Cata de cannabis en Asia (1º parte)

Soft Secrets
02 Mar 2018
A lo largo de tres semanas, viajaremos hasta la lejana Asia con el fin de poder conocer y descubrir algunas de las Sativas autóctonas puras más interesantes que existen en sus zonas de origen, recorriendo diferentes lugares y dos países con culturas únicas y gentes maravillosas.  [caption id="attachment_8249" align="alignnone" width="225"] La primera toma de contacto con el thai sticks.[/caption]

El destino estaba claro...era Asia. Tras recoger y estudiar toda la información referente de los lugares a visitar, como son los vuelos, vacunas obligatorias y recomendadas, leyes, alojamiento y transporte, seguros de viaje, moneda y cambio, qué se puede y no se puede llevar o traer...el siguiente paso era seleccionar los países a los que viajar. Lo cual recomendamos hagáis siempre que realicéis un viaje a algún lugar lejano.

[caption id="attachment_8250" align="alignnone" width="225"] Sátiva vietnamita HCMC-Vietnam.[/caption]

Allí, además de poder disfrutar de las culturas y de unos paisajes únicos e incomparables, podremos aprender un poco más de la visión y percepción que se tiene del cannabis e incluso de las variedades sativas autóctonas de esas zonas.

Llegado el día nos desplazamos hasta el aeropuerto con ganas de estar ya montados en el avión.

Desde el aeropuerto del Prat en Barcelona, volamos en Avión hasta Ámsterdam, donde nos tocó hacer una escala de algo más de ocho horas, y cambiar de avión. Decidimos que era mejor estirar las piernas un poco y dar una vuelta por los coffee shops, y tras un paseo en tren nos plantamos en Central Station. No desaprovechamos la oportunidad de catar algunas variedades de la vieja escuela de la familia Haze. Tras visitar un par de coffee shops y comer algo, volvimos a Central Station para coger un tren que nos llevase al aeropuerto de Schiphol, para poder coger el vuelo que nos llevaría hasta el aeropuerto de Suvarnabhumi Bangkok, Tailandia.

[caption id="attachment_8251" align="alignnone" width="225"] nteresantes y buenos cogollos de “Canadá” híbrido old school de interior HCMC- Vietnam[/caption]

Tailandia y los Thai Sticks

Después de unas casi trece horas de vuelos y ocho horas de escala en Amsterdam ya habíamos llegado a nuestro destino inicial: Bangkok. Hacía calor, estábamos cansados, y allí hay una diferencia horaria de cinco horas más que en Barcelona, por lo que decidimos dirigirnos a nuestro hotel que se encontraba a unas dos horas (que resultaron ser tres horas) en autobus desde Bangkok (un caos de ciudad, aunque las aceras se respetan) hasta la costera localidad de Pattaya (golfo de Siam). Por este trayecto de unos 130-135 km nos cobraron a cada uno 120 Bath (moneda de Tailandia) que vienen a ser tres euros. Desde donde nos dejó el autobús, cogimos unas mototaxi y en un cuarto de hora nos llevaron hasta la puerta del hotel por 80 Bath, unos dos euros. Una vez en el hotel, nos fuimos a descansar tras un viaje de casi 25 horas.

[caption id="attachment_8252" align="alignnone" width="300"] Thai sticks bien compactos y listos para catar[/caption]

Al despertarnos y levantarnos, nos dimos una vuelta por la zona, y nos percatamos de lo amables y hospitalarios que son los Tailandeses. Es muy raro que te roben o intenten timar. Preguntando llegamos a un local donde daban de comer y probamos alguno de los platos típicos del lugar como el “Som Tam seafood “ o el “Fried rice seafood” que estaban excelentes.

Pasaron los días y tras varios intentos fallidos debidos a la desconfianza y que no se la quieren jugar, tuvimos suerte finalmente cuando después de cenar y  tras movernos un poco, congeniamos con una persona de la zona y le explicamos que éramos turistas que queríamos conocer la zona y él se ofreció a quedar con nosotros al día siguiente. Tras hacer charlar un rato sobre qué haríamos el día siguiente nos fuimos a descansar, ya que habíamos quedado pronto por la mañana.

Al llegar la mañana nos apresuramos para ser puntuales y allí nos esperaba nuestro amigo con una amable y simpática sonrisa, nos saludamos y él nos preguntó que queríamos hacer. Nos miramos y le fuimos sinceros, le dijimos que nos gustaría poder apreciar una buena marihuana Tailandesa. Sonrió de nuevo y nos explicó que en Tailandia es muy peligroso fumar en la calle y que la sanción o castigo por posesión y consumo son 2.500 euros y cumplir una pena que va de 1 a 5 años en una cárcel tailandesa que viene a ser casi una sentencia de muerte por como son las condiciones de higiene, salud y alimentación, que si queríamos fumar lo hiciésemos solo en el hotel. Conversamos un poco con él y tras el inicial recelo lógico por su parte nos dijo que ok y que le acompañásemos hasta su humilde furgoneta, una vez subimos todos arrancó y nos dijo que nos llevaría de compras.

[caption id="attachment_8253" align="alignnone" width="300"] Canadá“, cogollo de interior de HCMC – Vietnam.[/caption]

Respecto a la hierba tailandesa, nos comentó, mientras conducía, que casi todo lo que se estila es el formato sticks y añadió que hay mucha hierba “fake” o falsa y que es fácil distinguirla si la conoces, porque esa no va en sticks. Nos estuvo comentando que ya veríamos como casi toda la thai sticks es prácticamente igual de sabor y de olor. Aún estábamos charlando, cuando paró el vehículo y nos acompañó hasta un lugar en el que pudimos conversar con el hombre que allí se encontraba. Nos mostró tres pequeños paquetes con thai sticks prácticamente idénticas, variaba un poco el olor y era por el secado, se notaba que había unas más secas que otras.

Nos invitó a comer y allí nos quedamos degustando un arroz con pollo frito sencillo y delicioso con nuestros dos nuevos amigos. Al acabar de comer, nos preguntó si queríamos catar esas thai sticks, y cuando cogió uno de ellos le ofrecimos papel de fumar y un grinder acrílico (de los tres a estrenar que habíamos llevado) y ante nuestra sorpresa le tuvimos que explicar qué era, ya que nunca había visto uno, le gustó mucho cuando lo usó y decidimos regalarle el papel y el grinder como forma de agradecerle su hospitalidad.

Cuando catamos la hierba tailandesa nos sorprendió el efecto tan potente y cerebral que tenía, aunque el sabor no era tan bueno como esperábamos, pero tampoco estaba mal. Nos pasamos unas horas charlando y aunque lo intentamos en varias ocasiones, no nos dio la posibilidad de poder contactar con alguien que nos llevase a ver estas plantas de exterior en vivo, pero siempre muy educada y amablemente. Antes de irnos, nos permitió fotografiar dos piezas de thai sticks y tras despedirnos nuestro amigo y guía nos llevó al hotel. Al llegar, nos despedimos de él y le dimos algo de dinero por las molestias y la gasolina, que no nos quería aceptar mientras sonreía hasta que finalmente insistimos tanto que aceptó y le regalamos otro grinder.

Nos despedimos y nos deseó buen viaje hasta nuestro siguiente destino para el próximo día, que era Bangkok, en donde desde el aeropuerto nos íbamos a dirigir hasta Vietnam y más concretamente a Ho Chi Minh City (HCMC), que antiguamente era conocida como la ciudad de Saigón.

[caption id="attachment_8254" align="alignnone" width="225"] Sativas camboyana, sativa vietnamita (de arriba a abajo) y “Canadá” de interior HCMC[/caption]

Ho Chi Minh City y la gran sorpresa del viaje

Al día siguiente y tras dos horas de vuelo llegamos a HCMC, donde lo primero que nos sorprendió fue que en el aeropuerto ya tuvimos problemas con un taxi que nos quiso timar. Al llegar al hotel vimos un cartel en el ascensor del hotel en el que se advertía en ingles que los “crímenes violentos suceden a menudo en Ho Chi Minh City”. Una vez dejamos las cosas en la habitación del hotel, nos fuimos a dar una vuelta por las calles principales de la ciudad y nos llevamos varios sustos en las aceras, ya que los motoristas no las respetan y mucho menos los pasos de peatones, por lo que cruzar es casi jugársela.

[caption id="attachment_8255" align="alignnone" width="300"] Thai sticks de pequeño tamaño listos para degustar[/caption]

Tras caminar no mucho, nos llamó la atención ver a gente fumando hierba, y cuando vimos a un hombre sentado fumando le preguntamos por hierba vietnamita y nos preguntó si éramos europeos, y le dijimos que sí. Le preguntamos si no podía tener problemas por fumar en la calle y nos dijo que en Vietnam si te pillan fumando o con posesión son tres meses de cárcel pero que ante la gran problemática existente en el país con la heroína son más permisivos con el cannabis, ya que lo ven como algo inofensivo y la gente fuma con cuidado en la calle.

No obstante nos recomendó que en nuestro caso era mejor fumar solo en el hotel. Nos pidió que nos pasásemos en una hora por el mismo lugar. Tras una hora de visitar tiendas con los artículos sin precio y notando como buscan engañarte, volvimos donde estábamos una hora antes. A los diez minutos vino y nos ofreció una sativa vietnamita con ese típico aspecto de cogollo aéreo y fino, espigado y con bastante hoja, la verdad.

[caption id="attachment_8256" align="alignnone" width="225"] Sativa camboyana de HCMC-Vietnam.[/caption]

El aspecto dejaba que desear, pero le dijimos que ok, le dimos las gracias y al despedirnos nos dijo que si queríamos al día siguiente tendría camboyana. Quedamos con él para el día siguiente y fuimos a cenar “Bun Cha”, un plato típico que nos recomendaron en el hotel a base de cerdo vietnamita, arroz, verduras salteadas que estaba excelente. De ahí nos fuimos al hotel, y mientras catamos la vietnamita planeamos los lugares a visitar en Vietnam.

La vietnamita resultó ser una sativa con un high muy fuerte y rápido, ya que con tres caladas se hace notar, y nos gustó mucho, aunque el sabor y el aroma no eran muy buenos, pero con un high como el que nos ofreció se lo perdonamos.

[caption id="attachment_8257" align="alignnone" width="300"] un par deSticks de thai[/caption]

Al día siguiente y tras informarnos más sobre lugares interesantes que visitar y hacer algunas compras, nos llegó la hora de ir a la cita que habíamos acordado, nuestro amigo estaba ya allí cuando llegamos y nos enseñó a plena vista en medio de la calle hierba Sativa camboyana con un aspecto similar a la vietnamita, aunque con los cogollos un poco más cerrados. Le dimos el visto bueno y se nos ocurrió preguntar por algo de más calidad. Asintió con la cabeza y nos sacó un par de cogollos de un aspecto más que decente para nuestra grata sorpresa. Nos dijo que era calidad top y que era lo mejor, y que la llamaban Canadá. Le dijimos que genial y nos fuimos para el hotel a concretar nuestro siguiente destino y a catar ambas hierbas. Comenzamos por la camboyana, ya que la Canadá era claramente una hierba de interior, ni de balcón, ni de invernadero, ni de exterior, y estaba muy bien cultivada. Una muy buena manicura, la flor estaba hecha y estaba con resina y el aroma era característico de los híbridos holandeses de finales de los años noventa.

[caption id="attachment_8258" align="alignnone" width="300"] Típica especialidad culinaria vietnamita “Bun Cha”.[/caption]

La camboyana resultó ser una hierba con un sabor distinto, pero similar en lo lineal a la vietnamita. También demostró ser una hierba con un high tremendo y que con unas pocas caladas te quedabas bien a gusto. Cuando catamos la Canadá no defraudó nuestras expectativas y nos gustó mucho su sabor y efecto de calidad, no tan cerebral, pero sí igual de fuerte.

En los siguientes días visitamos los famosos túneles del Vietcong, También intentamos sondear más la ciudad y lo cierto es que nos fue imposible encontrar una calidad superior o igual que la Canadá, que curiosamente no sabía el porqué de su nombre nadie. Después de unos días, decidimos que nuestra estancia en HCMC había llegado a su fin y nos quedaban pocos días antes de nuestro retorno a Barcelona aunque no nos volveríamos sin visitar Hanoi, La bahía de Halong y por supuesto Bangkok con algo más de tiempo, como os contaremos en la segunda y última parte de este viaje rumbo a Asia.

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