Si la vida te da hierba... ¡haz IceOLator!

Soft Secrets
23 Jan 2021

Extraemos unas micras de su autobiografía recientemente publicada en castellano.


Mila Jansen no necesita presentación para la mayoría de personas dentro del mundo del cannabis, pero por si alguien se ha despistado, ella es la Reina del hachís. Por los años noventa, en la incipiente industria cannábica holandesa, fue la creadora de Pollinator y Bubbleator, dos productos para la extracción de hachís a partir de flores de cannabis, unos clásicos a día de hoy. Una mujer innovadora, que se ha involucrado en multitud de proyectos y aventuras a lo largo de su vida. Es el alma y el cerebro de Dab-A-Doo, una reunión indispensable para los amantes de las extracciones, resinas y todos los tipos de hachís imaginables. En esta entrevista presentaremos a grandes rasgos su libro Mila, cómo llegué a ser la reina del hachís. Un recorrido por sus experiencias vitales que transmiten una energía desbordante, una curiosidad siempre activa y además un repaso de más de cinco décadas de escena cannábica a lo largo y ancho del mundo.

Soft Secrets: En los últimos meses ¿en qué proyectos has estado centrada?

Mila: Durante los últimos meses, he estado creando un pequeño museo virtual. Estará en nuestra sede en Amsterdam Noord, pero no espero mucha gente allí.

¿Por qué un libro?

Mis niños me pidieron que escribiera algunas historias de mis viajes. Lo que acabó siendo un libro sobre mi vida ¡Tardé once años en acabar esta tarea!

Como pionera en el moderno mundo de las extracciones ¿te ha sorprendido lo lejos que ha evolucionado?

Me preguntas sobre los nuevos desarrollos de la industria del hash, y yo te digo ¡Me encanta! No es que me gusten todos los productos de hash que han salido al mercado. No me gusta el BHO, pero me gusta el Rosin, Sauce y algunos de los otros extractos. Aunque mi preferencia siempre será un buen IceOLator hash. Si una industria no crece en nuevas direcciones se estanca, y nadie probará nuevos métodos. Una industria para vivir necesita progresar, como en arquitectura, moda, etc...

¿Cómo era la escena fumeta en Ámsterdam antes y después de tu viaje a India?

Dejé Ámsterdam para ir a India en 1968. En aquel tiempo, solo podías comprar hash en el Barrio Rojo, no había hierba en circulación. Casablanca era uno de los sitios a los que acudir, el hachís se vendía en cajas de cerillas y en su mayor parte venía del Líbano y Turquía. Por supuesto, la escena era muy diferente cuando volví de India en el año 1988. Había coffeeshops por todas partes, se vendía mucha hierba y el hachís que vendían venía de Marruecos. Entonces fue la primera vez que fumé hierba después de veinte años fumando hachís, no me gustó ni el sabor ni el efecto. Tampoco me impresionó el hachís de Marruecos después de haber estado “malcriada” en India durante tantos años, donde era posible conseguir el mejor hachís Afgano, Nepalí, de Kachemira o de Malana. Durante éste tiempo fuera, había aprendido a hacer hachís tanto en Paquistán como en el norte de India, y como estaba cultivando hierba en esos días en Ámsterdam para mantener a mis cuatro hijos, tuve la oportunidad de hacer mi propio hachís. Esto me llevo finalmente a la invención del Pollinator.

¿Por qué decidiste viajar a India?

¿Por qué decidí viajar a India en 1968? Por diferentes razones: nuestro gobierno quería interferir demasiado en la vida de su gente, lo que da risa viendo lo que pasa hoy en día. De todas maneras, sentí claustrofobia y nos fuimos a encontrar un mejor lugar, para vivir una mejor vida, con más libertad. También estaba interesada en la filosofía, quería conocer de primera mano el Hinduismo y el Budismo. Por último, pero no menos importante, el servicio social infantil holandés estaba mostrando demasiado interés en mi hija de tres años.

Y... ¿Qué te llevó a empezar como profesional en un sector completamente nuevo en Europa en esos momentos?

Era el año 1992, estaba cultivando mucha hierba, y empecé a hacer mi propio hachís sobre una pantalla plana. Una noche, me di cuenta de que dentro de mi secadora, la ropa estaba cayendo justo como yo lo estaba haciendo con mi hierba a mano sobre la pantalla plana. Así es como nació el Pollinator. Formé una empresa y empecé a vender las máquinas. Tuve suerte de no tener competidores en esa época, no le hacía la competencia a ninguno de los chicos que vendían semillas, lámparas o nutrientes, por lo que fui aceptada. Tenía mi pequeña esquina en el mercado. Más tarde, la gente empezó a copiar mis ideas y sacar adelante el negocio era cada vez más un reto, pero somos supervivientes y yo nunca me rendí.

¿Encontraste extranjeros en India, o en el camino, interesados o tratando de saber más sobre la extracción de hachís?

En 1968, cuando llegué a India, creo que la mayoría de los extranjeros solo estaban interesados en fumar hachís. Dependiendo de la época del año, podían estar algunas veces alrededor de gente local y/o saddhus* haciendo hachís. Entonces, yo observaba y me unía a ellos en el proceso, pero personalmente estaba más por curiosidad y por ayudar, que por aprender a hacer un perfecto hachís. En aquellos días, hasta mediados de los años noventa, la gente fumaba y quizá trapicheaba con él, pero realmente en absoluto se produjo a una escala comercial.

¿En qué país encontraste más hierba? Me refiero a campos, y hachís

Bueno, eso depende de cuándo estuve allí y en qué año. En el '68, aparte de la que crecía de forma natural por todos los Himalayas, que aunque no era cultivada la gente local hacia hachís para su propio uso, únicamente vi pequeños campos en Turquía, Afganistán e India. Hay que tener en cuenta que en todo el camino entre Líbano y China, todas las personas que fuman, fuman hachís, nunca hierba. Solo en países como Tailandia o el sur de la India era popular fumar hierba, en todos los demás países se fumaba hachís. Treinta años más tarde, cuando el cannabis se convirtió más en un negocio, vi grandes campos en Suiza, Colombia, México y Estados Unidos.

¿Qué estilo tradicional de extracción te gustó más? ¿Tienes alguna historia interesante al respecto?

Un método tradicional para hacer hachís en partes del norte de la India es frotar los cogollos con tus propias manos y las glándulas resinosas acaban pegadas en ellas, con ello consigues lo que allí llaman Charas, que es de calidad superior si no los frotas demasiado. Mi sesión favorita fue en el año 1970, cuando acompañé a un grupo de saddhus que se dirigían a las cumbres a visitar sus plantas preferidas. Ellos obtenían el hachís para todo el año en esa temporada. Resulta que estas plantas parecían más pequeñas, desaliñadas y leñosas, y sus cogollos parecían más pequeños que los cogollos gigantes que crecían en todas las granjas en el valle. Esas plantas habían estado cubiertas de nieve durante el invierno y habían sobrevivido. Estábamos por encima de la línea de los árboles, las vistas de infinitas líneas montañosas cubiertas de nieve, de profundos bosques y cascadas de agua alrededor de nosotros, era sobrecogedor. Sea como fuere, nos pusimos a trabajar con los saddhus, que eran auténticos profesionales. Después de unas horas, teníamos suficiente por un día, los chillums* estaban encendidos y se oían muchos “Bom” y “Bom Bolinath”. Aquella fumada fue increíble y bajar por las selvas fue como ir de ácido. Los colores vibrantes y los sonidos de los pájaros y el agua se magnificaban en una clara y maravillosa canción. Me di cuenta de que Dios nos había regalado el paraíso (y mira lo que hemos hecho con él, aunque esa es otra historia).

¿Qué sentiste aprendiendo de las fuentes originales? ¿Encontraste diferentes formas de entender la planta y las extracciones?

Aprendí a hacer hachís únicamente estando alrededor cuando lo hacían, y en cada país lo hacían de forma distinta. Amo el hachís y siempre estoy feliz enseñando a la gente cómo hacerlo, además usar un Pollinator o Bubbleator hace que la tarea sea mucho mas fácil. Si a alguien le gusta realmente el olor y el sabor de fumar, Pollinator, la extracción en seco sería el camino a seguir. Lo que se hace usando hielo y agua fría, tendrá menos aroma y sabor, pero será mucho mas potente, ésta última es mi elección personal.   

Viajar esas distancias en esos tiempos no tiene comparación con viajar hoy en día, especialmente siendo una mujer joven ¿Era la misma Mila la que dejó Holanda que la que llegó a India?

Desde luego que era diferente viajar en esa época. Viajamos a través de los países haciendo autostop la mayor parte del camino. Ni siquiera teníamos un mapa, no habían teléfonos móviles ni Google para comprobar a donde te dirigías. En India si conseguíamos ir a dedo en la parte de arriba de un camión (¡el mejor sitio para estar!) simplemente íbamos a donde quiera que se dirigiese el camión, y acabábamos en sitios interesantes. En invierno nos dirigíamos a Goa y en verano hacia los Himalayas. Desde luego, esta vida me cambió, era distinta de quien había sido en Ámsterdam dirigiendo la casa de té Cleo de Merode. Era todo un desafío volver a Ámsterdam con cuatro niños y teniendo que generar ingresos para sus facturas de colegio, etc. Ese fue el momento en el que empecé a cultivar cannabis, que a finales de los 80´s y principio de los 90´s era un delito leve, prácticamente no era un crimen ¡Simplemente un montón de trabajo duro!

¿Cómo fue la experiencia de introducirte en el mundo cannábico de vuelta en Holanda?    

Ser una mujer nunca me ha parado para hacer lo que fuera que sentía o quería hacer. En la época que empecé con Pollinator, mi empresa, tenia cincuenta años. Tener que presentarme mayormente a chicos más jóvenes no era un problema. Era más una madre para estos chicos, y lo que tenía que enseñarles les interesaba enormemente. Me gustaban y yo les gustaba, así es como fue.

¿Y después en todo el mundo?

Cuando llegó el momento de presentar Pollinator al resto del mundo, mi colega Annie Riecken me ayudó mucho escribiendo un gran artículo para High Times a principios del año 1995. Entonces, también empecé a viajar bastante a las diferentes ferias cannábicas por toda Europa, también después en Estados Unidos y Sudamérica. Tuve mucha suerte y gané muchos premios al mejor producto, incluso gané un premio “Dutch Man of the Year” en 1999. Desde 2013, empecé a organizar los eventos Dab-A-Doo, para que los amantes del hachís pudieran juntarse a disfrutar de fumar y votar por el mejor hachís, que ha llegado a ser muy conocido y se ha organizado en Ápercibo que algo ha Amsterdam, Barcelona, Valencia, Boston, Michigan, Denver, San Francisco, Miami, Uruguay, Medellín, Guadalajara, Costa Rica, Jamaica y Perú. Los premios siguieron llegando como el de High Times, a una de las 100 personas más influyentes en el mundo de la cannabis. Ahora por supuesto, en este 2020 todos estos viajes no han sido posibles y ¡no puedo esperar a volver a ver a mis queridas amistades de todas partes!

¿Qué proyectos tienes para el futuro?

Por el momento estoy ocupada creando el museo, finalmente un lugar donde reunir todos mis recuerdos atesorados. El muro de la fama, donde todos los trozos de hachís que he recibido estarán expuestos. Hay una habitación donde están todos los premios y regalos que he recibido por todo el mundo. Como me hago  mayor, supongo que viajaré menos y sueño con una pequeña casa con un gran jardín, y quizá aprender sobre el cuidado de abejas. Habrá una habitación para que me visiten mis niños y mis amigos. Un futuro que sueño... Para cualquiera interesado/a en mi libro “Mila, Cómo llegué a ser la reina del hachís” por favor, contactad con info@pollinator.nl, firmaré tu libro antes de enviarlo. Uno de sus ritos sacramentales es fumar en chillum en honor a Shiva, dios de la creación y la destrucción, para unirse a él y llegar a ser uno. Estos hombres son vagabundos, y a menudo se retiran en áreas remotas de los Himalayas para meditar. Ellos llevan rastas desde hace miles de años, mucho antes de que apareciera ningún Rastafari. * chillum: Es una pipa alargada de barro. En el canal interior, el flujo de aire esta bloqueado por una piedra alargada. Se ponen unas brasas con algo de hachís deshecho en la parte superior y se utiliza un trozo de tela para que nada entre en tu boca. Tradicionalmente se llama a "Bom!!" o "Bom Bolinath, Bom Shiva" mientras se enciende el chilum.

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