Polución de la luz en el cultivo de cannabis
La contaminación lumínica en la marihuana es un riesgo asgurado. Un cultivo de marihuana en interior o exterior debe ser oscuro durante una buena parte de la jornada. Por pequeñas que sean las fugas de lámparas eléctricas deben eliminarse del área. Aunque parezca una cantidad insignificante de luz la planta se estresará. Puede revegetar, espigarse, desarrollar rasgos intersexuales o detener el crecimiento de sus cogollos.
Contaminación lumínica en la marihuana
Por Alpargata Haze
La luz es indispensable en el cultivo de marihuana. Pero también puede ser una enemiga importante. Sobre todo durante el estadio de floración la planta de marihuana necesita de una buena protección contra la luz.
De lo contrario el espécimen se estresará y podrá detener su ciclo de crecimiento de la flor. O también, según la genética, desarrollar rasgos hermafroditas o intersexuales. Es decir, además de la flor femenina tendrá las masculinas.
Incluso pequeñas y hasta fugaces fugas de luz eléctrica pueden molestar a la planta que necesita oscuridad para desarrollar la floración en tiempo y forma. Nunca conseguirás una floración tan densa como desea cualquier cannabicultor con contaminación lumínica como si no existiera esa interferencia.
Otro de los problemas de la contaminación lumínica es que el ciclo de floración no parece terminar más. Se alarga hasta límites impensados si la contaminación es frecuente. Lo más habitual para desarrollar este problema son las bombitas eléctricas de vecinos. Aunque parezcan que están lejos si pegan en la planta la estresarán.
Una de las consecuencias más habituales de la polución lumínica es que la planta revegete. Es decir, detenga la floración y siga vegetando.
En la oscuridad las plantas de marihuana, que son foto sensibles, detienen el proceso de fotosíntesis pero su metabolismo sigue activo. Durante la noche, o en fase de oscuridad en un cultivo de interior la planta procesa los azúcares que son tan necesarios para que crezcan el tallo, las hojas y las raíces.
Esa oscuridad también es indispensable durante la floración para el desarrollo de un buen fruto.
Los azúcares son como el concreto de la planta para fortalecer los tejidos. En este proceso metabólico y durante la noche las plantas liberan dióxido de carbono. Las luces interrumpen esta acción de las plantas de cannabis.
Si tienes que iluminar el cuarto de cultivo cuando está oscuro puedes usar luces verdes que no afectan los procesos de la planta. Tanto los tubos incandescentes como los fluorescentes, incluso algunos buenos filtros, pueden ser utilizados sin dañar el ciclo necesario para una buena floración.
La contaminación lumínica en las plantas de cannabis es un problema real. Son plantas llamadas fotodependientes. Es decir, necesitan tanto de la luz como de la oscuridad. Hay dos ciclos en la marihuana. El vegetativo que es cuando crece y la floración que es cuando desarrolla su fruto. Este último proceso se consigue naturalmente cuando disminuyen las horas de luz y aumentan las de oscuridad hacia el final de verano.
Si durante la floración se interrumpe la oscuridad es cuando sobrevienen los problemas. Las luces de los vecinos, del alumbrado público, las del patio, incluso luces que parecen casi imperceptibles como las de una alarma son muy dañinas para completar el ciclo de floración.
La contaminación lumínica puede implicar que las plantas se estiren. Y que llegada la floración los racimos queden como espigados o estirados consiguiendo una distancia absurda entre los cálices y para nada querida. Es el enemigo de los cogollos regordetes y achaparrados.
En el cultivo interior de cannabis ocurrirá lo mismo. Por eso es importante chequear que no haya fugas del exterior a la carpa de cultivo. Uno de los factores de contaminación lumínica que suelen pasar más desapercibidos en el cultivo de interior son los ductos de aire. Sobre todo, los intractores y extractores. Para solucionar este tema conviene hacer una “S” con el ducto y taparlo con una cinta lo suficientemente oscura para que no pase nada de luz. También ocurre con los reflectores refrigerados. Pero el tema es un poco peor porque la luz ingresa y se refleja en el reflector de la luminaria. La solución es la misma: intenta doblar el caño y séllalo con cinta que genere oscuridad absoluta en el ducto. O elije un ducto que no deje pasar la luz. Consúltalo en tu tienda de cultivo.
Los cuartos de cultivo interior deben estar sellados. Es obvio, pero vale la pena recordarlo. El blackout da buenísimos resultados para ello. También conviene repasar la carpa de cultivo por si se rompió, rajó o agrietó. Si quieres manipular las plantas y no estresarlas utiliza filtro verdes de calidad.
Si no puedes escapar a la contaminación lumínica en el área de cultivo quizás sea tiempo que experimentes con las variedades de marihuana autoflorecientes. Estas variedades consiguen completar el ciclo de floración sin importar la cantidad de luz que reciban. Son plantas llamadas de fotoperíodo neutro. Es decir que la luz del exterior no las molestará. Son plantas más pequeñas y por tanto con producciones más modestas. Pero si la contaminación lumínica en tu barrio es tan grande que no la puedes ocultar prueba las automáticas. No te van a defraudar ante la contaminación lumínica de la marihuana.