Problemas y errores
Todo aquel que cultiva ha sufrido contratiempos y cometido errores en su cultivo en alguna ocasión, en la planificación o a lo largo de las fases de crecimiento, floración o secado. Teniendo en cuenta estas recomendaciones, será más difícil equivocarse.
Problemas, enfermedades y errores habituales
Los problemas y errores no dejan de formar parte del proceso y fases del aprendizaje y formación de la experiencia de todo cultivador. Ir adquiriendo conocimientos a través de nuestras experiencias fallidas es necesario. Al hablar de algunos de los errores, problemas y enfermedades mas habituales, debemos tener en cuenta que la mayoría de ellos son aplicables a cultivos de interior y de exterior.
Montaje y preparación del Cultivo
El punto de partida de cualquier cultivo es la planificación o preparación del mismo y su montaje, pero el punto de partida para el cultivo también suele ser el de muchos errores y futuros contratiempos.
En muchos cultivos se suele apreciar, generalmente, una falta de limpieza e higiene con restos de hojas o tierra, tiestos usados sin limpiar, suciedad… Aunque muchas veces no se tenga en cuenta y no se le de la importancia debida, es algo básico para evitar tener futuras situaciones con plagas o agentes patógenos.
Es necesario limpiar bien los tiestos, platos y bandejas usadas. También debemos limpiar a fondo el suelo, las paredes e incluso los reflectores por su parte superior. Debemos repetir este proceso de limpieza habitualmente, lo que nos facilitará las cosas.
Trasplante y germinación
En el momento de poner a germinar semillas y los trasplantes es fácil cometer algún error, que se superan con la propia experiencia y con la práctica. Es muy normal que al germinar semillas por primera vez, se haga de forma incorrecta.
Poner las semillas directamente a germinar en tierra madre o en un tiesto, dar demasiada agua o llevar a cabo la germinación en un lugar frío son algunos de los errores más frecuentes que se suelen cometer.
Existen muchos métodos para germinar semillas correctamente, pero posiblemente, uno de los mas efectivos y sencillos es el siguiente:
Consiste en usar dos platos y poner sobre uno de ellos papel de cocina húmedo, colocar las semillas encima y poner otra capa de papel de cocina húmedo sobre ellas, tapándolas con el otro plato. Lo ponemos en un lugar con un calor mínimo pero constante (como el techo de la nevera) y en un par de días o tres, como mucho, las semillas habrán abierto y estarán germinadas, listas para el trasplante a un tiesto previamente regado, y a esperar unos días.
En los trasplantes, uno de los errores más típicos y habituales es coger el tiesto con una mano y con la otra agarrar el tallo para intentar sacarla estirando, consiguiendo en muchos casos partir ese tallo o parte de las raíces de la planta.
Lo mas práctico para realizar un trasplante de una manera sencilla es ahuecar las paredes del tiesto y con una mano tapar la tierra, dejando el tallo entre nuestros dedos, darle la vuelta y extraerlo para ubicarlo al agujero en tierra madre o tiesto de mayor tamaño que ya deberíamos tener preparado.
En los trasplantes debemos rellenar los tiestos o el agujero en tierra madre con tierra muy suelta. Cuanto menos apelmazada y más suelta esté, mejor para las raíces y la salud de nuestras plantas. Con tierra muy prensada o apelmazada tendremos problemas graves de encharcamiento, y con el sistema de raíces de las plantas.
Temperatura y Humedad
Este punto, la temperatura y la humedad, suele ser un auténtico quebradero de cabeza de muchos cultivos si no lo controlamos correctamente. La temperatura y la humedad van estrecha y directamente relacionadas con la entrada y salida de aire del cultivo.
En un interior, eso de que con la ventana abierta vale para que las plantas tengan aire fresco y salga el viciado es otro de los habituales errores aún hoy todavía. E incluso utilizar pequeños e insuficientemente potentes extractores para cultivos de 600W.
Es fundamental utilizar un extractor que se adecue a las necesidades reales y metros cúbicos de nuestro cultivo, como no es menos importante disponer de otro extractor que se encargue de introducir aire limpio y renovado de una forma constante y continua.
Esto va a ayudar a evitar la aparición de plagas y agentes patógenos, que aprovechan las condiciones de aire viciado y aire caliente, junto a niveles altos de humedad, para aparecer y desarrollarse.
Hay que dar con la combinación correcta y adecuada entre la salida y entrada de aire, evitando que la toma de la entrada de aire y de la salida de aire estén pegadas o cerca para que no recircule el aire viciado y caliente una y otra vez sin renovarse. Existen diversos tipos de controladores de clima, controladores de entrada y salida de aire, que además de facilitarnos nuestro trabajo, optimizan el rendimiento final de las plantas.
Excesos y carencias
Otro de los tropiezos o contratiempos habituales entre cultivadores novatos y no tan novatos. Es recomendable respetar las proporciones de dosificación de los productos y cada cuánto tiempo que nos marcan en la etiqueta las casas de abonos, a la hora de hacer la disolución con agua.
Los excesos suelen ser la causa de demasiada agua en los riegos, dar más mililitros de abono por litro de agua del indicado en la etiqueta, pH mal ajustado, niveles de electro-conductividad altos, regar a diario... Por darle a las plantas más comida no van a engordar ni florecer más, o no se harán más grandes, al revés, menos es más.
Otro error habitual es regar a las plantas justo antes de que se apague el foco o se haga de noche, o cuando ya no hay luz . Las plantas necesitan que haya luz para poder asimilar bien el riego. Por ello, es importante respetar las dosificaciones e incluso rebajarlas un poco, la planta nos lo agradecerá asimilando todo mejor. Es más relevante tener en cuenta este punto si se cultiva en sistemas Aero, Hidro, coco, lana de roca, nft… donde las disoluciones, el pH, la EC o la temperatura del agua y su oxigenación deben llevarse a rajatabla.
Por otra parte, las carencias suelen ocasionarse por no dar el suficiente alimento necesario a nuestras plantas o por un exceso previo. Ambos casos son muy habituales, pero de distinta solución. En el primer caso, basta con ir añadiendo poco a poco el nutriente al agua de riego, y en unos días se comenzará a notar mejoría. Es sencillo corregir una carencia en este caso.
Si la carencia viene dada por un exceso previo en la planta, puede llegar a confundir y no tener claro qué le pasa a la planta. En este caso, un exceso habría desencadenado que la planta no se alimente correctamente y acabe generando una carencia. Este caso suele resultar más difícil que el anterior, ya que exige más tiempo y cuidados para recuperar la planta.
Tanto los excesos como las carencias se manifiestan en las hojas y foliolos de las plantas, no resultando difícil saber si es una u otra. Los excesos suelen notarse en los extremos o puntas de las hojas, y van de fuera hacia adentro, acompañados con formas de garra de las hojas mientras que las carencias se suelen observar de la parte interior de la hoja hacia las puntas, con decoloración del follaje.
Contaminación lumínica
Tanto en interior como en exterior, un problema muy importante es la contaminación lumínica, y siempre va a venir dada por nuestra mala planificación y conocimiento del medio de cultivo en el que nos desenvolvemos.
Si nuestras plantas se ven afectadas en algún momento por una luz o luminosidad en la fase de crecimiento o floración, se van a estresar (salvo las autoflorecientes) y ese estrés será proporcional al nivel y continuidad de exposición a la contaminación lumínica que las plantas reciban.
En exterior es donde mas se sufre la contaminación lumínica: en balcones, áticos, huertos urbanos, huertas… Mediante faroles, luces de coches o claridad de otras viviendas, por lo que con evitarlos no deberían aparecer los problemas de desarrollo vegetativo continuo y espigado, floración aérea y pobre, tardía e incluso hermafroditismo.
Basta con asegurarse de que en el cultivo de exterior, nuestra zona y plantas no reciban luz o claridad cuando es de noche, y deben estar a oscuras. En interior, con comprobar que el medio es seguro y que no es posible que entre luz externa al estar las plantas a oscuras será suficiente, además de no entrar en él durante el fotoperiodo de oscuridad.
Enfermedades
Las plantas de cannabis pueden sufrir distintos tipos de enfermedades a parte de las plagas, y que por lo general, suelen derivarse del desarrollo de agentes patógenos por diversos motivos, atacando principalmente a las raíces, hojas o sistema vascular de la planta. También están presentes enfermedades como estrés por calor o incluso el virus VMT del tabaco, que ataca a nuestras plantas.
Las enfermedades de raíces suelen aparecer en suelos muy húmedos, compactos, de mal drenaje o que se encuentran encharcados, empapados durante tiempo. Atacan tanto a plantas adultas como a plantas jóvenes, y los niveles de pH ácidos favorecen y facilitan la aparición de enfermedades como el Phytium, donde la planta entera tienda a doblarse hacia abajo.
Las enfermedades que se manifiestan y localizan en las hojas de las plantas necesitan unas condiciones específicas de temperatura o humedad alta, e incluso una suma de ambas para poder desarrollarse y extenderse. Merman la planta, causan defoliaciones, necrosis y perdidas masivas de producción final de flores de la planta. El Mildiu o el Oidio serían algunos de esos patógenos oportunistas que atacan a las hojas.
El sistema vascular de las plantas también sufre de enfermedades, pero estas suelen resultar fatales y mortales. Aparecen con altas temperaturas constantes y continuas en el cultivo y con humedad alta, y se desarrollan y surgen en el sistema vascular de las plantas, como por ejemplo el fusarium.
El estrés por calor puede darse por excesiva temperatura en el cultivo o en las puntas de las plantas mas cercanas a la luz del foco. Las hojas cercanas a la luz tienden a amarillear, con algún tono marrón que podremos evitar, ampliando la distancia entre la planta y la luz. De no corregir esta situación, podría generar un menor crecimiento y floración en las plantas afectadas.
El virus del tabaco VMT o virus del mosaico del tabaco fue el primer virus descubierto en las plantas. Proviene de la planta de tabaco y tan solo afecta a las plantas y no a nosotros. Cuando se contagia a otra planta, retrasa el crecimiento y la floración, creando y produciendo manchas en las hojas y arrugas en unas pocas o en muchas, llegando a formar un particular aspecto de mosaico a motas.
Este virus puede llegar a las plantas por contacto con otras plantas ya contagiadas con el virus y a través del tabaco, tabaco de liar o cigarrillos que un cultivador puede manipular antes de atender su cultivo. Otro motivo más para lavarse las manos y valorar la higiene y limpieza de nuestro cultivo.