La marihuana nació en Asia del Este
La creencia que el cannabis viene de Asia Central está siendo puesta en duda. Esa hipótesis fue ampliamente difundida y basada, sobre todo, en la distribución de plantas silvestres en esa región del globo en la actualidad. Hace 4.000 la humanidad empezó a hibridar la marihuana para fibra, medicina o por simple goce espiritual.
Pero un extenso relevamiento de resultados arqueológicos, conducidos por biólogos, ecólogos, biólogos computacionales, químicos y otros especialistas de universidades de India, Suiza, Reino Unido, China, Catar y Pakistán entienden otra cosa. El cannabis habría sido domesticado por primera vez en Asia del Este. Por lo menos así se desprende de este mega relevamiento de la totalidad de hallazgos arqueológicos como recipientes, vasijas, cuerdas y otros utensillos con trazas de cannabis a lo largo y ancho del mundo.
El acervo genético más temprano del que la humanidad tiene noticia sobre cultivares tanto de marihuana como de cáñamo están en Asia del Este. Estos hallazgos son de plantas cultivadas específicamente para algún uso: sea terapéutico, lúdico o de lo que hoy llamamos industrial.
Los primeros vestigios de la planta de cannabis se han encontrado en esta zona de Asia del Este como ha ocurrido con otros cultivos: el melocotón, la soja, el mijo y el arroz, entre otros.
Los análisis genéticos han demostrado que el cannabis ha estado en la Tierra en el último millón de años y que se adaptó luego de la era glaciar —hace 20.000 años— a las condiciones climáticas imperantes.
Hace 12.000 años comenzó la domesticación de esta especie por parte de la humanidad mientras atravesaba la llamada era neolítica. Estos hallazgos de la botánica arqueológica reafirman la tesis del uso que taiwaneses y chinos del sur hicieron del cannabis. Los principales hallazgos en este sentido han sido las vasijas de barro con cordeles de cáñamo con una antigüedad de 12.000 años. Y las semillas encontradas en recipientes de 10.000 años en Japón.
Los artefactos confeccionados con cáñamo más antiguos que los arqueólogos conocen datan de hace 7.500 años y han sido encontrados en China y Japón. Se ha sido descubierto polen de cannabis de 5.000 años.
Las variedades psicoactivas se expandieron por Asia del Este hace 4.000 años. Pero hay fuertes indicios de su uso hace 10.000 años según restos se han encontrado en vasijas para ceremonias funerales.
En el sub continente de India los primeros registros arqueobotánicos de cannabis sativa tienen 3000 años. La especie fue introducida desde China y cultivada junto a otras. En India su uso fue meramente para estar colocados. Hay varios rituales de la cosmovisión hindú que usan la ganja y que siguen hasta el día de hoy.
Los primeros registros arqueológicos de las variedades psicoactivas en África corresponden al siglo XIII. Tres siglos después aparecen las de América Latina que dieron paso a las de América del Norte.
El grupo de investigadores, encabezados por Guangpeng Ren de la Universidad de Lausana, en Suiza coinciden en señalar que hasta hace 4.000 años el cannabis se plantó sin mayor selección de varietales como un cultivo multi propósito. Y que desde entonces se comenzó a hibridar conscientemente para conseguir su fibra o flores para propósitos espirituales, recreativos o medicinales.
La selección humana, ya desde entonces, buscó maximizar la cosecha y la calidad en cada uno de los usos que la humanidad le dio a esta planta, asegura el estudio.
Para estudiar este gran cambio en la domesticación de la marihuana los investigadores recurrieron a analizar los genes de miles de plantas y su distribución geográfica.
Identificaron 510 genes de cáñamo, 689 de tipo psicoactivo y 253 genes de tipo silvestre. Del total de genes estudiados 253 genes están en los tres tipos de cannabis, 134 son específicos del cáñamo y 472 de las variedades psicoactivas seleccionadas por la humanidad.
En el caso del cáñamo se encontró que los genes D14 y KNAT1, entre otros, inhiben la formación de racimos florales. Por el contrario, en las variedades psicoactivas los genes NDL2 y DTX48 intervienen en la formación del cogollo y el HDR codifica las enzimas que producen sustancias esenciales para la biosíntesis de los cannabinoides. Algo que ayuda a una mayor potencia del cannabis.
Los antiguos habitantes de Asia buscaban variedades altas o variedades con buenos racismos para uno u otro uso, sin saberlo estaban auspiciando que tales o cuales genes perduraran para la posteridad.
“Estos resultados son consistentes con los rasgos que se espera que se hayan visto afectados en la selección durante la domesticación de C. sativa. Es decir, que conducen a plantas de cáñamo altas y no ramificadas que maximizan las fibras ricas en celulosa y pobres en lignina en los tallos en comparación con las plantas de marihuana cortas y bien ramificadas con núcleos leñosos ricos en lignina, maximizando la producción de flores y resina”, señala el estudio.
Carla Amaranto