Cómo eliminar y prevenir ácaros en el cultivo de cannabis

Los ácaros pueden echar a perder por completo tu cultivo de cannabis. Su ciclo vital es muy rápido y su reproducción explosiva: pasan de huevo a adulto en menos de una semana, y una sola hembra puede desencadenar una infestación masiva en pocos días. Por eso, si detectas su presencia en tus plantas, debes actuar de inmediato y elegir el método de control más efectivo según tu circunstancia.
¿Por qué los ácaros son tan peligrosos para el cultivo interior?
A diferencia de otros parásitos, los ácaros están más emparentados con las arañas que con los insectos. Se alimentan de las plantas de cannabis chupando los jugos a través de sus probóscides bocas adaptadas que perforan las hojas y succionan la savia vital. El resultado es un debilitamiento progresivo de los tejidos: la hoja muestra puntos amarillos, pierde vigor, y los cogollos pueden mermar o llenarse de seda y heces, arruinando la calidad final. Al alcanzar rápidamente la madurez sexual y con una alta proporción de hembras, el aumento de la población se vuelve logarítmico: una pequeña plaga puede volverse incontrolable en apenas una semana.
Métodos para eliminar ácaros en marihuana: biocontrol y técnicas profesionales
No basta con controlar una plaga: si solo aspiras a mantener a raya a los ácaros, seguirán en tu jardín año tras año. La erradicación total es posible combinando métodos:
- Métodos biológicos: Introduce depredadores naturales (fitoseidos, ácaros depredadores) para bajar la presión de la plaga de forma sostenible.
- Bombas de azufre: El azufre vaporizado reduce drásticamente la población. Úsalas siempre respetando los tiempos de seguridad antes de la cosecha.
- Aceites herbales: Pulverizaciones de aceite de canela, clavo o mezcla de extractos vegetales dañan el exoesqueleto y detienen la reproducción cuando se usan de forma preventiva.
Errores frecuentes a la hora de lidiar con plagas de ácaros en marihuana
- Creer que “un poco no pasa nada”: incluso una baja población puede explotar en días y dejarte sin cogollos.
- Usar químicos de última hora antes de cosecha: riesgo de residuos y contaminación del producto final.
- No alternar productos ni limpiar bien el espacio: los huevos resisten muchas aplicaciones y el ciclo vuelve a empezar tras la cosecha.