremos como movimiento cannábico internacional. Va a ser interesante: estarán las autoridades y también la prensa internacional.

En Argentina no se pudo hacer una expo como en Uruguay, pero hicimos la Cannamed y la intención de quienes hemos participado es reeditarla, con el aporte de pacientes medicinales y de este grupo de padres y madres del que te comenté. En Chile se hablaba de una variedad cruzada por sativas colombianas, denominada “Chilombiana”.

-¿Cuál es el origen de esta planta?

-El origen es algo incierto. Había una fábrica de cáñamo industrial que trajo semillas de Colombia y creemos que puede venir por ahí. Las sativas más puras se usaron para la fibra; una planta finita y larga.

Mike Bifari y su investigación del cáñamo

-¿Cuándo dejó de producirse cáñamo? 

-El cultivo de cáñamo comenzó a declinar, por un lado, por la aparición del nylon, y, por otro, por las restricciones del gobierno de Salvador Allende. Se empezó a reemplazar la fibra por el nylon, y esto, sumado a las medidas del gobierno, provocó que las empresas quebraran. No se reinvirtió en tecnología para investigar otros usos para el cáñamo, como madera aglomerada o moldear la fibra para hacer paneles.

Había un alemán que trabajaba en la fábrica Centro Industrial Los Andes (CILA) que se fue a finales de los setenta a Europa porque no le financiaban un proyecto para el moldeado de la fibra de cáñamo. Eso lo conocían de Europa, porque se hace hoy en día en las empresas del viejo continente. Con la tecnología actual hacen de todo, hasta plástico de cáñamo.

-¿Qué variedades te gustan más?

-Mientras estuve en Holanda, mientras trabajaba en los primeros vaporizadores, me gustaba la Northern Lights y también las variedades de Simon (breeder de Serious Seeds), como la Ak 47. Ya está todo mezclado en los híbridos actuales. En Colombia y en África hay landraces todavía. Los bancos comerciales venden híbridos y esos híbridos se mezclan entre sí. Y todas esas semillas las trajo a Europa Ben Dronkers.

Cuando le cuento que tal variedad ganó una Copa en Argentina, me dice “Mike, esa semilla la traje yo”. Si uno va para atrás en el genética, se llega al mismo origen. A nivel local, me gusta mucho la Lemon Haze, de Alberto Huergo (experimentado cultivador y director de la revista Haze), tan frutal y tan fresca, es muy rica. Las índicas me gustan. Estos últimos tiempos ha habido gustos nuevos traídos de bancos de semillas californianas como Reserva Privada y DNA Genetics, una segunda generación de breeders muy importante.

Mike Bifari: el cannábico que resiste

La charla puede durar horas. No existe feria, expo, copa o congreso donde se discuta y/o se disfrute del cannabis que no haya estado presente Mike, ya sea como orador, visitante o como promotor de los vaporizadores. El activista sigue en su lucha persistente para ayudar a los pacientes medicinales.

Sin embargo, no todo es color de rosa. “En febrero -cuenta Mike, más serio pero sin perder emoción- tuve que irme de mi casa porque entraron sicarios armados a mi domicilio a robarme las plantas, los frascos, plata, la computadora. Encima le pegaron a una persona que trabajaba en casa. Me tuve que ir. Mis hijas se hicieron cargo de mi vivienda en el barrio El Faldeo, en Capilla del Monte (Provincia de Córdoba). Desde entonces, estuve en Chile trabajando en la investigación sobre el cáñamo. El 27 de setiembre pasado fui invitado a los Estados Unidos. Ese mismo día la policía allanó mi casa. Estaba una de mis hijas, que pasó un mal momento. No encontraron nada, cero", dice.

"Fueron 12 policías especiales con perros, todo un operativo antinarcotráfico para mi hija de 21 años que es docente. Mi hija les dijo: ´Mi papá es el de la marihuana y hace ocho meses que no vive acá. Me parece que les falla la Inteligencia´. Son ridículos", opina..

"Lo del gobernador provincial Juan Manuel de la Sota es vergonzoso. Mi otra hija increpó al policía y le preguntó si sabía la historia del asesinato de Jorgito Reyna hace un año en Capilla del Monte, por no querer venderle marihuana a la policía. Lo denunciaron un jueves en Cosquín y apareció muerto en su celda el sábado en Capilla del Monte. Esa es la Córdoba de De la Sota y su narcopolicía. Me siento totalmente exiliado. Por suerte sé que mi familia está bien, pero no por el gobernador, sino por una hermosa comunidad que hace el aguante”, explicó a Soft Secrets.

Desde acá también te hacemos el aguante, Mike. Que nunca se apaguen los benditos vaporizadores.

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