Hospitalizan a un niño con epilepsia tras confiscarle su aceite de cannabis
Casos como éste estremecen a cualquiera que los lea. Incluso a aquellos que se oponen firmemente a despenalizar el uso del cannabis como medicina. Billy, un niño británico de tan sólo 12 años, sufre un tipo de epilepsia grave que sólo responde al tratamiento que su médico le recetaba a base de aceite de cannabis, hasta que las autoridades prohibieron al doctor recetárselo.
Fue entonces cuando su madre Charlotte viajó junto a él para obtener el aceite de cannabis que le habían prohibído en su país. Pero, cuando regresó a Londres, las autoridades se lo confiscaron. Según cuenta Charlotte, ``Billy necesita recuperar su medicación contra la epilepsia inmediatamente´´.
Según contó en un comunicado, su hijo sufre síntomas especialmente graves que podrían causarle la muerte. Estos achaques volvieron a aparecer el pasado martes, poco después de que le confiscaran la medicación. Sintomas que, según la propia madre, no se habían presentado durante todo el tiempo que Billy estuvo medicándose con su aceite de cannabis.
Las autoridades británicas no quisieron hacer ninguna valoración sobre la situación delicada del niño, tan sólo se limitaron a subrayar que tenían que impedir la entrada en el país de cualquier sustancia ilegal. Pero, tras ponerse en contacto con el equipo médico que gestionaba el caso del pequeño, el Ministerio de Interior ha decidido devolver el acite de cannabis a Billy.
En el Reino Unido, la marihuana está considerada como droga de categoría 1, y no se le ha reconocido, hasta el momento, ninguna utilidad terapéutica. Tan sólo está permitido su uso para investigaciones y ensayos clínicos, siempre que se haga bajo autorización.
La familia de Billy ha recibido numerosos apoyos de los diputados de varios partidos políticos, que comienzan a plantearse la importancia del cannabis medicinal en pacientes con enfermedades crónicas graves. Esta demostrado que la marihuana no sólo es un potente anticonvulsivo, sino que además ayuda a mejorar el apetito. También es un excelente antiemético, es decir, que palía considerablemente las náuseas y vómitos, como los ocasionados por la quimioterapia.
Casos como el de Billy hacen tomar consciencia a la clase política sobre la importancia de la aceptación del cannabis como medicina, y de su necesaria regulación, con el fin no sólo de ofrecer una excelente alternativa a los enfermos, sino también de terminar con el mercado negro de esta sustancia.
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