La sabiduría del butanero:

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02 Sep 2014

El cannabis no mata pero la fabricación de BHO, un potentísimo extracto de la planta, puede hacerlo. El uso de gas butano como disolvente, para separar los cannabinoides de la materia vegetal, está detrás de numerosos accidentes ocurridos en los últimos años y que ya han provocado algunas víctimas mortales. La aparente sencillez del sistema de extracción lleva a muchos aficionados, sin la preparación y los conocimientos necesarios, a intentar un proceso que puede resultar muy peligroso.


El cannabis no mata pero la fabricación de BHO, un potentísimo extracto de la planta, puede hacerlo. El uso de gas butano como disolvente, para separar los cannabinoides de la materia vegetal, está detrás de numerosos accidentes ocurridos en los últimos años y que ya han provocado algunas víctimas mortales. La aparente sencillez del sistema de extracción lleva a muchos aficionados, sin la preparación y los conocimientos necesarios, a intentar un proceso que puede resultar muy peligroso.

El cannabis no mata pero la fabricación de BHO, un potentísimo extracto de la planta, puede hacerlo. El uso de gas butano como disolvente, para separar los cannabinoides de la materia vegetal, está detrás de numerosos accidentes ocurridos en los últimos años y que ya han provocado algunas víctimas mortales. La aparente sencillez del sistema de extracción lleva a muchos aficionados, sin la preparación y los conocimientos necesarios, a intentar un proceso que puede resultar muy peligroso.

El butano (también llamado n-butano) es un hidrocarburo gaseoso e inflamable formado por cuatro átomos de carbono y diez de hidrógeno (C4H10). El isobutano o metilpropano es un isómero del butano al que también se conoce por el mismo nombre.

El butano comercial se obtiene por destilación del petróleo y se comercializa como gas licuado, generalmente en las clásicas bombonas naranjas de 12,5 kg, aunque también hay tamaños más pequeños para cocinas de camping o pequeños botes de 300 ml para rellenar mecheros. El butano comercial suele contener butano normal, propano, isobutano y etano.

En los últimos años, entre la comunidad cannábica, cada vez está más de moda el consumo de BHO (Butane Hash Oil). Este potentísimo extracto cannábico se realiza utilizando butano líquido como disolvente para separar la resina del cannabis de la materia vegetal. Una vez disuelta la resina en el butano, se pone el líquido en una fuente de pyrex y se deja que el butano se evapore, lo que sucede con mucha rapidez puesto que la temperatura de ebullición de este hidrocarburo es de sólo -0,5º C. Por lo general y para acelerar el proceso la fuente con el butano y la resina se suele introducir dentro de otra llena de agua caliente.

El proceso en sí parece sencillo y práctico, además resulta muy rápido ya que el butano se evapora en pocos minutos. El problema es que es peligroso, extremadamente peligroso y se puede volar por los aires en una fracción de segundo. El butano no es tóxico de por sí y no pasa nada por respirar un poco. En el aire, en una concentración del 1% ni se nota, aunque al 10% ya puede provocar aturdimiento o vértigo. El problema es que es muy volátil, es decir, tiene gran facilidad para evaporarse, y además, es altamente combustible por lo que puede estallar con mucha facilidad. Esta facilidad para provocar explosiones es su inconveniente más notable.

El mayor número de casos de accidentes sucede en Estados Unidos, donde la fiebre del cannabis legal, sea medicinal o recreativo, ha llevado a mucha gente a fabricar BHO de manera casera, para la venta o el consumo propio. Docenas de personas han sufrido graves quemaduras y algunos han muerto entre atroces sufrimientos con la práctica totalidad de la superficie del cuerpo quemada.  En ocasiones, los vecinos y familiares de los “cocineros” también han resultado heridos o se han quemado sus casas.

Este artículo no pretende animar a nadie a producir BHO, de hecho creo que sólo debería hacerse en laboratorios y por personal cualificado, aunque en la situación legal actual eso no parece probable. En cualquier caso, la información puede servir al menos para reducir riesgos.  Quien vaya a fabricar BHO debe comprender bien hasta qué punto puede ser una actividad peligrosa, así como las medidas necesarias para minimizar los riesgos.

Un adulto responsable puede tomar sus propias decisiones y correr los riesgos que estime oportunos siempre que no ponga en riesgo a los demás. Del mismo modo que no querríamos que el vecino de abajo se dedicase a fabricar fuegos artificiales en sus ratos libres, tampoco hay que trabajar con sustancias explosivas en lugares donde otras personas pueden resultar heridas. Quien ignora estas medidas básicas de seguridad para los demás es un imprudente y un criminal, por muy amante del cannabis que sea. 

Propiedades del butano 

Fórmula: C4H10
Color: Incoloro
Olor:
Inodoro
Punto de ebullición:
-0,5º C
Punto de fusión: -138º C
Temperatura de ignición:
482º C
Temperatura máxima de llama:
1900º C

Los riesgos del butano

Hay varios riesgos asociados a la utilización de butano en la producción de BHO. El más importante, por sus consecuencias devastadoras, es que se junte una gran cantidad de gas evaporado y una chispa provoque una deflagración. La bola de fuego o el incendio de gases o vapores en nube abierta, que es como se denomina a este tipo de accidente, sucede cuando el gas butano se acumula y una llama o una chispa lo hace explotar. Al estallar, la bola de fuego que genera se expande casi instantáneamente en todas direcciones y alcanza temperaturas de 1.800º C, suficientes para fundir el acero y capaces de derretir la piel humana al momento. El dolor de este tipo de quemaduras es atroz y, si sobreviven, a menudo los médicos tienen que mantener a las víctimas en coma inducido durante semanas para facilitar su recuperación. Después necesitan innumerables operaciones para injertarles piel sana aunque suelen quedar con horribles cicatrices y secuelas. El peligro es completamente real y no hay que tomárselo a la ligera por sus gravísimas consecuencias. 

Otro elemento de riesgo importante deriva de la cantidad de gas que se emplea. Muchos productores empieza haciendo BHO con una sola botella de gas cada vez pero, para ampliar su producción, acaban utilizando muchas más, hasta diez en la misma extracción. Cuanto mayor es la cantidad de gas, mayor es el peligro y la capacidad de destrucción. 

Muchos productores de BHO compran botellas de gas de mecheros al por mayor y en gran cantidad para obtener mejores precios. Es muy peligroso almacenar este butano en el mismo lugar donde se  fabrica el BHO, si hubiera un incendio o una explosión el fuego podría propagarse al resto de envases provocando un accidente mucho mayor.

Cuando el butano se libera necesita energía para evaporarse y la toma de los materiales con los que está en contacto, enfriándolos. En caso de tocar la piel, puede causar quemaduras por congelación.

Medidas de seguridad

En materia de seguridad conviene tener presente siempre la famosa ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”, y ser muy meticuloso, casi paranoico, con las medidas de seguridad. Siempre hay que tener en cuenta todo lo que podría suceder antes de que suceda y tomar las precauciones necesarias para evitarlo. Por ejemplo, si se desenchufan todos los aparatos eléctricos se evita la posibilidad de que alguien los encienda por accidente o despiste.

El momento más peligroso en la producción de BHO es desde que el butano sale de la botella hasta que se ha acabado de evaporar de la bandeja de pyrex y los vapores se han dispersado. Es un momento en que la concentración del operario es fundamental y no conviene estar completamente colocado mientras se llevan a cabo actividades tan peligrosas. Hay momentos adecuados para consumir cannabis y otros en los que es conveniente conservar toda la capacidad de atención.

Para que el butano explote (cuando está en forma de gas) tiene que haber una concentración en el aire entre el 1,8 y el 8,5%. Por lo tanto, si la concentración es menor del 1,8% no se puede producir la explosión. La principales medidas de seguridad al producir BHO tienen que ir encaminadas a evitar que se alcancen estas concentraciones. 

La regla de oro de la seguridad en la producción de BHO es nunca hacerlo en interior, y eso quiere decir nunca, bajo ninguna circunstancia, ya que los riesgos y los peligros son mucho mayores. Todo el proceso se debe hacer al aire libre, en un espacio abierto, alejado de viviendas, vecinos, bosques y materiales inflamables, al menos hasta que se haya evaporado todo el butano visible y el BHO tenga una consistencia bastante espesa, como de jarabe. En ese momento la cantidad de butano que queda es muy pequeña y el peligro es menor, aunque igualmente hay que seguir teniendo cuidado de no acercarle ninguna llama.

Lógicamente nunca se debe fumar mientras se trabaja con butano. Hasta un niño sabría eso y, sin embargo, a veces un fumador no es demasiado consciente de que su automatismo cerebral le ha llevado a sacar y encender un cigarrillo hasta que es demasiado tarde. Lo mejor es no llevar un mechero en el bolsillo, ni tenerlo cerca. Cualquier aparato eléctrico enchufado es una fuente potencial de chispas, ojo con las placas calentadoras que algunos usan para mantener caliente el agua del baño maría en que sumergen la fuente de pyrex. De hecho, he encontrado un caso en el que la explosión sucedió cuando se encendió el piloto del termostato de la placa calentadora. Los interruptores de la luz y la llama piloto de las calderas de calefacción o los calentadores de agua también pueden provocar una explosión. En teoría, la chispa puede provenir incluso de la electricidad estática de la ropa de tejidos sintéticos, especialmente cuando el clima es frío y seco, o de golpear contra el suelo una piedrecita incrustada en la suela del zapato.

El butano es dos veces más pesado que el aire por lo que tiende a acumularse en las partes bajas, formando con facilidad “piscinas de gas” en sótanos, agujeros o, incluso, introducirse por desagües, alcantarillas o tuberías. También puede filtrarse en suelos sueltos y, en según qué circunstancias, quedar allí atrapado. Donde se acumula y aumenta la concentración, puede estallar.

Los ventiladores potentes son muy útiles para dispersar el gas, evitando que se acumule en las partes bajas. Se deben usar varios ventiladores situados en una posición baja, cerca del suelo, y soplar (no chupar) el aire cargado de butano, alejándolo de la persona que está realizando el proceso, hacia un lugar abierto, donde no se pueda acumular. El aire cargado de butano no debe atravesar el ventilador porque podría encenderse por alguna chispa del motor del ventilador. Por eso decimos que el ventilador tiene que soplar y no chupar el aire cargado de butano. Además, es conveniente emplear ventiladores con aspas de plástico que no pueden producir chispas si alguna piedrecita choca contra ellas.

Cuando pasa de líquido a gas el butano aumenta su volumen en unas 300 veces, es decir, el gas líquido de un bote de 300 ml se expandiría hasta un volumen de unos 90 litros de butano puro, suficiente para crear cinco metros cúbicos de atmósfera explosiva. Además, si una chispa provocase la deflagración, el gas se expandiría por el aumento repentino de la temperatura hasta un volumen de, al menos, 35m3, arrasando todo en ese espacio. Si el proceso se realiza en interior, en un baño o en una cocina (que suelen tener un tamaño menor de 35 m3) la onda expansiva puede destrozar cristales, puertas y paredes.

El butano comercial suele llevar mercaptanos añadidos, para que le den un olor fácilmente detectable por el olfato humano, antes de que se alcancen las concentraciones capaces de explotar. El problema es que para producir BHO se buscan las marcas de gas más puro y con menos añadidos para evitar que queden residuos en el extracto, por lo que su olor es mucho menor y resulta más difícil detectar las fugas. No debemos confiar en el olfato para detectar una concentración de butano en el aire, especialmente con el gas de mechero que lleva menos mercaptanos. Lo más seguro es actuar siempre como si la hubiera y ventilar siempre bien tras finalizar el proceso y antes de encender cualquier llama.

No es buena idea intentar apagar un fuego de butano con agua, hay que usar un extintor de dióxido de carbono (CO2) o polvo químico, dirigiéndolo hacia la base de las llamas. Siempre hay que tener un extintor disponible a mano, y comprobar antes de necesitarlo, es decir antes de empezar a hacer el BHO, que no esté caducado, que sea apropiado para apagar un fuego de gas y cual es al forma de empleo. Además conviene tener cerca una manta, si alguien se prende fuego accidentalmente se le cubre con ella para apagar las llamas.

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