Gazmuri: "tenemos que regular de manera integral"

04 Jun 2023

Ana María Gazmuri, una de las mentes más lúcidas en la discusión de la regulación de cannabis en Chile, mujer de acción, ocupó una banca en el Congreso. Su principal bandera es la del cannabis medicinal sin olvidar por un segundo la justicia social. Aliada del presidente Gabriel Boric, defiende los cambios que logró introducir en la ley "antinarco" para preservar los derechos de los cultivadores medicinales de cannabis dice que hay espacio para regular el cannabis recreativo y que las conversaciones entre congresistas ya comenzaron. Promete regulación con la ayuda del gobierno o sin ella. Gazmuri quiere una regulación integral del cannabis "con todos los grupos de interés y no con técnicos, médicos ni sociedades científicas que no han visto ni de lejos una planta de cannabis".


En marzo del año pasado Ana María Gazmuri, ya diputada, impulsó la bancada Regulación por La Paz en el Congreso chileno para impulsar la discusión parlamentaria sobre el cannabis. Hoy son más de 60 diputados trabajando para la regulación del cannabis. Pero ese número tan impresionante no significa que las cosas sean tan fáciles ni lineales, no solo para el cannabis, sino para otros asuntos cruciales de las políticas públicas chilenas.

Los ataques a Gazmuri se volvieron muy fuertes después que encabezara la negativa a realizarse un test de drogas que le valió cientos de mensajes de odio en las redes sociales como nunca había recibido en su calma vida pasada como directora ejecutiva de Fundación Daya.

Las difamaciones, calumnias y esa ignorancia revestida de odio que casi siempre pasa por una forma de (no) pensar en las redes sociales volvieron contra ella cuando se votó la llamada ley anti narco, una ley que busca endurecer las penas y la respuesta penal contra el llamado narcotráfico y que Gazmuri y la Bancada de Regulación por la Paz, a partir de un trabajo fino y de más de tres años, lograron introducir algunas modificaciones para que los cultivadores medicinales de cannabis puedan plantar y hacer su extracción con receta médica.

Gazmuri no se amilana, en septiembre de 2020 leía un discurso en el Congreso mientras allanaban la casa de su hija. Ha sido la cara visible y posiblemente la más seria y con más proyección en la regulación del cannabis medicinal en Chile. Además ha acompañado a cientos de familias en problemas con las autoridades por todo el país. Está acostumbrada a lidiar con el dolor. Pero el Congreso representa una exposición extrema por motivos políticos y de género también.

“Pasé de intervenir como ciudadana, a ser parte de la comisión que dirimió las diferencias en la tramitación legislativa de la ley ‘antinarco’ sobre el uso medicinal del cannabis, logramos ganar con siete votos a favor, tres en contra y luego 84 contra 42 en diputados y 27 a favor y 14 en contra en el senado al día siguiente”, dice Ana María al otro lado del teléfono caliente con el que unos minutos antes hablaba con la Defensoría Pública de Copiapó donde pacientes de cannabis medicinal habían sido allanados. Por entonces eran los terceros desde que se votó la ley “antinarco”.

 –¿­Como ha sido el desembarco en el Congreso? Pasar de Daya al Congreso llevando el tema del cannabis medicinal es un desafío extra…

– Sí, claro. La decisión de avanzar hacia ese espacio de representación llevando estas causas fue luego de constatar que desde el ámbito ciudadano habíamos hecho todo lo posible, que incluso teniendo buenos oficios de buenos parlamentarios no alcanzaba para impulsar esto.

Se necesitaba más determinación, y se necesitaba más determinación no porque lo quiera en términos personales, sino porque era lo necesario para hacer lo que hay que hacer en este momento. La decisión la tomé cuando se abrían muchas esperanzas de transformación para Chile, esperanzas que se han visto bastante frustradas con el devenir político, por supuesto que ha sido un cambio muy fuerte. Ha sido un ambiente muy distinto porque a pesar que en la historia de Fundación Daya nos acostumbramos a recibir hostilidades, a pasar momentos difíciles, el espacio de Daya contiene emocionalmente. Pero cuando entrás a espacios tan patriarcales como el Congreso Nacional entrás a un área muy distinta energéticamente hablando.

–El proceso de validación y votación de la ley “antinarco” fue larguísimo. ¿Cómo consiguieron salvaguardar los derechos de los pacientes medicinales?

–Duró como tres años y medio, de hecho durante su tramitación en diputados, allanaron el domicilio de mi hija. Hace dos años y medio atrás, concluimos el largo proceso que en términos generales busca mejorar la persecución del narcotráfico y el crimen organizado modificando diversos cuerpos legales. Logramos introducir esta modificación del cannabis medicinal para salvaguardar a los usuarios porque los cambios legislativos nos quitan herramientas, nos ponen en situación de riesgo aún peores de las que estábamos antes, me refiero al comiso temprano. Los pacientes muchas veces son acusados de tráfico y en ese entendido le podrían haber decomisado sus bienes sin haber sido condenados que es lo que se desaprobó en la ley. Esa protección es muy necesaria.

Por otro lado, se perdió el elemento de calidad y pureza y solamente queda el elemento de cantidad. Todo el ejercicio que hacíamos en el juicio para demostrar que los supuestos cinco kilos de marihuana eran 300 gramos, porque el resto eran hojas, ramas, tierra y agua, hoy día no tenemos ese procedimiento. No importaba la cantidad, no se diferenciaba nada. Esos elementos hacían más peligrosa la situación para los usuarios en general. Ahora logramos proteger a los usuarios medicinales.

Diputada Ana María Gazmuri: "Tenemos que regular de manera integral"
Diputada Ana María Gazmuri: "Tenemos que regular de manera integral"

–¿Y los usuarios recreativos?

 –En el senado, porque en diputados no fue posible, introdujimos una modificación que avanzaba para proteger a los usuarios recreativos. Se avanzó, se aprobó la indicación, pero cuando llegó la votación general, se pidió por ambas indicaciones, de la medicinal y la recreativa. Pero tuvimos la ausencia de tres parlamentarios oficialistas y eso nos hizo perder esa votación. Como la medicinal venía de las cámaras de origen y discrepaban de los resultados del senado pudimos llevarlo a la comisión mixta, lo que no ocurrió con la recreativa.

–¿Hay posibilidad de avanzar un poco más en la regulación del cannabis recreativo en este periodo de gobierno?

–Claro que sí, es lo que recogemos en la discusión medicinal porque aquí había voces, incluso desde el Ejecutivo diciendo que debería discutirse ampliamente en otra forma, avanzar de otra manera. Tenemos que regular de manera integral y siempre lo decimos así. Esto ha sido un parchecito en la ley pero no soluciona el problema de ninguna manera, hoy  tenemos una bancada grande con interés de avanzar en este sentido.

Incluso hay interés de la derecha liberal que no se había sumado hasta el momento y tenemos el compromiso electoral del gobierno. Sabemos que el gobierno ha hecho algunas indagaciones y empezaron una mesa de trabajo. Nosotros estamos un poco más adelantados y vamos a instaurar una mesa de trabajo, ya estamos hablando con todos los actores. Queremos que la construcción de la regulación integral del cannabis se haga con todos los grupos de interés arriba de la mesa y no con técnicos, médicos, sociedades científicas que no han visto ni de lejos una planta de cannabis y no saben nada del uso medicinal y aún están inmersos en sus estereotipos, sus prejuicios, su mirada biomédica. Está bien, podemos escucharlos, pero no son ellos quienes tienen que tomar las decisiones sino las comunidades involucradas, los médicos capacitados y los investigadores que sí se han dedicado a investigar el cannabis.

No puede ser una regulación a la medida de las corporaciones mientras que quienes han puesto el cuerpo, la lucha, la resistencia durante tantos años terminen fuera del nuevo mapa, eso no puede ocurrir.

Esperamos que antes de finalizar el período podamos tener avanzado el proyecto de ley de recreativo, ojalá con el apoyo del Ejecutivo. Sino tendría que ser un proyecto mucho más restrictivo, porque cualquier proyecto que implique gasto público tiene que concurrir al Ejecutivo. Esperamos que el gobierno cumpla con su compromiso de campaña: terminar con la criminalización de los usuarios y avanzar con la regulación del uso recreativo y adulto. El escenario de las promesas de campaña es distinto pero tenemos la tesis de que en tiempos difíciles, en escenarios de retroceso, muchas veces para el cannabis son momentos de avance porque son temas que convocan transversalmente porque la enfermedad no discrimina, golpea a todos por igual sin importar su color político.

En las conversaciones con quienes piensan distinto surge que son conscientes de que el cannabis alivia la vida de sus familias y seres queridos y quieren una forma de aproximarse más comprensiva al uso recreativo de la juventud de su sector.

La bancada de Regulación por la Paz tendrá un trabajo crucial… ¿Cuáles son sus líneas de trabajo?
–Siempre ponemos como base de cualquier propuesta regulatoria cautelar las tres vías de acceso: cultivo personal, cultivos comunitarios y el expendio controlado, tanto si hablamos de uso recreativo como si hablamos de uso medicinal. Y ahí hay que hacer las bajadas con grupos de interés y pertinentes en cada ámbito. En el expendio controlado se abre la conversación del espacio que deben tener las grandes industrias, los pequeños, los medianos. ¿Cómo evitamos la sobre regulación y que solo los grandes participen y que quede fuera todo lo más artesanal, lo más de nicho, lo que tenga que ver con la pertinencia territorial? Es ahí donde se abre el espacio, para la bajada más particular y esa es la conversación que queremos tomar con la ciudadanía, las organizaciones y los involucrados. Cuando se promulgue la ley habrá un trabajo importante de educación comunitaria, para que la gente conozca sus derechos y de educación a la policía de hacer que esta bajada porque son tantos años de adiestramiento policial en persecución, llevará tiempo cambiar ese chip.

A veces se dice que el interés de la regulación del cannabis es de clase alta y gente acomodada y que la población solo quiere que se eliminen las drogas. La verdad es que al hacer trabajo territorial donde están las situaciones crudas, encuentras que la ciudadanía tiene claro cómo la falta de regulación ha permitido el avance del “narco”. Tienen claro que si tuvieran sustancias de mejor calidad no estarían consumiendo lo que consumen.

Gazmuri: "cautelar las tres vías de acceso: cultivo personal, cultivos comunitarios y expendio controlado".
Gazmuri: "cautelar las tres vías de acceso: cultivo personal, cultivos comunitarios y expendio controlado".

¿Cuáles son los desafíos de la reglamentación de la ley “antinarco” en su capítulo cannabis medicinal?

– Las organizaciones de la sociedad civil deben facilitar el conocimiento por ejemplo para generar una guía estandarizada donde los profesionales de la salud puedan acudir. Hay muchísimos profesionales de la salud que no se han formado, que no tienen el conocimiento y la experiencia. Cuando se promulgue la ley tiene que estar los médicos y las instituciones médicas de salud tiene que estar en condiciones de acompañar a los pacientes. Esos son los desafíos, probablemente facilitando una síntesis gracias a la gran experiencia clínica de tantos años, cotejando con lo que se ha hecho.

–¿Qué sentiste cuando ocurrieron los allanamientos a pocos días de votada la ley?
Hemos tenido tres allanamientos desde que se aprobó la ley en uno logramos que la policía sacara una copia de la receta y mandara un oficio a fiscalía. A otro le incautaron las plantas desgraciadamente. Y en otro caso estamos esperando antecedentes porque ocurrió en una redada general: allanaron un barrio completo en Copiapó y hay unos pacientes involucrados, no logramos saber qué está pasando ahí, ha sido muy complejo y delicado. El allanamiento fue complicado porque en el domicilio había un menor de nueve años. La policía entró a su casa altamente armada, fue muy agresiva y el niño quedó a la deriva. Esto ha ocurrido otras veces, en Quilicura tuvimos un caso parecido de un paciente que se vio en medio de un allanamiento masivo porque son barrios populares donde hay tráfico y también pasó el mal rato, todavía pasan estas cosas lamentablemente y eso es porque no se discrimina a quién se persigue.

–Muchos cannábicos descreen de la política. ¿Qué mensaje tienes para esos descreídos?

–La política tiene que ver con el servicio público, con cómo construimos nuestra vida en sociedad. No todos los ciudadanos son iguales ni la política es igual. Es importante involucrarse en política. Cuando hay activistas del mundo del cannabis que dicen que en política no se meten, les digo: la lucha cannábica es lo más político que hay. Pensar que estamos fuera del ámbito político es un absurdo, más bien veamos que la política sea el instrumento que sirve a la ciudadanía como una forma de dialogar y ponernos de acuerdo para usarla para el bienestar y el avance. Evidentemente hay un descrédito en la política y una degradación y ahí está el desafío de la ciudadanía, no da lo mismo por quien votar. Desentenderse de esa responsabilidad nos vuelve responsables de la situación de descrédito de la política. Si a pesar de conocer los antecedentes siguen votando candidatos a pesar de lo que hacen y dicen también hay responsabilidad del votante y ahí es donde vuelvo a decir: empodérate, analiza, piensa qué piensa ese candidato del cannabis, no le des tu voto así tan fácil. 

Siempre se puede aportar y poner miradas, puntos de vista que si no está uno ahí quizás otro no los pone. El Congreso ha sido durísimo, a mi me ha afectado mis salud, pero tiene sentido al final el día que duermo con muchas precauciones porque hay muchas necesidades, mucho sufrimiento pero también tengo la satisfacción de que dedico todas mis mejores energías para trabajar por el bien de Chile, de la ciudadanía  sin interés particular ni querer ser una figura política ni mucho menos.