Protección natural en exterior

Exitable
15 Jul 2015

Cultivo en exterior


Cultivo en exterior

Mariquita adulta

Si cada temporada te encuentras con que tus plantas se infestan de arañas, orugas, trips… has de plantearte alguna solución, evitando preferiblemente el uso de productos químicos. Una muy buena opción puede ser el uso de cultivos trampa y lucha biológica que mantienen bajo control la plaga sin dejar residuos.

A pesar de tener unas plantas fuertes y sanas y unas condiciones de cultivo adecuadas que dificulten el acceso y desarrollo de plagas, podría darse el caso de colarse en nuestro jardín una parejita de intrusos indeseables que procreen aquí y allí, multiplicándose por miles en poco tiempo y perjudicando en mayor o menor medida a nuestras plantas. Como alternativa ecológica a los daños medioambientales que generan los plaguicidas y a la resistencia que desarrollan ciertas plagas a éstos, podemos utilizar otros métodos como plantas trampa, plantas reservorio o lucha biológica. Otro factor a tener en cuenta es que muchos de los daños ocasionados por estas plagas se producen en la etapa de floración, y como no es recomendable tratar con productos químicos que puedan afectar la calidad de la cosecha, buscaremos una solución natural.

Cultivos trampa

Fase inicial en araña roja

Son plantas que se siembran alrededor o intercaladas con el cultivo principal para atraer a plagas problemáticas. El objetivo de este sistema de control es eliminar la mayoría de los insectos dañinos fuera de nuestra plantación, antes de que lleguen a infestarla.

Este puede ser un buen método preventivo sobre todo contra la oruga del cogollo, estos gusanos pertenecen al orden Lepidóptera, pueden provocar graves daños ya que se instalan dentro de los cogollos alimentándose de los tallos que unen las flores y haciendo que éstos se sequen y sean más sensibles al ataque de hongos. Esta oruga puede alimentarse de varias especies vegetales (tomates, lechugas, remolachas…) y parece ser que se siente especialmente atraída por la Col China, podemos aprovechar esta situación plantándola al pie de nuestro cultivo y alrededor, creando una barrera para hacer que las orugas “dejen en paz” nuestras queridas plantas.

Si lo que queremos controlar son plagas voladoras, se ha demostrado en recientes estudios que colocando cualquier otra planta o incluso un señuelo de plantas de plástico, cartón o cualquier otro material verde, la colonización por los insectos problemáticos tendrá mucho menos éxito, ya que estos parásitos voladores tratan de aterrizar en la planta evitando el suelo marrón, por lo que una simple cobertura del suelo con trébol puede evitar que esos indeseados “bichitos” nos estropeen la cosecha.

Hablando con otros colegas que comparten nuestra pasión por el cultivo en exterior, nos han comentado que si tienes plantas de tabaco alrededor del cannabis son estas primeras las que atraen todo tipo de plagas, dejando libre de parásitos la marihuana. Aunque nosotros no hemos probado aún esta opción ahora puede ser un buen momento con el comienzo de la temporada.

Pese a que los cultivos trampa tienen numerosas ventajas como eliminar la necesidad de utilizar plaguicidas de amplio espectro, prevenir el resurgimiento de la población de la plaga principal y preservar los depredadores naturales, hay que decir que funcionan mejor contra insectos de movilidad intermedia, no es eficaz para los que vuelan bien o se dispersan en el viento. Es más eficaz cuando se aplica en combinación con otras técnicas biológicas, mecánicas, culturales o químicas como los plaguicidas, sistemas de plantas reservorio o rotación de cultivos, o con sustancias atractivas o repelentes a las plagas.

Plantas reservorio

Son plantas previamente pobladas de depredadores naturales, normalmente no estarían cerca de nuestro cultivo, pero que cuando son plantadas ahí, actúan como control biológico, atrayendo a insectos benéficos que no dañan al cultivo principal, sino que lo protegen al atacar solamente a las plagas, controlando su población. La ventaja de estos reservorios es que atraen depredadores naturales que no siempre están disponibles en el mercado.

Lucha biológica

Dron esparciendo ácaros.
Fte: Discovermagazine.com

La lucha biológica es un procedimiento agrícola de control de plagas (insectos, ácaros, hongos, etc.) que usa depredadores, parásitos o herbívoros para que devoren o parasiten las plagas de las plantas cultivadas. Este método es una buena alternativa al uso de pesticidas, ya que éstos eliminarán la plaga, pero a su vez destruirán también otros tipos de vida, entre ellos sus propios depredadores. Y en el caso de que la plaga vuelva a aparecer en un futuro, al no encontrar depredadores naturales en el ambiente, esta se extenderá sin control y será necesario aplicar químicos y pesticidas aún más fuertes.

No debe preocuparnos el uso de enemigos naturales en el exterior, con la suposición de que éstos se alejen de nuestro cultivo, ya que mientras haya alimento suficiente, los enemigos permanecerán en la planta; y cuando el alimento disminuya, entonces emprenderán la marcha hacia otras partes de la misma planta, otras plantas del cultivo u otras cercanas no pertenecientes a nuestro cultivo principal. Si hemos seguido los consejos del punto anterior, los cultivos trampa pueden servirnos de reservorio para los insectos beneficiosos.

Este tipo de control tiene numerosas ventajas como son: poco o ningún efecto nocivo colateral, la resistencia de las plagas es prácticamente inexistente, es un control a largo plazo con una frecuencia permanente y la relación coste/beneficio es muy favorable. En cambio, el mayor inconveniente que plantea es su aplicación, ya que una suelta tardía puede no ser efectiva. Si vamos a emplear la lucha biológica hay tener en cuenta que la suelta siempre se debe realizar en cuanto observemos los primeros síntomas o individuos y se debe dejar de pulverizar productos químicos o jabones insecticidas. También hay que considerar qué tipo de plaga tenemos y cuál es su depredador, debido a que éstos son altamente selectivos. Los seres vivos más utilizados son:

  • Crisopas y mariquitas utilizadas en el control de pulgones: Crisopas (Chrysoperla carnea): las larvas de las crisopas tienen partes de la boca que perforan y succionan los fluidos del cuerpo de su presa, en ausencia de áfidos, esta crisopa es capaz de sobrevivir pudiéndose alimentar de ácaros, trips e incluso pequeños lepidópteros. Se recomienda aplicar una dosis de 10-20 individuos/m2, durante varias semanas hasta controlar el foco de pulgón, a primera hora de la mañana o al atardecer depositaremos las larvas para que caigan en las plantas que necesitan ser tratadas. Es adecuado tanto para cultivos al exterior, huertos e invernaderos, cada larva de crisopa puede devorar hasta 200 pulgones o huevos a la semana.
  • Mariquitas (Coccinella septempunctata, Adalia bipunctata): son depredadores que tienen partes masticadoras en la boca, lo que les permite comer el cuerpo entero de la presa. Las larvas de mariquita son capaces de alimentarse de hasta 800 pulgones antes de pasar al estado de pupa, la ventaja que tienen las larvas frente a la mariquita adulta, es que no tienen alas por lo que permanecen en el lugar de la suelta, aunque esto no importa demasiado ya que tienden a permanecer en el mismo lugar donde han crecido. Se deben soltar entre 10-50 individuos/m2. Las colonias de pulgones son erradicadas normalmente en una semana. Cabe mencionar que la mariquita de dos puntos (Adalia bipunctata) es más voraz que la de siete puntos (Coccinella septempunctata).
  • Ácaros depredadores (Amblyseius cucumeris y Amblyseius californicus) son muy útiles atacando trips y araña roja: Pertenecen a la familia de los fitoseidos y pueden sobrevivir consumiendo polen en ausencia de presa. Muchos de estos depredadores tienen problemas para trasladarse de una planta a otra, por lo que esparciremos directamente los ácaros sobre las hojas de cada una de las plantas en pequeños montoncitos. La diferencia fundamental entre estas dos especies es la dosis, mientras que para el ataque de la araña roja introduciremos entre 1-10 individuos/m2 de Amblyseius californicus, para controlar los trips esta cantidad se multiplica por cien, siendo necesarios unos 500-1.000 individuos/m2 de Amblyseius cucumeris.
  • Avispas parasitarias existen infinidad de tipos, utilizadas contra minador de hojas (Dacnusa sibirica, Diglyphus isaea, Opius pallipes), mosca blanca (Encarsia formosa), pulgones (Aphidius matricaria) y orugas y gusanos (Trichogramma, Podisus maculiventris). Las avispas parasitarias realizan la puesta de sus huevos dentro del cuerpo del insecto plaga, este huevo eclosiona dando lugar a una larva que se come al insecto anfitrión de dentro hacia fuera. La suelta de estos parásitos suele ser muy efectiva; una vez liberados vuelan constantemente de un lado al otro del cultivo, en busca de huéspedes donde realizar la puesta.
  • Dacnusa sibirica y Diglyphus isaea para luchar contra el minador de hojas, la dosis recomendada de estas dos avispas es de 0,25-0,5 individuos/m2 en dos introducciones en semanas consecutivas, siendo recomendable empezar con la primera suelta en el momento que aparecen los primeros minadores en el cultivo. Como es habitual en este tipo de métodos de control, la suelta se realizará a primera hora de la mañana o a última de la tarde, facilitando la salida de las avispas dando suaves, y repito, suaves, golpecitos en la base de los botes donde vienen almacenadas. Encarsia formosa, es utilizada para acabar con la mosca blanca. La hembra de E.formosa introduce un huevo del que eclosionará una larva que consumirá al hospedante. Se puede observar que las larvas parasitadas se vuelven de color marrón. La dosis curativa será de 2 a 4 individuos/m2, las introducciones se realizarán semanalmente hasta obtener un nivel alto de parasitismo (80-90%).
  • Aphidius matricaria, es el parasitoide de pulgones de mayor distribución en el mundo. Una hembra de esta especie puede producir más de 400 huevos, que supone unas 200 hembras capaces de parasitar docenas de áfidos por día cada una de ellas.
  • Trichogramma, esta avispa, al igual que las anteriores, es utilizada como endoparásito de huevos. Pero en este caso, el adulto también puede depredar huevos para su alimentación. Con introducciones semanales de entre 500.000 y 1.500.000 individuos por hectárea durante las épocas de vuelo, conseguiremos un control exitoso. Para evitar que las orugas se desarrollen y crezcan también es interesante la presencia de pájaros alrededor de nuestro cultivo.
  • Nematodos contra los escarabajos perforadores y los gusanos de las raíces: Steinernema feltiae es un nematodo entomopatógeno que introduce una bacteria simbionte en la cavidad del insecto, destruyendo sus tejidos internos para crear un medio favorable para alimentarse y reproducirse. La efectividad y persistencia de los nematodos depende principalmente de condiciones favorables del suelo, es importante que la temperatura del sustrato no sea inferior a 14-15 ºC y haya agua líquida presente. La dosis recomendada es de 500.000-1.000.000 individuos/m2, en una sola aplicación o con una frecuencia semanal, dependiendo de la infección en el cultivo. Antes de aplicar los nematodos, se deben activar diluyendo el producto en agua y se puede aplicar por vía riego al suelo o fumigando directamente el suelo/cultivo. Es preferible realizar el tratamiento a última hora del día, evitando la exposición a los rayos ultravioletas. Este nematodo es también eficaz contra los trips y la mosca minadora cuando se aplica en las hojas.

Daños en las hojas producidos por un minador

Oruga descubierta anidando en un cogollo

Presencia de trip

 

Plaga de araña roja en una fase muy avanzada
 

Otros dos productos de los más utilizados son: Bacillus thuringiensis (Bt), bacteria que al ser ingerida por orugas, larvas y gusanos resulta fatal para ellos pues pierden el apetito, dejan de comer y en pocos días mueren. Y Trichoderma, un hongo que suele usarse como fungicida para muchas de las enfermedades producidas por hongos y que afectan a nuestros cultivos.
Para finalizar cabe mencionar un proyecto de la Universidad de Queensland en Australia donde han diseñado un sistema que esparce ácaros contra la araña roja, directamente desde un dron, este nuevo sistema cuenta con un envase muy ligero de plástico corrugado y un dispensador que libera los ácaros en el cultivo de una forma más rápida, precisa y abarcando mucho más terreno en el menor tiempo posible. Así que ya sabéis, si alguno de vosotros tiene uno de estos “juguetitos” tan de moda puede probar a darle otra utilidad.
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