Cómo regular el riego automático

Soft Secrets
08 Sep 2017

En el cultivo de la mayoría de plantas, el modo en que se riegan es absolutamente crucial y, a menudo, el factor decisivo de que la cosecha sea un éxito o un fracaso. Muchos cultivadores prueban el riego automático para ahorrar tiempo o para lograr un cultivo más eficiente. Hay una variedad de sistemas de riego automático que se pueden usar, pero la mayoría de ellos no garantiza el nivel correcto de humedad en el medio de cultivo. Veamos cómo podemos regular mejor el riego automático.


Antes de empezar a montar el sistema de riego, debes conocer qué necesita la planta que pretendes cultivar. Pregúntate si tu objetivo es montar un sistema automático de riego para un invernadero o para un cultivo de interior en el que las plantas crecen bajo lámparas.

En un cultivo con luz solar hay que tener en cuenta la irrigación natural de la lluvia y unas mayores fluctuaciones en temperatura, un control óptimo del riego no será posible sin añadir otros sensores y reguladores que no discutiremos aquí. La mayoría de las plantas cultivadas por sus frutos o flores necesitan riegos regulares y suficiente oxígeno en las raíces. Esto significa que debes alternar fases de alta humedad y de baja humedad en el sustrato. Cuando se riega una planta absorbe nutrientes disueltos del agua. Conforme el sustrato se va secando, las raíces tienen acceso a más oxígeno. Si el medio de cultivo está permanentemente mojado las raíces empezarán a pudrirse y la planta morirá.

Puede que argumentes a esto que hay métodos de cultivo en los que las raíces permanecen siempre bajo el agua, aunque no sean plantas acuáticas, y es verdad. Sin embargo, no debes olvidar que el agua en esos sistemas debe ser constantemente oxigenada para garantizar una mezcla óptima de humedad y oxígeno. Seguro que sabes que si no riegas las plantas estas se marchitan. Cada especie de planta tiene unos requerimientos particulares sobre el nivel de humedad en el medio de cultivo. Por ejemplo, a las plantas de pimientos les gusta un nivel elevado de humedad, mientras que las plantas bulbosas necesitan menos agua. El cáñamo es capaz de absorber una gran cantidad de agua. Cuanto más grandes son las plantas, mayor es su consumo de agua.

La humedad y el medio de cultivo

La cantidad de humedad en el medio de cultivo y la evaluación de si la cantidad de riego es óptima depende en gran medida del sustrato que se esté empleando. La frecuencia de riego también depende del tamaño de las plantas y de las condiciones atmosféricas: humedad relativa y temperatura. Todos estos elementos deben ser tenidos en cuenta cuando se ajuste el riego automático. La mejor forma de determinar la dosis y frecuencia de riego óptimas es hacerlo manualmente durante un tiempo. De esta manera puedes observar cuanta agua consumen las plantas.

Cuando riegues manualmente fíjate en qué cantidad de agua usas y con qué frecuencia tienes que volver a regar. Si llegas a la conclusión de que una planta consume 500 ml de agua al día, sólo tienes que ajustar el sistema de riego para que la planta reciba exactamente esa cantidad. ¿Cómo sabes cuando necesita riego una planta al hacerlo manualmente? Según cada tipo de sustrato hay que tener en cuenta ciertas consideraciones. 

Tierra

Si usas un sustrato ligero y muy aireado puede estar ligeramente húmedo siempre. Puedes aumentar la aireación del sustrato añadiendo perlita. Como el agua suele empapar más la base del sustrato, es mejor comprobar el grado de humedad clavando el dedo a través de uno de los agujeros de drenaje de la maceta. Como regla general, si el dedo sale con algo de agua, hay humedad de sobra en el sustrato. Cuando se cultiva en macetas se puede evaluar la cantidad de agua en el sustrato pesando la maceta. Compara el peso de la planta antes y después del riego. De este modo podrás identificar más fácilmente si la planta ya ha consumido todo el líquido antes de regarla de nuevo.

Fibra de coco

De nuevo, la mejor forma de comprobar el nivel de humedad en este tipo de sustrato es clavar el dedo por uno de los agujeros de drenaje o pesando la maceta. Es muy fácil regar de más la fibra de coco, por lo que recomiendo mezclarla con perlita al 50/50. Esto incrementará notablemente la permeabilidad de las fibras de coco y creará las condiciones ideales para el desarrollo del sistema radicular. La fibra de coco también puede mezclarse con turba o con otros tipos de sustrato más pesado, ya que ayudan a aligerarla. Se puede mezclar con lana de roca o bolitas de arcilla, o ambos en el caso de sistemas de cultivo hidropónicos.

Lana de roca (rockwool)

La lana de roca se usa principalmente para el cultivo hidropónico. Si está demasiado seca absorbe mal el agua. Si no hay suficiente humedad las plantas lo muestran muy rápidamente y empiezan a marchitarse. La lana de roca es muy porosa y absorbe agua en exceso con facilidad, por lo que hay que regar con cuidado, sobre todo al principio, cuando el sistema de raíces se está desarrollando. Es fácil evaluar si la lana de roca tiene demasiada solución nutriente. Haz un pequeño agujero de 1-2 centímetros con el dedo en la lana de roca. Si se llena de agua el nivel de humedad es demasiado alto. Del mismo modo se cultiva en mapito, un sustrato similar a la lana de roca.

Árcilla expandida

Este medio de cultivo, que está pensado para los sistemas hidropónicos es muy difícil de sobresaturar de agua. Para notar el nivel correcto de humedad hay que clavar el dedo en la arcilla expandida (por encima y por debajo). Deberías ser capaz de sentir la humedad. Si las plantas todavía son pequeñas y crees que probablemente el sistema radicular no haya llegado a cubrir todo el sustrato clava tu dedo tan cerca del tallo central como sea posible, pero con cuidado de no dañar las raíces. Cuando se cultiva con arcilla expandida también se puede usar el peso de las macetas para evaluar la cantidad de humedad.

Ahora ya sabes cómo identificar el nivel correcto de humedad en el medio de cultivo. Es muy importante comprobarlo antes de regar las plantas. Si sigues este sistema y aprendes a regar las plantas manualmente te será de gran ayuda a la hora de ajustar un sistema automático de riego en cualquier tipo de cultivo.

Ajustes principales del riego automático

Digamos que ya has escogido un sistema de riego. El más común suele ser goteo a presión, que se puede instalar en cualquier lado y a un coste mínimo. A la hora de seleccionar uno de estos sistemas no te olvides de filtrar la solución nutriente, tanto si es agua pura como agua con nutrientes. El sistema se debe montar antes de meter las plantas, especialmente si lo estás haciendo por primera vez. De ese modo puedes comprobar que el riego funciona sin problemas y que no hay fugas de solución nutriente. También podrás calcular cuanta solución nutriente sale por cada gotero durante un periodo específico de tiempo. Si tienes un riego con un gotero para cada planta, puedes calcular cuanta solución sale por ese gotero en 30 o 60 segundos.

Después de estas mediciones y si todo funciona bien, ya puedes empezar realmente a usar el sistema de riego automático. Antes de colocar el programador de riego deberías encender el riego manualmente durante unos pocos días. Al mismo tiempo, recuerda que el sustrato debe aportar a las plantas agua y oxígeno. Nunca hará daño oxigenar el agua o la solución nutriente con un compresor de acuario, sobre todo en sistemas hidropónicos. Se ha demostrado que los riegos frecuentes y con menores dosis de solución son más efectivos que las grandes dosis menos frecuentes. Si, por ejemplo, sabes que una planta requiere 500 ml de agua al día, es mejor darle cinco dosis de 100 ml que dos de 250 ml. También deberías probar a distribuir el agua uniformemente a lo largo del día. Esto quiere decir que si riegas cinco veces al día debes programar la primera a primera hora de la mañana, la última al anochecer y las tres restantes a intervalos iguales durante el día.

Ajustes posteriores del sistema de irrigación

Tanto si cultivas en sustrato como en hidroponía debes ajustar el riego a las necesidades cambiantes de las plantas. El volumen y la frecuencia de riego suficientes para una planta de diez centímetros no va a ser suficiente para una de un metro de altura. En consecuencia, es necesario realizar comprobaciones regulares de los niveles de humedad en el medio de cultivo, siempre antes de regar. Normalmente es necesario incrementar la frecuencia y el volumen de riego, pero siempre hay que hacerlo gradualmente, aumentando las dosis poco a poco. Después de cambiar los intervalos de tiempo y la duración de los riegos hay que comprobar el nivel de humedad en el sustrato, justo antes del siguiente riego.

Errores en la irrigación

Los fallos en el riego son la causa más común de cosechas pobres, plantas atrofiadas y un gran número de enfermedades y otros problemas. El exceso de riego es, por mucho, el problema más común. Mucha gente piensa que el medio de cultivo debe estar permanentemente mojado y riegan las plantas tan a menudo que las raíces no tienen suficiente oxígeno. Las raíces se empiezan a pudrir y no pueden llevar el agua y los nutrientes a las partes aéreas de la planta. La planta reacciona marchitándose. Muchos cultivadores interpretan este síntoma como falta de agua y empiezan a regar las plantas aún más, que es exactamente lo contrario de lo que la planta necesita. Este problema causa que la planta deje de desarrollarse, siga marchitándose y, si la situación no se corrige, acabe muriendo. Podría decirse que, si tienes que escoger entre regar demasiado o demasiado poco, tendrías menos problemas regando poco. Pero, por supuesto, el objetivo es lograr el riego óptimo; por eso necesitas saber regar manualmente antes de instalar un sistema de riego automático, comprenderás mejor las necesidades de las plantas. 

Riego automático sin preocupaciones

Si estás empezando a cultivar cannabis y no tienes el tiempo o las ganas de ajustar un sistema de riego, tienes otra alternativa: compra un sistema listo para usar que sea muy tolerante con los posibles errores del cultivador. En este ámbito hay dos sistemas que recomendaría. Uno de ellos es Aqua-System, un sistema hidropónico que en el que el riego puede estar en marcha continuamente y aun así garantiza un nivel correcto de humedad en las raíces. Es un sistema que requiere un poco de electricidad para funcionar, pero no tanta como para hacerte dudar de si merece la pena. En general, puede decirse que en cualquier sistema hidropónico con arcilla expandida como único medio de cultivo es muy difícil regar en exceso.

Otro buen sistema es AutoPot, un sistema pasivo de cultivo que no necesita electricidad y que riega cada planta individualmente y por separado, aportándole exactamente lo que necesita. Otra ventaja es que no hay que montar nada; y puedes usarlo para cultivo orgánico, tanto en sustrato como en hidroponía. Por supuesto, no hay nada gratis y hay que gastar algo más en estos sistemas que toleran tus errores. La irrigación automática te dará libertad y, además, las plantas siempre recibirán el riego a la misma hora. A las plantas les gusta la regularidad. Sólo hay una condición: el sistema de riego debe estar correctamente ajustado. Ahora ya sabes cómo hacerlo. Mr. José / info@mrjose.eu

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