Bombones para todos

Soft Secrets
04 Aug 2017

“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar”


Cada planta del jardín tiene su propia historia, desde cómo conseguiste la semilla o quién crio a la madre del esqueje hasta su momento final de cata. En la cocina pasa lo mismo. Cada receta tiene su historia, desde quién te la enseñó o dónde la leíste, a los intentos abandonados y, a veces, te sale tan bueno que solo se escucha el silencio y los suspiros de saborear un deleite en la boca.

Cuando pienso en trufas, vuelvo instantáneamente a esa noche de navidad cuando por primera vez experimenté la dicha del chocolate en forma de una pequeña bola que se derritió entre mi lengua y mi paladar, suave y dulce, cremoso y amargo. Creo que en ese preciso momento empezó mi deseo de saber cocinar verdaderamente, para poder comer estas delicias cuando quería y no solo en navidad, cuando mi madre preparaba estas trufas de chocolate como final de la cena para servir con el café. También esa misma noche entendí que no todo lo bueno era para comer en exceso.

Trufas básicas

Como muchas veces, las recetas más ricas son las más simples y el éxito depende de la calidad de los ingredientes, así que para asegurarte el triunfo de estas trufas de chocolate te recomiendo usar un chocolate amargo de calidad, nada de simil chocolate. Previamente tendrás que preparar un baño maría con manteca y cannabis para extraer el THC y transferirlo a la manteca. Podés consultar la receta detallada de la manteca cannábica en el sitio online de softsecrets. En este caso particular necesitas una manteca cannábica muy concentrada, con una proporción de 100 gramos de manteca para 10 gramos de cogollos. Usaremos 20 gramos a temperatura ambiente.

Preparamos un baño maría para derretir el chocolate. Será más fácil si cortas el chocolate en pequeños trocitos y lo pones a calentar con una cuchara sopera. En otra olla vertemos la crema de leche y la calentamos hasta punto de hervor. Fuera del fuego vertemos la crema caliente en el chocolate fundido, agregamos la manteca cannábica y mezclamos con una batidora hasta que la preparación sea lisa y homogénea.

Dejamos enfriar la preparación y la guardamos en la heladera por lo menos seis horas. Luego de ese tiempo esparcimos cacao en polvo en un plato hondo, sacamos de la heladera la preparación de chocolate que endureció y con una cucharita formamos bolitas que disponemos en el plato con cacao en polvo para envolver las trufas. Se guardan en la heladera hasta degustación.

Trufas viajeras

Una de mis queridas amigas es un alma viajera que usa mi cocina de vez en cuando para producir sus exquisitas trufas que luego vende en las playas oceánicas y las calles del Uruguay. Ella me enseñó esta receta durante una de sus estadías y me aseguró unas cuantas tardes de bajoneo. Una vez más cambié la receta original para agregar cannabis a la lista de ingredientes. A baño maría derretimos el dulce de leche con la manteca cannábica y lo dejamos entibiar.

Mientras tanto, en un sartén a fuego lento tostamos las semillas y luego la avena. Incorporamos los ingredientes secos al dulce de leche con manteca cannábica, mezclamos bien y dejamos enfriar en la heladera por un par de horas. Sacamos la preparación de la heladera y con una cuchara formamos bolitas que terminamos rolando en avena. Estas trufas se pueden guardar en la heladera hasta su degustación, pero no es imprescindible, lo que las convierte en una buena opción para el picnic.

Trufas de garbanzo

La vida es como una caja de bombones: nunca sabes qué te va a tocar y a veces toca una buena sorpresa, como estas trufas de garbanzos que me enseñó un amigo vegano amante de la planta. Aunque seas un carnívoro nato, te van a sorprender de lo rico que son. La verdadera receta vegana de estas trufas usa dátiles, almendras, jarabe de agave y ningún tipo de grasa. Pero la cambié y la adapté por un tema de practicidad, costos y gustos. Para esta receta usamos aceite de coco cannábico potente, el principio de extracción es el mismo que con otras materias grasas. Se calientan 100 gramos de aceite de coco, se incorporan cinco gramos de flores de cannabis desmorrugadas (picadas) y se cocina a baño maría por un par de horas como mínimo, luego se filtra el aceite para separarla del cannabis.

Podés usar los restos de cannabis en un tecito para una tarde de relajación, pero no tendrá un efecto muy potente, ya que la mayor parte del THC se habrá transferido al aceite de coco. Primero dejamos los garbanzos en remojo por un mínimo de 12 horas. El agua de remojo de los garbanzos está llena de potasio, la podés usar para regar tus plantas en floración. Luego cocinamos los garbanzos en abundante agua sin sal hasta que estén bien tiernitos, los escurrimos y los dejamos enfriar un poco para no quemarnos antes de procesarlos como puré con una licuadora.

Cuando ya los garbanzos están bien mezclados agregamos todos los demás ingredientes, el maní tostado, 50 gramos de coco rallado, el aceite de coco cannábico derretido, la miel, y procesamos con la licuadora unos minutos más. Dejamos la preparación enfriar en la heladera por un par de horas y luego formamos bolitas con una cuchara y enrollamos las bolas en coco rallado. Se guardan en la heladera hasta su degustación. También podés probar otra versión bañándolas en chocolate derretido y dejándola enfriar para que el chocolate se endurezca; este fue uno de los mejores bombones que probé de toda la caja.

Ingredientes

(para más o menos 20 trufas) Trufas de chocolate 50 gramos de cacao amargo en polvo 20 gramos de manteca cannábica 10 centilitros de crema de leche 250 gramos de chocolate amargo en barra

Trufas de avena

300 gramos de avena instantánea 50 gramos de semillas de girasoles 50 gramos de semillas de sésamo 20 gramos de manteca cannábica 200 gramos de dulce de leche

Trufas de garbanzos

250 g de garbanzos cocidos 100 g de maní tostado sin sal 70 g de coco rallado (20 g para espolvorear) 40 g de aceite de coco cannábico 100 g de miel. por Celine

S
Soft Secrets