Todo acerca de los tricomas
Los tricomas son más de lo que parecen, en este artículo te detallamos sus tipos y funciones, así como la manera que influye esto en la elaboración de hachís.
FUNCIÓN DE LOS TRICOMAS
Los tricomas proveen a la planta de defensa y protección frente a agresiones mecánicas externas como insectos y rozaduras y frente a la radiación. También protegen a la planta contra la deshidratación y las temperaturas extremas, ya que ayudan a conservar la humedad en la zona epidérmica y a regular su temperatura. Proveen a la planta de sombra sobre la epidermis, para mantener un microclima adecuado y mejorar la conservación de la humedad en su superficie.
TIPOS DE TRICOMAS
Los tricomas derivan de células de la epidermis de las plantas y se alargan hasta dar forma al tricoma. Algunos son unicelulares y otros pluricelulares. Los tricomas pueden ser glandulares o no glandulares.
Los glandulares segregan sustancias hacia el interior de su cabeza (glándula), mientras que los no glandulares, no. Hay tricomas no glandulares unicelulares y pluricelulares, pero todos los tricomas glandulares son pluricelulares.
TRICOMAS NO GLANDULARES
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Unicelular simple: Es, tal como indica el nombre, una única célula que se prolonga y está recubierta de cutícula. Los tricomas simples son los primeros que aparecen y se pueden ver en la superficie de los cotiledones, aquellas dos primeras hojas redondeadas. También se forman en el envés de las hojas y en menor proporción en su superficie. Estos tricomas se asemejan a un cabello cuando se los mira a través del microscopio, y mantienen la hidratación de la planta y la protegen de temperaturas extremas.
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Cistolítico: Es más grande que los simples. Aparece en los primeros estadios de vida de la planta, por lo que se pueden observar en la superficie del primer par de hojas. Se parece mucho al tricoma unicelular simple, salvo que es más largo y posee un cistolito (carbonato cálcico que se forma en la parte interior de la membrana de las células) en su base. Dan un tacto rugoso a las hojas y la protege frente a depredadores.
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Pluricelular simple: Está formado por un conjunto de células colocadas una encima de otra.
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Estrellado: Tiene distintas ramificaciones que parten del mismo punto. Puede ser unicelular (se ramifica desde la base de la epidermis) o pluricelular (se insertan varias células en la base de la epidermis).
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Vasculiforme: Es un tipo especial de tricoma estrellado. Es pluricelular. Una célula se inserta entre las epidérmicas y se eleva. De ella irradian un conjunto de células en todo el perímetro.
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Ramificado: Puede ser unicelular o pluricelular. Se diferencia de los estrellados porque las ramificaciones surgen a distintas alturas.
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Ramificado en candelabro: Es un tipo especial de tricoma ramificado. Es pluricelular. Hay muchos puntos de los que irradian brazos al mismo nivel, aunque también hay prolongaciones independientes.
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Lanoso: Es pluricelular. Forma una columna más o menos gruesa de células que se eleva. Son muy abundantes y tapizan toda la superficie. Son los responsables de las superficies aterciopeladas.
TRICOMAS GLANDULARES
Los tricomas glandulares son los que más nos interesan. Se forman en la fase de floración cuando los fitocannabinoides se comienzan a sintetizar. Los tricomas glandulares presentan células secretoras con las siguientes características: la cutícula es delgada, reviste a todas las células y se puede separar de la pared, ya que presenta por debajo una alta concentración en pectina (un heteropolisacárido que forma parte de la pared celular), haciendo que sea la trama de la pared más débil.
- Bulboso: Su tamaño es de 10 a 20 micrones, por lo que no se ve a simple vista. Se trata del tipo de tricoma glandular más pequeño. Se forma primero en el tallo y en las hojas de la parte baja, pero podemos encontrarlos en toda la zona aérea de la planta.
- Capitado sésil: Este tipo de tricoma también se conoce como glandular sésil. Es más grande que el bulboso y con un número suficiente de células como para formar una cabeza, pero con una base muy corta. Abunda más que los bulbosos y tiene un tamaño de 20 a 30 micrones, por lo que tampoco se pueden ver a simple vista. Es un tricoma sintetizador de cannabinoides. Tiene cabeza, pero se caracteriza por la ausencia de tallo, por lo que se encuentra directamente unido a la epidermis de la planta mediante una única célula, escondida bajo la cabeza glandular, que dispone de células secretoras en su parte inferior, mientras que en la parte que la separa de la membrana se almacenan los cannabinoides y aceites esenciales secretados por dichas células.
- Anteral sésil: Es un tricoma sésil que alcanza un tamaño de 80 micrones.
- Capitado pedunculado: También se conoce como tricoma glandular entallado. Es el tipo de tricoma que más abunda y el que presenta concentraciones de cannabinoides y terpenos más altas. Posee un tallo formado por varias células que lo diferencia de los tricomas sésiles y una cabeza que va aumentando de tamaño a medida que almacena compuestos y llega a alcanzar un tamaño de hasta 100 micras. La cabeza es muy parecida a las de los sésiles, ya que cuenta con una zona que las une al tallo, células secretoras y un espacio de almacenamiento de principios activos, aunque algo mayores. El tallo va creciendo a medida que el tricoma madura, por lo que en sus estadios iniciales puede ser difícil de distinguir de un tricoma sésil. Este tricoma tiene un ancho de 50 a 100 micrones y una altura de 200 a 300 micrones (0,2 a 0,3 mm), por lo que es lo suficientemente grande como para verlo a simple vista y son los que más nos interesan para tamizar por su alto contenido en cannabinoides y terpenos. Se los encuentra en cálices, peciolos, brácteas y bracteolos de las hembras de Cannabis. También cerca de las anteras en algunos ejemplares macho de determinadas variedades.
LOS TRICOMAS EN EL TAMIZAJE DE HACHÍS
El tamizaje de hachís es el arte de los tricomas. Para conocer a fondo la inminente relación entre los tricomas y el tamizaje de hachís hemos hablado con Kenny Powers (@bubblemeltkenny), un hashmaker que ha trabajado en Humboldt, California, en la compañía de extracciones Nasha Extracts (@nashaextracts) y ahora trabaja en la productora de Cannabis de Chicago, Illinois, Revolution Global (@revolutioncanna).
Kenny nos cuenta que la elaboración del hachís comienza desde el breeding de la variedad que se utilizará para obtener los tricomas, ya que ese es el punto de partida que determina la calidad del producto final. Otra parte fundamental en el arte del
hachís es el cultivo de la variedad seleccionada. En función de la forma de cultivo, la planta absorberá más o menos cantidad de determinados componentes que son indeseados en el producto final.
Cuanto más limpio sea el cultivo, es decir, cuanto menos excesos tenga la planta, mejor será el hachís que obtendremos de ella. Es por esto que el hachís que se obtiene de plantas cultivadas de forma orgánica es de mejor calidad que aquel obtenido de plantas cultivadas con fertilizantes minerales. Debemos abstenernos de usar pesticidas, ya que se unirán a la resina de la planta, dañando nuestro preciado hachís. Para evitar el uso de pesticidas y combatir plagas en el cultivo, podemos optar por la lucha biológica, que consiste en introducir en el ecosistema del cultivo depredadores de la especie que queramos combatir.
Kenny nos explica que la calidad del hachís está determinada por la ausencia de impurezas y por la relación entre la cantidad de cutícula que recubre a la cabeza del tricoma y su contenido. Cuanto mayor sea la cantidad de cutícula presente en el producto final, peor será la calidad del hachís, ya que tardará más en fundirse y dejará más residuos. Por el contrario, cuanto mayor sea la cantidad de resina, tendremos mayor concentración de cannabinoides y terpenos, por lo que disfrutaremos de un efecto más potente y limpio, y de una experiencia organoléptica superior.
Para evaluar la calidad del hachís no debemos fijarnos en el color, sino en qué tan pegajoso es y qué tanto se derrite.
Esperamos que hayas podido ver a los tricomas de una forma integral y estos conocimientos te permitan dar un paso más en tu autocultivo de Cannabis.
Bibliografía
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Font Quer, P. (1953) Diccionario de Botánica. Barcelona, Labor.
Strassburger, E. (1994) Tratado de Botánica. 8va. edición. Omega, Barcelona, 1088 p.